miércoles, 30 de julio de 2014

Houellebecq: La posibilidad de una isla


Daniel 24, 1

«Mira esas pequeñas criaturas que se mueven a lo lejos. Son hombres.
    A la luz que agoniza, asisto sin lamentos ni arrepentimientos a la desaparición de la especie. Un último rayo de sol roza el llano, pasa por encima de la cadena montañosa que intercepta el horizonte al este, tiñe el paisaje desértico de un halo rojo. El enrejado metálico de la barrera de protección que rodea la residencia resplandece. Fox gruñe suavemente; sin duda percibe la presencia de los salvajes. Por ellos no siento ninguna piedad, ningún sentimiento de comunidad. Los considero simplemente como monos un poco más inteligentes, y por eso mismo más peligrosos. A veces abro la barrera para socorrer a un conejo o a un perro vagabundo; nunca para ayudar a un hombre.
    Tampoco se me ocurriría nunca aparearme con una hembra de su especie. La barrera interespecífica, que suele ser territorial en los invertebrados y las plantas, se vuelve principalmente comportamental en los vertebrados superiores.

    En algún lugar de la Ciudad Central hay un ser modelado a mi imagen y semejanza; al menos tiene mis rasgos y mis órganos internos. Cuando yo muera, la ausencia de señal será captada en cuestión de nanosegundos; se pondrá en marcha la fabricación de mi sucesor. Al día siguiente, o al otro a más tardar, se abrirá la barrera de protección; mi sucesor se instalará entre estas paredes. Será el destinatario de este libro.
  La primera ley de Pierce identifica personalidad y memoria. En la personalidad no existe nada salvo lo memorizable (ya se trate de memoria cognitiva, comportan mental o afectiva). Por ejemplo, gracias a la memoria el sueño no disuelve en absoluto la sensación de identidad.
    Según la segunda ley de Pierce, el soporte adecuado de la memoria cognitiva es el lenguaje.
  La tercera ley de Pierce define las condi- ciones de un lenguaje incapaz de tergiversar.

    Las tres leyes de Pierce acabarían con las azarosas tentativas de descargas mnemónicas a través de un soporte informático, en provecho, por un lado, de la descarga molecular directa y, por otro, de lo que hoy conocemos como relato de vida, inicialmente concebido como mero complemento, una solución provisional pero que, a consecuencia de los trabajos de Pierce, cobraría una importancia considerable. De hecho, este crucial avance lógico llevaría, curiosamente, a la rehabilitación de una forma antigua, en el fondo bastante cercana a lo que antaño llamaban autobiografía.
    No hay reglas precisas respecto al relato de vida. El principio puede tener lugar en cualquier punto de la temporalidad, igual que la primera mirada puede detenerse en cualquier punto del espacio de un cuadro; lo importante es que, poco a poco, asome el conjunto. » (pp. 25-26)

+ El mapa y el territorio
+ Ampliación del campo de batalla


La posibilidad de una isla
Michel Houellebecq
(La Possibilité d'une île, 2005)
Trad: Encarna Castejón
Punto de lectura, 2013
448 pág. 9,99 €


Entrevista de Thierry ARDISSON a propósito de La Possibilité d'une île.

"La Possibilité d'une île", la canción, interpretada por Carla Bruni.

«Mi vida, vida mía, mi antiquísima vida,
mi primer deseo mal curado,
mi primer amor disminuido,
has tenido que volver.

He tenido que conocer
lo mejor que hay en la vida,
dos cuerpos que disfrutan de su felicidad
uniéndose y renaciendo sin fin.

En completa dependencia
comparto el temblor del ser,
la vacilación de desaparecer,
el sol que azota el lindero.

Y el amor, en el que todo es fácil,
donde todo se da al instante:
existe en mitad del tiempo
la posibilidad de una isla.»

"La posibilidad de una isla", poema de Michel Houellebecq contenido en el libro.
[qué libro tan trabajoso]

jueves, 24 de julio de 2014

Afinidades editoriales (de este blog)

 editorial libros

 Anagrama 60
 RH Mondadori 29
 Seix Barral 21
 Tusquets 20
 Alianza 14
 Lumen 12
 DeBolsillo 11
 Galaxia Gutenberg 10
 Blackie Books 9
10   Debate 9
11   Alfaguara 7
 editorial libros

12   Punto de lectura 7
13   Acantilado 6
14   Sexto Piso 5
15   Minúscula 5
16   Quaderns Crema 5
17   Alfabia 4
18   Edicions 62 4
19   Austral 4
20   Booket 4
21   Duomo  3
 22  Destino 3

Además: Adesiara · Aguadulce · Alba · Alpha Decay · Ara Llibres · Asteroide · Automática · Berenice · Cabaret Voltaire · Candaya · Cátedra · Cercle de Viena · Còmplices · Crítica · Destino · Ediciones B · Ediciones Libertarias · El Aleph · Errata Naturae · Espasa · Gadir · Global Rythm · Jot Down · Kailas · Labreu · Males Herbes · Malpaso · Minotauro · Omega · Periscopi · Plaza y Janés · RBA · Sexto Piso · Triangle Postals.

jueves, 17 de julio de 2014

Cormac McCarthy: Meridiano de sangre (y de violencia)

«Vieron muchachas de ojos negros y la cara pintada fumando puros pequeños, cogidas del brazo y mirándoles con descaro. Vieron al gobernador en persona muy erguido y ceremonioso en su sulky con maineles de seda franquear la puerta doble del patio de palacio y un día vieron una jauría de humanos de aspecto depravado recorrer las calles montando ponis indios sin herrar, medio borrachos, barbados, bárbaros, vistiendo pieles de animales cosidas con tendones y provistos de toda clase de armas, revólveres de enorme peso y cuchillos de caza grandes como espadones y rifles cortos de dos cañones con almas en las que cabía el dedo gordo y los arreos de sus caballos hechos de piel humana y las bridas tejidas con pelo humano y decoradas con dientes humanos y los jinetes luciendo escapularios o collares de orejas humanas secas y renegridas y los caballos con los ojos desorbitados y enseñando los dientes como perros feroces y en aquella tropa había también unos cuantos salvajes semidesnudos que se tambaleaban en sus sillas, peligrosos, inmundos, brutales, en conjunto como una delegación de alguna tierra pagana donde ellos y otros como ellos se alimentaban de carne humana. » (p. 103)
Meridiano de sangre
Cormac McCarthy
Trad. Luis Murillo Fort
DeBolsillo, 2014

domingo, 13 de julio de 2014

Casita en Canadá

Tenía una casita pequeñita en Canadá,
con un estanque y flores,
las mas lindas que hay allá,
y todas las muchachas que pasaban por allí,
decían, qué bonita la casita en Canadá.
Y un día por despecho,
Pincu Panco la incendió
y entonces sin la casa para siempre se quedó.
Y ¿saben lo que hizo?
la cosa es muy sencilla,
más ése es un secreto que conozco sólo yo.
Él hizo otra casita pequeñita en Canadá
con un estanque y flores,
las mas lindas que hay allá
y todas las muchachas que pasaban por allí
decían, qué bonita la casita en Canadá.
(Elder Barber, 1961)

jueves, 10 de julio de 2014

Series (verano 2014)


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Boardwalk Empire - s4 T.Winter + HBO s5 - fall 2014

Downtown Abbey - s4 J.Fellowes + ITV s5 - sept. 2014

Escobar, el patrón del mal Uribe-Cano + Caracol finish

Game of Thrones - s4 Benioff-Weiss + HBO s5 - spring 2015

Hijos del Tercer Reich S.Kolditz + ZDF finish

Homeland - s3 Gordon-Gansa + FOX s4 - fall 2014

Mad Men - s7(1) M.Weiner + AMC s7(2) - 2015

Masters of Sex - s1 M.Ashford + Sony s2 - jul. 2014

The Good Wife - s5 R&M King + CBS s6 - 2015

The Newsroom - s2 A.Sorkin + HBO s3 - fall 2014

True Detective - s1 N.Pizzolatto + HBO mai més

Vikings - s2 M.Hirst + HistoryCh. s3 - 2015

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lunes, 7 de julio de 2014

Echenoz vs Ravel: tan solo ritmo


JEAN ECHENOZ (Orange, 1947)
RAVEL (2006)
Trad. Javier Albiñana
Anagrama, 2007 - 128 páginas, 7,90 €

«[...] En cualquier caso, en este momento hay una fábrica que a Ravel le gusta mucho mirar, yendo hacia el Vésinet, justo antes del puente de Rueil, le sugiere cosas. Sí: está componiendo algo relacionado con el trabajo en cadena.
   Cadena y repetición, la composición concluye en octubre tras un mes de trabajo únicamente turbado por un soberano catarro contraído, durante una gira por España, bajo los cocoteros de Málaga. Sabe perfectamente lo que quiere hacer, ni desarrollo ni modulación, tan solo ritmo y transposición. En última instancia, es algo que se destruye, una partitura sin música, una fábrica orquestal sin objeto, un suicidio cuya única arma es la ampliación del sonido. Frase repetida una y otra vez, cosa sin esperanza y de la que nada cabe esperar, de ahí, al menos, dice, una pieza que las orquestas del domingo no tendrán la osadía de incluir en sus programas. Pero todo eso no tiene importancia, sólo está hecho para ser bailado. Únicamente la coreografía, la luz y el decorado permitirán soportar las repeticiones de esa frase. Un día pasa con su hermano por la fábrica del Vésinet y le dice: Ves, ésa es la fábrica del Bolero.
  Pero no todo sucede como tenía previsto. La primera vez que se baila desconcierta un poco pero funciona. Pero sobre todo funciona de maravilla en concierto. Funciona extraordinariamente. Ese objeto sin esperanza cosecha un triunfo que deja estupefacto a todo el mundo comenzando por su autor. Cierto que al final de una de las primeras ejecuciones una anciana en la sala grita llamándole loco, pero Ravel asiente con la cabeza. Por lo menos una que ha entendido algo, le confiesa a su hermano. Ese triunfo termina inquietándole. Que un proyecto tan pesimista reciba una acogida popular, Echenoz habla de Ravel muy pronto universal y por largo tiempo, hasta el punto de convertirse en una de las cantinelas del mundo, es algo que lleva a plantearse problemas, pero sobre todo a puntualizar. A quienes se aventuran a preguntarle cuál es su obra maestra, les contesta de inmediato: El Bolero, desde luego, por desgracia está vacío de música.» (pp. 78-80)


[ Bolero: Ravel | Coreografía: Maurice Béjart | Bailan: Maya Plisetskaya y Ballet du XXe Siècle]
[De Maurice Ravel (o el Bolero): “Los últimos años de Maurice Ravel fueron una verdadera tortura. Era casi un muerto viviente, incapaz de comunicarse con el exterior. Insomnio, fatiga, pérdida de movimiento en las manos, fases de amnesia y afasia. Pero al mismo tiempo perfectamente consciente de que estaba perdiendo vocabulario, que era incapaz de recordar como se escribía una carta y que miraba impotente a los muchos admiradores que le tendían un papel y un lápiz en busca de un autógrafo. Se pasó toda su vida intentando ocultar, o al menos disimular, sus propios sentimientos y tuvo como colofón la imposibilidad de demostrar nada que no fuera impasibilidad. Cuando por fin los médicos decidieron operarle, para intentar abrir la espesa niebla que rodeaba su cerebro, sólo consiguieron sumergir a Ravel en una dulce agonía de ocho días, tras la que murió, el 28 de diciembre de 1937.” Juaquín Turina, El Mundo, 1997]

jueves, 3 de julio de 2014

Dona Tartt: El jilguero (literatura plana = trampantojo)

«—Completamente extraordinario —continuó Horst con serenidad. Un bodegón como ese -señaló el Claesz con un ademán lento (las uñas de las manos ribeteadas de negro, una red de venas en el dorso de la mano)— hace hincapié en el trampantojo. Posee gran destreza técnica, pero es demasiado refinado. De una precisión obsesiva. Tiene una cualidad casi mortal. Una buena razón para que se llamen naturalezas muertas, ¿no? —dio un paso hacia atrás con las rodillas flojas—. En cuanto a Fabritius, sé la teoría de El jilguero, estoy muy familiarizado con ella, la gente lo considera un trampantojo y desde lejos en realidad puede describirse como tal. Pero me da igual lo que digan los historiadores de arte. Lo cierto es que hay en él partes trabajadas como un trampantojo..., como la pared y el pedestal, el rayo de luz que cae sobre el metal o el pecho emplumado, es casi una criatura viva. Todo esponjoso y plumoso. Suave, suavísimo al tacto. Claesz llevaría ese acabado, esa precisión a la muerte; un pintor como Van Hoogstraten lo llevaría aún más lejos, sería el último paso hacia su destrucción. Pero Fabritius está haciendo un juego de palabras con el género..., una réplica maestra a toda la idea del trampantojo..., porque en otras partes (¿la cabeza?, ¿el ala?) en la que no es nada realista ni fiel, desmonta la imagen de una forma totalmente deliberada para enseñarnos cómo la ha pintado. Trazos y parches, muy moldeados y trabajados a mano, sobre todo la curva del cuello, un pedazo de pintura sólida, muy abstracta. Esto es lo que lo convierte en un genio, no tanto de su época como de la nuestra. No hay dobleces. Ves la mancha, ves la pintura por lo que es y también que el pájaro está vivo.» (pp. 857-858)
Carel Fabritius (Holanda, 1622-1654)
Jilguero atado
Mauritshuis (La Haya)

Donna Tartt
The Goldfinch (Little Brown, 2013)
El jilguero (Lumen, 2014)
Trad. Aurora Echevarría
Niño con calavera (primer capítulo)
Eduardo Lago: Donna Tartt, el vuelo entre la alta y la baja literatura.
Ánxel Grove: La tragedia tras el cuadro.
(qué plasta de libro, qué peñazo de pulitzer)

martes, 1 de julio de 2014

Genazino: Una mujer, una casa, una novela

«De Suecia ya no faltaba mucho para dar el salto hasta el escritor noruego Knut Hamsum y al hambre que pasó en Cristiania, a la que puso fin huyendo a Chicago. El último escritor del que trató mi conferencia de ese día fue Frankz Kafka. Hablé de su ciudad natal, Praga, que yo sólo conocía por los libros. Mi ignorancia acrecentaba mi apasionamiento. Hablaba de Franz Kafka como si lo conociera personalmente y como si cada día supiera algo nuevo sobre su vida. Y hasta cierto punto era así. En aquella época yo leía todo lo que podía comprar de él y sobre él e inmediatamente le pasaba a Gudrun cada nuevo detalle. A veces la miraba mientras caminábamos y le sonreía, no, controlaba un poquitín si me escuchaba o si estaba aburriéndola. Mi conferencia se prolongó hasta que llegamos a la puerta del piso del sótano. Entré con Gudrun en el pasillo y la besé con una excitación que nosotros tomábamos por un signo de nuestro amor y de nuestro futuro. En realidad yo barruntaba que mis besos no tenían que ver con Gudrun y que allí, detrás de ella, estaba Franz Kafka, a quién yo le agradecía que me hubiera dado una vez más tanta vitalidad.» (p. 16)
Wilhem Genazino (Mannheim, 1943)
UNA MUJER, UNA CASA, UNA NOVELA
Eine Frau, eine Wohnung,
ein Roman
(2003)
Trad. Carmen Gauger
Galaxia Gutemberg, 2004
(un gustazo)
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