viernes, 11 de marzo de 2016

Vila-Matas: Marienbad elécrico [la parte de Dominique]

«Le preguntaron a DGF [Dominique Gonzalez-Foerster] si su punto de partida siempre eran los libros. Y dijo que sí, especialmente el espacio intangible, el escenario que pueden llegar a crear. Son algo así como su material de construcción, dijo. Todo empieza para ella en los libros. Y luego, partiendo de ellos, investiga, ve películas, viaja, toma fotos, toma notas, pregunta, escucha, discute, todo va a encontrar un momento en el que tendrá la oportunidad de entrar en el mundo de su siguiente instalación.


Ella sabe que, como decía Walser, no hace falta ver nada extraordinario, pues ya es mucho lo que se ve. Por eso trabaja con absoluta tranquilidad. Hace croquis y mapas de ideas. Y en ocasiones estudia dibujos de yugos de amor de bisabuelas españolas. A veces de noche, en su estudio, cuando no puede dormir, trabaja mentalmente en silencio y, como ella misma ha contado, muchas veces las ideas aparecen como una aurora boreal.» (págs. 58-59)


DGF: «En realidad no tengo taller y nunca lo he tenido. Mi taller es la noche. Tumbada en la oscuridad los pensamientos se exponen y cobran forma» (pág. 114)


DGF: «En un breve texto grabado en la pared a la entrada de la obra Shortstories, que también se presentó en las colecciones del Centro Pompidou, me definí como prisionera literaria de un triángulo formado por Enrique Vila-Matas, Roberto Bolaño y W.G. Sebald.» (pág. 113)

1 comentario:

A l'ara diuen dijo...

"A mig camí entre el bloc de notes i el dietari -amb una estructura fragmentària que també domina l’exposició-, la novel·la és un bany d’idees al vol i de projectes que només s’esbossen, i una oportunitat per xafardejar i passejar-nos per dos cervells que bullen buscant casualitats i encreuaments, noves troballes i nous referents. Marienbad eléctrico és també un elogi de l’amistat [...] i una celebració de la digressió i de la tertúlia en la forma d’un almanac d’idees, un diccionari portàtil o un atles que cartografia els vastíssims referents intel·lectuals d’aquests dos creadors. Hi apareixen Robbe-Grillet i Resnais, esclar, i Rimbaud, Walser, Sebald, Herzog, Godard o Wenders, però també Bebo Valdés, Alighiero e Boetti o el Perugino, saltant entre els segles, les disciplines i els continents.
[...]
Un dels seus llibres més enjogassats, curt però infinit, perquè aquest Marienbad no s’acaba mai: sempre hi ha alguna referència a seguir, alguna pel·lícula per tornar a veure o alguna citació per investigar, sigui falsa o de veritat."

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