jueves, 27 de febrero de 2014

Houellebecq: Ampliación del campo de batalla

«A continuación, tomo la palabra el jefe de sección de Estudios Informáticos. Resumir en unas pocas frases treinta años de carrera íntegramente dedicada a la informática agrícola era una apuesta temible, una tarea imposible. Louis Lindon, recordó, había conocido los momentos heroicos de la informatización: ¡Las tarjetas perforadas! ¡Los cortes eléctricos! ¡Los cilindros magnéticos! A cada exclamación abría vivamente los brazos, como invitando a la asistencia a dejar volar su imaginación hacia ese periodo caduco.
 »El interesado sonreía con aire malicioso, se mordisqueaba el bigote de manera bien poco apetitosa; pero en conjunto se portaba con corrección. Louis Lindon, concluyo el jefe de sección calurosamente, había dejado su huella en la informática agrícola. Sin el, el sistema informático del Ministerio de Agricultura no seria lo que es. Y eso no podría olvidarlo (su voz se hizo un poco mas vibrante) ninguno de sus colegas presentes o futuros.
  »Hubo unos treinta segundos de nutridos aplausos. Una muchacha elegida entre las más puras le entrego al futuro jubilado su caña de pescar. El extendió el brazo y la blandió con timidez. Fue la señal de dispersarse hacia el buffet. El jefe de sección se acercó a Louis Lindon y le obligo a un paso lento, pasándole el brazo por los hombros, para intercambiar con él algunas palabras más tiernas y personales.
  »Ese fue el momento que eligió el teórico para susurrarme que Lindon pertenecía a otra generación de la informática. Programaba sin verdadero método, de manera un poco intuitiva; siempre le había costado trabajo adaptarse a los principios del análisis funcional, los conceptos del método Cereza del bosque seguían siendo para el, en su mayor parte, letra muerta. De hecho, habían tenido que reescribir todos sus programas; desde hacia dos años ya no le daban gran cosa que hacer, ya estaba mas o menos en la reserva. Nadie ponía en duda, añadió con calor, sus cualidades personales. Solo que las cosas evolucionan, es normal.
  »Tras enterrar a Louis Lindon en las brumas del pasado, el teórico pudo emprenderla otra vez con su tema predilecto: según el, la producción y la circulación de la información iban a verse afectadas por la misma mutación que habían conocido la producción y la circulación de mercancías: el paso del estadio artesanal al estadio industrial. En materia de producción de la información, constataba con amargura, estábamos todavía lejos del cero defectos; a menudo seguían imperando la redundancia y la imprecisión. Las redes de distribución de la información, insuficientemente desarrolladas, seguían llevando la impronta de la aproximación y el anacronismo (¡la compañía telefónica sigue repartiendo guías de papel!, subrayaba, colérico). A Dios gracias, los jóvenes reclamaban informaciones cada vez mas numerosas y cada vez mas fiables; a Dios gracias, se mostraban cada vez mas exigentes con los tiempos de respuesta; pero el camino que llevaría a una sociedad perfectamente informada, transparente y comunicante era todavía largo.» (pp. 50-53)

MICHEL HOUELLEBECQ
Ampliación del campo de batalla
(Extension du domaine de la lutte, M. Nadeau 1994)
Trad. Encarna Castejón
Anagrama, 1999


Extension du domaine de la lutte, Maurice Nadeau, 1994
Autour de lui, les personnages luttent pour un peu d'amour, de plaisir sexuel ou d'argent. Il est technicien en informatique; il n'a plus d'ambition. Sa vie est une succession de déceptions banales; les repères sociaux s'effritent. Il va perdre son emploi, il ne trouvera pas de femme. L'enfance est finie: au-dessus de lui, il sent grandir l'aile sombre de la dépression. Un roman d'apprentissage: l'apprentissage du dégoût.

lunes, 24 de febrero de 2014

Vila-Matas: Kassel no invita a la lógica (3, fascinación)

«Kassel me había contagiado creatividad, entusiasmo, cortocircuitos en el lenguaje racional, fascinación ante momentos y discontinuidades que buscaban el sentido en lo ilógico para crear nuevos mundos.

Quizás tanto optimismo se debiera a que allí en Kassel había recobrado los mejores recuerdos de mis inicios de artista. Mi admiración, por ejemplo, por aquellos que habían hecho de la escritura su destino: Kafka, Mallarmé, Joyce, Michaux, aquellos para los que la vida apenas era concebible fuera de la literatura, aquellos que hicieron con sus vidas literatura.» (p. 258)

ENRIQUE VILA-MATAS
KASSEL NO INVITA A LA LÓGICA
Seix Barral, 2014

miércoles, 19 de febrero de 2014

Vila-Matas: Kassel no invita a la lógica (2, lo nuevo)


 «La euforia, el interés por cualquier asunto (menos por entrar en persona en el maldito chino), hacían que lo encontrara todo sugestivo, digno de estudio, sumamente interesante, no había nada alrededor que no pudiera ser ensalzado; todo o casi todo lo juzgaba adorable, y era como si estuviera inmerso en una celebración muy completa del hecho mismo de vivir, como si, un año después de la primera, me hubiera decidido a probar una tercera pastilla del doctor Collado y hubiera descubierto que éste, a lo largo de los últimos meses, había desarrollado mucho su invento y había terminado por crear una droga euforizante que hacía que el mundo pareciera un lugar menos imperfecto. O quizás era la fuerza de la brisa de El impulso invisible que estaba creando en mí un ímpetu suplementario, que me llevaba a ver las cosas con cierto entusiasmo. O tal vez la leve euforia procedía del contacto intenso y permanente de las últimas horas con las diferentes obras y las diferentes ideas y conceptos nuevos que había ido viendo y encontrando en Kassel y que habían pasado a formar parte de mi mundo. A fin de cuentas, tantas horas viendo arte tan distinto del convencional me habían dejado muy buenas sensaciones. Y sólo cabía preguntarse —por buscarle tres pies al gato— si había algo realmente nuevo entre todo lo visto. Y la respuesta era no. Pero apenas importaba que fuera ésa la respuesta. Me había fascinado gran parte de lo visto, seguramente porque prefería pensar que era lo más nuevo que se podía encontrar en millones de kilómetros a la redonda y  porque  sin la  fascinación  por lo
nuevo —o por aquello que tenía el detalle de al menos intentar parecerlo— no podía vivir, no había podido vivir nunca, al menos desde que supe que existía o podía existir lo nuevo. Y esto último era algo que Kassel había tenido la virtud de recordármelo porque, a través de esporádicos recuerdos, me había devuelto a los días de mis desolados años de extrema juventud en Cadaqués, especialmente a aquel día en el que observé un reflejo dorado de sol en el espejo de una casa de comidas donde almorzaban en aquel momento las viudas de Duchamp y de Man Ray: no sabía que clase de obra habían dejado sus maridos, pero había visto antes en las paredes del restaurante fotos de las enigmáticas huellas culturales de uno y otro y deseaba ser un creador extranjero como ellos, deseaba tener el aire distinto que intuía que estos artistas siempre habían exhibido y, si no era mucho pedir, cuando terminara el verano, no tener que volver jamás a la «retrasada» Barcelona; deseaba ser un artista de vanguardia, es decir, lo que entonces yo entendía por «alguien en ruptura con la encogida realidad artística de mi ciudad». Y, como deseaba todo esto, pensaba que el modo más directo de convertirme en «vanguardista» sería adoptar un aire parecido al que adoptaban Marcel Duchamp o Man Ray en aquellas fotos de la casa de comidas: vestir, por ejemplo, como había visto que vestía Duchamp, una camisa blanca diferente para cada noche, una especie de uniforme de vanguardista.»
[de Kassel no invita a la lógica (pp. 168-169). Enrique Vila-Matas. Seix Barral 2014]

lunes, 17 de febrero de 2014

Vila-Matas: Kassel no invita a la lógica (1, he venido)

«[...] al recordar que en mi maleta descansaba el viejo ejemplar de Romanticismo, de Rüdiger Safranski. Una vez más, no había errado al escogerlo como compañía. Fui a buscar el libro y lo abrí por la página en que podía leerse que únicamente como fenómeno estético estaban justificados el mundo y la existencia.
dOCUMENTA (13), una exposición de arte, 9/6-16/9-2012
Pensé: ¿no vine a Kassel a buscar precisamente el instante estético? Sí, pero no sólo para eso, me respondí. Ademas, ese instante no lo había encontrado nunca a lo largo de mi vida y todo parecía indicar que las cosas iban a seguir igual para mí después de pasar por Kassel. De hecho, ni siquiera sabía qué podía ser verdaderamente un instante estético, pues hasta entonces sólo había alcanzado a tener atisbos de ese instante, no mucho más. Quedé pensativo. ¿Para qué había ido a aquella ciudad? He venido, me dije, sólo para pensar. Quedé pensativo. He venido para construir mentalmente una cabaña, un refugio humano donde meditar sobre el mundo extraviado. Quedé pensativo. He venido para leer algo sobre un buhonero y su muñón y sobre la España irremediablemente tenebrosa. He venido para buscar el misterio del universo y para iniciarme en la poesía de un álgebra desconocida y a buscar un reloj oblicuo y leer sobre el Romanticismo. Quedé pensativo. He venido para investigar cuál es la esencia, el núcleo puro y duro del arte contemporáneo. He venido para saber si hay vanguardia todavía en el arte. De hecho, he venido para realizar una investigación sobre Kassel. Quedé pensativo. He venido simplemente para contar a mi regreso lo que he visto. He venido para saber qué son los beatniks. Quedé pensativo. He venido a conocer el estado general de las artes. Quedé pensativo. He venido a recuperar el entusiasmo. Quedé menos pensativo. He venido para luego poder contar el viaje como si hubiera ido a la finca de Locus Solus, o a la Acarria, a una Alcarria descrita por Roussel, por ejemplo. He venido para acceder a ese instante en el que un hombre parece asumir para siempre quién es. Quedé pensativo. He venido para dejar tranquila a mi mujer unos días. Quedé pensativo. He venido para dudar. Quedé indeciso. He venido para averiguar si tiene alguna lógica que me hayan invitado a Kassel a hacer un número chino. Quedé pensativo.» [de Kassel no invita a la lógica (pp. 96-97). Enrique Vila-Matas. Seix Barral, febrero 2014]
Manfred Kielnhofer’s Time Guards (Fridericianum Art Museum de Kassel)

viernes, 14 de febrero de 2014

Amando a Pablo, odiando a Escobar (y 6, una balacera descontrolada)

«...con su familia arrojada a pedradas del elegante barrio de Santa Ana y ahora refugiada en el hotel Tequendama propiedad de una policia compasiva que cumplía con el deber de proteger a la esposa e hijos de su victimario mientras el país entero protestaba enfurecido [...]
    El jueves siguiente, cuatro días después del regreso y desesperado porque ya ningún país quiere recibir a los únicos seres que le importan en el mundo, Pablo habla con su hijo de dieciséis años durante veinte minutos, algo que en otras circunstancias jamás hubiera hecho. A pesar de que desde su fuga de la Catedral ha mantenido una obsesiva disciplina en materia de comunicaciones y ya rara vez utiliza sus teléfonos, comienza a realizar desesperadas llamadas para conseguir la forma de reubicar a su familia, a quienes los Pepes han jurado exterminar. En su eterna obsesión por la manipulación de los medios, Pablo le explica detalladamente a su hijo cómo contestar a las preguntas de Semana, la revista que a lo largo de los años lo ha honrado una y otra vez con su portada. Una eficiente oficial de policía que desde hace quince meses rastrea sus comunicaciones sin dar tregua, por el sistema de triangulación radiogonométrica, lo ubica, e inmediatamente pasa el dato al Bloque de Búsqueda. Minutos después los policías localizan la casa en un barrio de clase media de Medellín y alcanzan a divisar a Escobar a través de una ventana mientras continúa hablando por teléfono. Él y sus guardaespaldas también los ven y se inicia una balacera descontrolada que, como la de Bonnie y Clyde, se prolonga durante una hora. Pistola en mano, Escobar sale corriendo descalzo y a medio vestir, intentando saltar por el tejado hacia una casa vecina, pero todo es inútil: segundos después se desploma sobre el tejado con dos tiros en la cabeza y varios en el cuerpo; y ahora el hombre más buscado del mundo, el enemigo público número uno de la nación en toda su historia, el que durante diez años sometió el Estado de derecho a todos los delirios de su megalomanía, es sólo un monstruo de ciento quince kilos que se desangra frente a dos docenas de enemigos que celebran el triunfo con los rifles en alto, delirantes de orgullo y enloquecidos por un júbilo nunca antes visto.»

[De Amando a Pablo, Odiando a Escobar (pp. 387). Virginia Vallejo. Debate, 2008]

  Pablo Escobar, el patrón del mal:
  1, primeras referencias
  2, la serie
  3, el léxico
  4, quién es quién
  5, Botero: el dolor de Colombia
 Amando a Pablo, odiando a Escobar:
 1, el yate volador
 2, catorce países
 3, todo es macro
 4, soluciones fulminantes
 5, en la cárcel catedral
 y 6, una balacera descontrolada

jueves, 13 de febrero de 2014

Amando a Pablo, odiando a Escobar (5, en la cárcel catedral)

Celda de Escobar en la cárcel de Envigado
Celda de Escobar en la cárcel de Envigado
«Y cuando la historia de que Escobar también ha construido calabozo y cementerio propios en las narices de sus guardianes llega al Palacio Presidencial, a César Gaviria se le rebosa la copa y el viceministro de Justicia, hijo de antiguos amigos míos, es enviado a verificar si algo tan espeluznante es cierto o son solo invenciones del cártel de Cali y las familias Moncada y Galeano. Al ser advertido de la llegada de contingentes del ejército para trasladarlo a otra prisión, Escobar cree que el gobierno se propone entregárselo a la DEA y, una vez que el joven funcionario ingresa al penal, lo toma como rehén. Tras una serie de hechos confusos sobre los cuales existen todo tipo de versiones, Pablo sale caminando entre los guardianes -que no mueven un dedo para impedírselo- y huye con sus hombres a través de unos túneles en los que venían trabajando desde hacía meses. Se inicia una maratoniana transmisión en directo a través de todas las emisoras del país y, mientras el nuevo director del noticiero Todelar —al servicio del cártel de Cali— no me permite tomar el micrófono en toda la tarde, Pablo le hace creer a Yamid Amat de Caracol que lleva tres horas oculto entre un enorme tubo en las proximidades de la Catedral mientras, en realidad, se encuentra ya a kilómetros de distancia y protegido por la densidad de la selva.


Interior y exterior de la cárcel de Envigado

Yo estoy feliz porque sé que, con la fuga, Pablo ha dictado su sentencia de muerte. De inmediato se crea el Bloque de Búsqueda de la policía, que es entrenado en Estados Unidos con la única misión de acabar con él de una vez por todas. Desde un primer momento, los Pepes les ofrecen toda su cooperación. Tras entrenamientos intensivos, los Navy Seals y el Grupo Delta también se unen entusiasmados al Bloque de Búsqueda, y la DEA, el FBI y la CIA llegan con veteranos de Vietnam. Mercenarios alemanes, franceses y británicos los siguen —en pos de la recompensa de veinticinco millones de dólares—, y un total de ocho mil hombres son asignados en varios países para una guerra multinacional contra un solo individuo, uno a quien los americanos quieren vivo y los colombianos quieren muerto. Porque sólo la muerte garantiza su silencio.
Avión de Avianca destruido en pleno vuelo por una bomba del cártel de Medellín
En represalia por los interrogatorios y el descuartizamiento de unos cuantos mártires del bajo mundo en el nombre del Estado de derecho, Escobar coloca una bomba tras otra, prácticamente una a la semana, y sus sicarios, ahora convertidos en estrellas mediáticas, comienzan a aparecer en portadas de revistas y en primera página de todos los diarios. Como si Pablo fuese algún líder de la Resistencia, los medios publican todo lo que aquellos dicen y todo lo que él les dicta.»

[De Amando a Pablo, Odiando a Escobar (pp. 379). Virginia Vallejo. Debate, 2008]

  Pablo Escobar, el patrón del mal:
  1, primeras referencias
  2, la serie
  3, el léxico
  4, quién es quién
  5, Botero: el dolor de Colombia
 Amando a Pablo, odiando a Escobar:
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 3, todo es macro
 4, soluciones fulminantes
 5, en la cárcel catedral
 y 6, una balacera descontrolada

miércoles, 12 de febrero de 2014

Amando a Pablo, odiando a Escobar (4, soluciones fulminantes)

«Pablo Escobar es dueño de la mente más moderna que yo haya conocido. Un autentico experto en geopolítica caribeña, ha construido en menos de una década la industria más rentable de todos los tiempos y ahora la controla con puño de hierro como si fuese una auténtica corporación multinacional. Combina un excepcional talento para visualizar el futuro con una especie de sabiduría antigua que le permite resolver en cuestión de segundos todas las cosas practicas o urgentes de la vida y tener siempre a mano soluciones fulminantes para cada problema, del tipo que para otro ser humano serían no sólo inconcebibles sino casi imposibles de poner en práctica.


    Pablo sólo siente verdadera pasión por una cosa: el ejercicio del poder en beneficio de sus intereses. Todo en su vida cumple dicho propósito y eso, obviamente, me incluye a mí. Como lo amo y lo fustigo en las mismas proporciones —y como jamás me entrego a él completamente—, soy para él un desafío permanente y, por ello, ensaya conmigo a nivel individual esa misma seducción que a nivel colectivo ha comenzado a poner en práctica con un país que él ve, trata y pretende utilizar como si fuese sólo una extensión de la Hacienda Nápoles. Soy no sólo la única mujer de su misma edad que él tendrá en toda su existencia, sino también la única librepensadora y educada y, por razones de mi oficio, seré para él siempre su amante detrás de una cámara. Cuando necesita medir la posible reacción de otros a su discurso político, me utiliza fríamente como interlocutor —mezcla de abogado defensor, fiscal, testigo, juez y público—, consciente de que mientras él seduce a la mujer trofeo, la mujer cámara lo esta analizando, cuestionando, catalogando y casi seguramente comparando con otro de su misma talla.
    Escobar es uno de los hombres más despiadados que haya producido en toda su historia una nación donde los hombres con frecuencia se amamantan del odio, la envidia y la venganza; pero a medida que el tiempo pasa y el amor va transformándose, he comenzado a verlo como un niño grande que carga con una cruz cada vez más pesada, hecha de las responsabilidades imaginarias y delirantes de aquellos cuya ambición conduce a la obsesión por controlar y dominar absolutamente todo, sus circunstancias, su entorno, su destino e incluso a todos los seres humanos que puedan formar parte de su pasado, su presente o su futuro.»
[De Amando a Pablo, Odiando a Escobar (pp. 227-228). Virginia Vallejo. Debate, 2008]

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martes, 11 de febrero de 2014

Amando a Pablo, odiando a Escobar (3, todo es macro)

Virginia Vallejo entrevista a Pablo Escobar
«[...] Y, de un tiempo para acá ambos hablamos el mismo idioma: no sólo adoramos reír juntos, y somos el hombre importante, y rico, y la mujer famosa, y bonita, mejor informados del país, sino que cada uno simpatiza con la causa del otro y la compasión que sentimos es de doble vía.
  —Pero ¿cómo podría alguien tener de amante a semejante belleza, semejante reina, semejante diosa? ¡Una mujer como tú es para casarse con ella, para regarla cada día, para no volver a mirar a ninguna otra jamás en la vida! ¡Y pensar que uno ya está casado... y con semejante fiera! [...]
   La otra diferencia de fondo entre Pablo y Gilberto es que el hombre que todavía amo, y al que tanto extraño, nunca me ha subestimado. Pablo no insulta mi inteligencia y no usa galanterías conmigo sino cuando me ve deshecha, sufriendo por cosas suyas de las que yo jamás me atrevería a hablarle. Pablo jamás aceptaría una derrota; de nadie, ni siquiera de la mujer amada. Pablo no habla mal de sus cómplices sino de los galanistas, sus enemigos jurados. Pablo siempre manda al día siguiente el ciento por ciento de lo que promete y nunca pide recibo. Pablo no habla de cosas pequeñas y jamás baja la guardia con nadie, Virginia Vallejo y Pablo Escobar en 1982 sobre todo conmigo, porque para él y para mí nada es suficiente: todo debería ser mejor, mil veces más grande el súmmum, lo máximo. Todo en nuestro mundo, nuestra relación, nuestro lenguaje, nuestras conversaciones, es macro. Somos igual de elementales y terrenales, de soñadores y ambiciosos, de terribles e insaciables, y el único problema que tenernos son dos códigos éticos que eternamente están chocando. [...] Pablo y yo no cesamos de sorprendernos, de sacudirnos, de contradecirnos, de enfrentarnos, de escandalizarnos mutuamente, de llevarnos hasta el límite antes de devolver al otro a la realidad tras haberlo hecho sentir brevemente como un todopoderoso dios humano para quien no hay imposibles. Porque no hay nada, nada en el mundo, que haga latir más a un ego que encontrarse con otro de su mismo tamaño, siempre y cuando sea éste del género opuesto y uno de los dos termine con el cuerpo que encierra al otro palpitando debajo del que encierra al suyo.»

[De Amando a Pablo, Odiando a Escobar (pp. 164-165). Virginia Vallejo. Debate, 2008]

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lunes, 10 de febrero de 2014

Amando a Pablo, odiando a Escobar (2,catorce países)

«Los hay verdes, azules, vino, marrones, negros. Y antes de que yo pueda dar un salto hacia delante para intentar examinarlos de cerca, una esposa de acero se cierra con un ¡clic! en torno a mi tobillo derecho y quedo sujeta a la pata del mueble [...]
  —[...] ¡Tú eres un genio, Pablo!... ¡El máximo prodigio del bajo mundo! [...] ¿Son todos tuyos? Pero ¿cuántos son? ¿Cuánto cuestan? ¿Cómo se consiguen? ¡Déjame ver las fotos y tus nombres!  [...]
  —¡No, no, no! Apuesto a que tú, prodigio del alto mundo, jamás hubieras creído que alguien  del mío pudiera ser tan popular que ¡catorce naciones ya le hayan concedido la ciudadanía!
  —¡Guaaau! Ahora sí sé para qué sirve la plata combinada con un coeficiente criminal privilegiado... Parece que media ONU se disputa el honor!... Pero no veo por ninguna parte el de Estados Unidos, que en tu profesión debería ser como... la prioridad número uno, ¿o no?
  —Bueno, mi amor... ¡Roma no se hizo en un día! Y el siete por ciento de los países del mundo no está mal... para comenzar... a mi tierna edad. Por ahora no puedes ver sino las fotos. Mis nacionalidades y nombres los irás conociendo a medida que los vayamos utilizando. Ni yo mismo me los sé bien todavía.
  —¿Te das cuenta? ¡Soy la única persona de total confianza que puede ayudarte con la pronunciación correcta en cinco idiomas ¿No soy un tesoro de novia? [...]
  —En este estoy con la cabeza afeitada. Aquí, con anteojos y chivera como un intelectual marxista. En este otro, con peinado afro. Qué horror, ¿no? Aquí de árabe: me lo consiguió el principe saudita amigo mío. Para éste me teñí de rubio; y para este otro, de pelirrojo [...] Aquí sí tengo peluca. En este estoy sin bigote y aquí con barba tupida. ¿Qué tal este, calvo pero con melena y gafitas como el profesor Tornasol de Tintín? Genial, ¿no? En casi todos me veo horrible, ¡pero ni mi mamá me reconocería!»

[De Amando a Pablo, Odiando a Escobar (pp. 87-89). Virginia Vallejo. Debate, 2008]

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domingo, 9 de febrero de 2014

Virginia Vallejo: Amando a Pablo, odiando a Escobar (1, el yate volador)

«Pablo Escobar pertenece a ese pequeño grupo de niños privilegiados que desde su más tierna infancia supo exactamente qué quería ser cuando grande. Y también lo que no quería ser: Pablito jamás soñó con ser piloto, ni bombero, ni médico, ni policía.
—Yo sólo quería ser rico, más rico que los Echavarría de Medellín y más rico que cualquiera de los ricos de Colombia, al precio que fuera y utilizando todos los recursos y cada una de las herramientas que la vida fuera poniendo a mi disposición. Me juré que, si a los treinta años no tenía un millón de dólares, me suicidaría. De un tiro en la sien —me confiesa un día mientras subimos al Lear Jet, estacionado en su hangar privado del aeropuerto de Medellín junto al resto de su flota—. Muy pronto voy a comprarme un Jumbo para acondicionarlo como oficina volante, con varios dormitorios, baños con duchas, salón, bar, cocina y comedor. Una especie de yate volador. Así, tu y yo podremos viajar por el mundo sin que nadie lo sepa ni pueda molestarnos.» (p. 81)

  Pablo Escobar, el patrón del mal:
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  3, el léxico
  4, quién es quién
  5, Botero: el dolor de Colombia
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jueves, 6 de febrero de 2014

Balzac y Argullol sobre la (imposible) perfección en el arte


EL PINTOR DESNUDO

«En 1931 Ambroise Vollard publicó una cuidada edición del relato de Balzac La obra maestra desconocida con ilustraciones de Pablo Picasso. La parte gráfica del libro estaba integrada por sesenta y cinco dibujos realizados por Picasso en 1924, grabados por Aubert; trece aguafuertes [...] y otra serie de dibujos intercalados en el texto que, en apariencia, nada tenían que ver con la narración de Balzac.» (p. 92)

«La pasión por la perfección y, más en concreto, por la obra perfecta ocupa un lugar privilegiado en las denominadas "novelas filosóficas" dentro del vastísimo mosaico de La comedia humana. En La búsqueda del absoluto esta pasión se desarrolla alrededor de la insatisfecha exploración de un alquimista; en Gambara es la pasión de un músico lo que aglutina el relato de la misma forma en que el canto ocupa el centro de Massimila Doni.
  La obra maestra desconocida, literariamente la más exquisita de estas novelas filosóficas, está protagonizada por la pasión de lo perfecto a través de los últimos años de la vida de un pintor, aunque propiamente podría afirmarse que el auténtico protagonismo corresponde a la pintura. La narración es simultáneamente un análisis de la creación artística, una disección del acto pictórico y una lección sobre la pintura europea.» (p. 95)
«En su reflexión Balzac acepta la herencia de la tradición renacentista para orientarla hacia el rumbo de la modernidad e, incluso, más específicamente, de la vanguardia. Frenhofer, su protagonista literario, es un pintor obsesionado por la perfección. Los términos en que se manifiesta esta obsesión son, al mismo tiempo, "clásicos" y "modernos". Su ímpetu autodestructivo, por el que destroza sus propias obras, parece contagiado del mismo fuego exterminador expuesto por Miguel Ángel en sus sonetos; como éste, renunciaría a todo con tal de procrear una sola forma perfecta.» (p. 97)

«El entrelazamiento de La obra maestra desconocida con alguno de los grandes artistas del pasado -Miguel Ángel, Giorgione, Tiziano, Poussin- y de la éopca moderna -Cézanne o Giacometti- podrá dar lugar a un nuevo relato sobre las fuentes artísticas de la literatura y sobre las influencias de las obras literarias en el arte. En el caso de Picasso la novela de Balzac reunía los ingredientes suficientes para provocar su propia creatividad, aunque igualmente es cierto que sus ilustraciones nos arrojan renovada luz sobre el significado de la narración balzaquiana.» (p. 107)
Extracto del libro
Rafael Argullol
MALDITA PERFECCIÓN
Escritos sobre el sacrificio
y la celebración de la belleza
Acantilado, 2013
240 páginas | 24,00 €

lunes, 3 de febrero de 2014

Pablo Escobar (y 5, Botero: El dolor de Colombia)

«Mi país tiene dos caras”, comentó Botero, “Colombia es el mundo amable que yo pinto siempre, pero también tiene esa cara terrible de la violencia.» (El dolor de Colombia)
Botero: Masacre
Botero: Masacre
Botero: Secuestro
Botero: carro bomba
Botero: carro bomba
Botero: La muerte de la Catedral (Bojaya) Botero: El desfile
Botero: El cazador Botero: La muerte de Pablo Escobar
Botero: Masacre en Ciénaga Grande
Botero: Pablo Escobar muerto
El terror y la muerte de Pablo Escobar.
«No voy a hacer negocio con el dolor de Colombia. Sólo deseo dejar el testimonio de un artista que vivió y sintió su país y su tiempo. Es como decir: “miren la locura en que vivimos.”» Fernando Botero

sábado, 1 de febrero de 2014

Escobar, el patrón del mal (4, quién es quién)

Principales personajes de la serie Escobar, el patrón del mal y sus equivalentes en la vida real. Fuente: wikipedia.


ENTORNO FAMILIAR

Pablo Emilio Escobar Gaviria Pablo Escobar (1949-1993). Narcotraficante colombiano fundador y líder del Cartel de Medellín.

Gustavo Gaviria

Gonzalo Gaviria, primo, socio y asesor de Pablo Escobar.
Abatido por el Bloque de Búsqueda en contra de Escobar.

Hermilda Gaviria

Enelia de Escobar, madre y consejera de Pablo Escobar.

María Victoria Henao

Patricia Urrea de Escobar, Patico, su esposa.
Huyó a Argentina junto a sus hijos.

Mario Henao Vallejo

Fabio Urrea, cuñado y socio. Abatido en el operativo de desmantelamiento de su laboratorio.

Roberto Escobar

'El Peluche'. Hermano y socio de Pablo Escobar.

Luis F. Escobar Gaviria

Hermano menor de Escobar, asesinado a los 19 años en 1977.

Alba Herminia Escobar

Hermana de Pablo Escobar.

Virginia Vallejo

Regina Parejo, periodista, asesora y amante de Pablo Escobar. Autora del libro 'Amando a Pablo, odiando a Escobar'.

SICARIOS

John Jairo Arias Tascón 'Pinina' El Chili, hombre de confianza de Escobar y jefe de sicarios.
Abatido por la policía en 1990.

John Jairo Vásquez Velásquez 'Popeye'

El Marino (Marinito). Se entregó a la justicia.

Luis Carlos Alzate Urquijo 'El Arete'

El Candonga (Candonguita). Hombre de confianza experto en
fabricación de bombas. Preso en EEUU por narcotrafico.

Mario Castaño Molina
'El Chopo'

El Topo, sanguinario sicario y asesino al servicio de Escobar.
Abatido por la policía en 1993.

Brances Alexánder Muñoz Mosquera 'Tyson'

Caín. Responsable de varios asesinatos, de atentados contra el
DAS y el vuelo 203 de Avianca. Abatido por la policía en 1992.

Dandennys Muñoz Mosquera 'La Quica'

Quico. Responsable de varios crimenes. Viajó a EEUU donde fue
capturado y condenado a cadena perpetuta en 1993.

Griselda Blanco

Graciela Blanco. Mentora de Escobar en el negocio de la droga.

Wendy Chavarriaga Gil

Yesenia. Modelo que tuvo relaciones con el patrón. La mandó
asesinar por haber tenido relaciones también con Popeye.

Fernando Botero: Masacre de Ciénaga Grande (Serie 'El dolor de Colombia')

SOCIOS

Gonzalo Rodríguez Gacha Gustavo Ramírez, El Mariachi.
Abatido por el Bloque de Búsqueda en 1989.

Carlos Lehder

Marcos Herber. Extraditado por la Corte de Estados Unidos.

Jorge Luis Ochoa

Pedro Motoa. Se entregó a la justicia.

Fabio Ochoa Vásquez

Julio Motoa. Extraditado a EEUU donde cumple condena.

Juan David Ochoa

Germán Motoa. Se entrega a la justicia junto a sus hermanos. Falleció por causas naturales.

Martha Nieves Ochoa

Irma Motoa. Hermana del Clan Ochoa y víctima de secuestro a manos del M-19.

Carlos Castaño

Miguel Moreno. Aliado de Escobar en la lucha contra
la guerrilla hasta 1992; líder de los PEPES.

Alberto Santofimio

Alonso Santorini, político. Planeó el 'Asesinato de carácter' para eliminar a Rodrigo Lara y a Luis Carlos Galán.

Gilberto Rodríguez Orejuela

'El Ajedrecista' lider del Cartel de Cali.

PERIODISTAS

Guillermo Cano Isaza Guillermo Cano director de El espectador.
Cansado de sus opiniones Pablo Escobar terminó asesinándolo.

Ana María Busquets de Cano

Esposa de Guillermo Cano, dirigió El Espectador al morir Guillermo y huir sus hijos a España.

María Jimena Duzán

Nicki Polania, periodista de El Espectador.
Delató al Cartel de Medellín.

Yamid Amat

Periodista colombiano, director de noticias de Caracol Radio.


POLÍTICOS


Rodrigo Lara Bonilla Rodrigo Lara Bonilla.
Ministro de Justicia asesinado por Pablo Escobar.

Nancy Restrepo de Lara

Esposa de Rodrigo Lara. Se exilió con sus hijos a España.

Luis Carlos Galán

Luis Carlos Galán, candidato presidencial.
Asesinado en Soacha por orden de El Mariachi.

Gloria Pachón de Galán

Esposa de Luis Carlos Galán. Tuvo que abandonar el país.

Maruja Pachón

Directora de FOCINE, esposa de Alberto Villamizar
y cuñada de Galán. Secuestrada por Los extraditables.

Alberto Villamizar

Político colombiano, esposo de Maruja Pachon,
cuñado y amigo de Luis Carlos Galán.

Diana Turbay

Importante periodista colombiana. Secuestrada por
Los Extraditables. Murió durante el rescate.

Julio César Turbay

Padre de Diana Turbay.
Presidente de Colombia entre 1978 y 1982.

Belisario Betancur

Presidente de Colombia (1982-1986).

Virgilio Barco

Presidente de Colombia (1986-1990).

César Gaviria Trujillo

Presidente de Colombia (1990-1994).
Reemplazó al candidato Luis Carlos Galán.

Marina Montoya de Pérez

Carmiña Bedoya. Hermana de Germán Montoya,
Secretario de Gobierno de Virgilio Barco (1986-1990).

FUERZAS DEL ORDEN

Coronel Jaime Ramírez Gómez Coronel Jairo Jimenez. Encargado de las operaciones
en Tranquilandia, asesinado por órdenes de Escobar.

Coronel Hugo Martínez Poveda

Coronel Martín Pabón, jefe del Bloque de Búsqueda en 1993. Incorruptible artífice del desmantelamiento del Cartel de Medellín.

Coronel Waldemar Franklin Quintero

Coronel Oswaldo Quintana.
Asesinado el mismo día de la muerte de Galán.

Miguel Maza Márquez

Muriel Pedraza. Jefe del DAS.

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