jueves, 21 de febrero de 2008

El interior de los textos

“Parafraseando a Ricardo Piglia diré que he encontrado mi vida en el interior de los textos que he leído. Y así, por ejemplo, hay una escena de Tolstoi que he interiorizado y en la que me veo a mí mismo leyendo: es aquella en la que un personaje está en un tren y tiene un libro en sus manos, y una luz en la cabina le ilumina su lectura. Para mí, ésta es una imagen de felicidad. Hablando de felicidad, la literatura puede darla. Pues hay que saber que la literatura permite pensar lo que existe pero también lo que se anuncia y todavía no es. El mundo es un texto. Y ese texto es nuestra vida, está en los libros. Sólo vivimos realmente a medida que leemos nuestra vida, transcendiéndola. Porque sólo la literatura es transcendente, nos descubre a los otros y hace que nos preguntemos cómo es posible que los signos sobre una tabla de arcilla, los signos de una pluma o de un lápiz puedan crear una persona (un Quijote, un Gregor Samsa, una Beatriz, un Falstaff, una Ana Karenina) cuya sustancia excede en su realidad, en su longevidad personificada, la vida misma.”

AunqueNoEntendamosNada


Enrique Vila-Matas
De “Leer para no envejecer”
Aunque no entendamos nada
J.C. Sáez Editor, Chile, 2003

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Impecable, querida Elena, nuestro quedido EMV otra vez: "a medida que leemos nuestra vida, trascendiéndola". ¡Casi nada!

elena dijo...

Andrés, aunque veo que tu relación con la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo de Madrid te ha marcado profundamente, no perdemos la esperanza en tu total recuperación ;)

Volviendo a Vila-Matas te diré que todos los textos de este libro son deliciosos. Aquí tienes otro bocado exquisito (para merendar), el final de Leer para no envejecer":

"La gracia suprema de la lectura se encuentra en leer lo incomprensible. Y es que no debemos olvidar que la primera función del arte es extrañar, romper nuestros hábitos de percepción y volver lo nuevo viejo. La lectura rejuvenece, y éste quizás sea el argumento más convincente que existe para que la gente lea. Pues hemos de saber que el lenguaje envejece rápido en nosotros y sólo los escritores que amamos nos lo renuevan. Leer –como rejuvenecer- procura cierto instintivo placer curioso, una segunda naturaleza."

Anónimo dijo...

Hmmm, qué buena nocilla de merienda; es curiosamente un estilo menos críptico que el EMV habitual, se entiende todo, no está... como... digamos.... más allá. Pero dice verdades como templos que nadie sabe decir tan claras. Abrazos, Am

PS/ Nunca me recuperaré de mi relación con aquélla empresa MV. Los daños son permanentes e irreversibles ;) Am

Manuel Márquez dijo...

Y yo que sigo sin haber leído a este hombre (claro, si estoy todo el día trasteando en vuestros blogs, ¿cuándo voy a leerlo...?).

Un abrazo.

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