sábado, 9 de febrero de 2008

Le decimos leer

  • “Le decimos leer y somos nosotros, que corremos entre los bosques de edificios, y sacudimos los troncos de los árboles empapados de lluvia, y cazamos a las arañas en sus telas, y recogemos cascos de botellas de leche y de botellas de champán, y buscamos cobre, bobinas de cobre caídas entre las matas que crecen en los solares, y junto a los huertos, y al sol de las escombreras que hay al lado de cualquier obra. Somos mi amigo y yo, mirándolo todo, palpitando y leyendo a la vez, y haciéndonos tenaces con la tenacidad de las ortigas, de los amarantos, de las malvas que nacen al borde de las vías del tren, o en los basureros, o al pie de los muros de las fábricas, y embebiéndonos del salvajismo de los juncales y de las mimbreras de la orilla del río, e infiltrándonos del vértigo de las torres eléctricas. Y todo esto lo vamos a creer lectura en nuestro leer interminable, sin reparar en que al mismo tiempo estamos latiendo como palpita con su pulso regular una estrella de neutrones o gira despaciosmente la blanca luz de un faro.”

  • “Al buscar el lirismo del objeto voy a encontrarme con el lirismo de la palabra, y en mi devoción por los libros creeré que es superior tener un estilo literario a tener un estilo de vida. El estilo es el hombre, ha dicho Buffon; pero entonces para mí los hombres, los mayores, son más bien la retórica. El estilo somos nosotros, los niños, prisioneros, atrapados entre la retórica de la familia y la retórica del colegio, que es la estilística. “¡Que viene un hombre!”, para nosotros no hay alarma tan elemental como la que avisa de la presencia retórica de un mayor. LosPríncipesValientes_AnagramaEl estilo es la visión del mundo, esto lo ha dicho Proust, y yo voy a empezar a juzgar el mundo queriendo huir de toda retórica e imbuido a la vez de la retórica de libros que aspiran a cambiar el mundo de los lectores. No hay un estilo preciso sin una intención precisa, o eso aseguran los franceses, y así mi intención precisa será convertir las palabras en cosas, y no lo contrario.”

Javier Pérez Andújar
Los Príncipes Valientes

11 comentarios:

elena dijo...

Javier Pérez Andújar (Sant Adrià de Besòs, 1965) ha literaturizado su infancia y ha conseguido que hasta el Besòs proletario de los años 70 resulte poético. Un libro delicioso que empieza con una primera frase extraordinaria: “Le decimos leer y somos nosotros, que corremos entre los bosques…”

elena dijo...

"The authors have deleted this blog.
The content is no longer available."
Jem, ¿dónde estás?

Anónimo dijo...

The content is no longer available pero yo sí.

Un saludo.

J.

Anónimo dijo...

Antes fui algo escueto, Elena.

Estoy probando otra cosa, pero todavía no sé lo que es. Tiene que ver en cierta manera con la espera, la inmediatez, y el uso de varios instrumentos y soportes que fomenten no sé bien qué. De momento acabo de decidir hacer señales de humo frente al teléfono, y escribir en papelitos cuando alguien me pregunte algo en la calle. Estoy ilusionado.
Además acabo de crear un blog mental. La espera siempre vale la pena.

elena dijo...

No esperaba menos de ti. Ahora me voy a concentrar mucho a ver si consigo adivinar lo que acabas de publicar en ese blog.

Anónimo dijo...

Todo está por hacer, pero se va haciendo. Tarde o temprano vuelvo a acordarme que me tomo esto como un viaje en globo, y ya me está gustando lo contento que me he quedado esta vez al soltar lastre (a la mierda la organización y las categorías, pienso ahora. Debo estar en una fase aleatoria post-categórica...)
Si no es así me estanco a por tabaco. En fin, muerto pero sin losa. Sin nada se inventa. Ya inventaré algo, tal vez sea la hora de volver a Franz de Copenhague...

Manuel Márquez dijo...

Pues lo siento, compa Elena, pero, por los fragmentos que reseñas, no me termina de enganchar la prosa del autor: no me entero demasiado bien de lo que me cuenta, y así cuesta mucho trabajo. Quizá algo artificiosa, o abstrusa, no sé. O será, también, que llevo muchos días sin pasar por mis blogs de cabecera, y que he madrugado demasiado. No sé. Releo en otro momento, a ver qué tal...

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Otra primera frase extraordinaria, la de Kate Chopin en su cuento (dos páginas) "The Story of an Hour" :

"Knowing that Mrs. Mallard was afflicted with a heart trouble..."

Léelo. Te gustará.


Gloucester

elena dijo...

En este momento (casi) sin tiempo, sólo decir:

Glou: Anoche leí The Story of and Hour gracias a que en la red está todo, incluso cuentos del siglo XIX, como es el caso. También me ha gustado su frase final “the joy that kills.”

Manuel: sobre gustos ya se sabe. Los feeling con libros, películas, música, etc. son totalmente personales e intransferibles. Otra vez será :)

Jem: a mí también me encanta soltar lastre. Solté mi vida profesional (que debe andar volando por los confines del universo desconocido) y, aunque no era gran cosa, me ha dejado el cuerpo de maravilla. [Per cert, inventa alguna cosa i torna a (en)recordar-te d’internet, si us plau.]

Por la tangente dijo...

Mis primeras frases espectaculares...son: la de Ana Karenina (cielos, como sobrevivir a una expresión tan rotunda) y la de Orlando. Es por el ritmo. Tan hermoso que se me quedó clavado!

elena dijo...

Genial: "Las familias felices son todas iguales; las familias infelices lo son cada una a su manera."

Tengo dudas sobre Orlando. ¿Es "Él, porque no cabía duda sobre su sexo."?

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