miércoles, 12 de febrero de 2020

No entres dócilmente en esa noche quieta, de Ricardo Menéndez Salmón (y Dylan Thomas)


Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971)
NO ENTRES DÓCILMENTE EN ESA NOCHE QUIETA
Seix Barral, 2020 - 192 págs. - inicio

En el nombre del padre, Nadal Suau
[ni sí ni no]

«Y por eso he escrito así mismo que los últimos años de la vida de mi padre me enseñaron a comprender la importancia capital de la bondad. La bondad es más provechosa que la verdad. Un hombre que hace el bien es mas necesario que uno que persigue la verdad. La edad me ha hecho desconfiar de la verdad, por excluyente y dogmática, y me ha hecho abrazar la bondad, por frágil y escasa. No me interesan demasiado las personas que hablan en nombre de la verdad, ni siquiera cuando esa verdad apela a mis convicciones más íntimas. Ricardo Menéndez Salmónby Eva Ervas En cambio me conmueven las personas capaces de ejecutar la bondad. La novela* en mi opinión más extraordinaria escrita en España durante la segunda mitad del siglo pasado lo expresó con la rotundidad de un apotegma: "El mayor misterio no reside en la existencia del mal, sino en la del bien".» (págs. 144)

* Miguel Espinosa, Escuela de Mandarines, Los Libros de la Frontera, Barcelona, 1974, p. 524. (Ejercicio de brutalismo literario.)

DO NOT GO GENTLE INTO THAT GOOD NIGHT, Dylan Thomas (Gales, 1914-1953)


Dylan Thomas reads his poem.

Do not go gentle into that good night,
Old age should burn and rave at close of day;
Rage, rage against the dying of the light.

Though wise men at their end know dark is right,
Because their words had forked no lightning they
Do not go gentle into that good night.

Good men, the last wave by, crying how bright
Their frail deeds might have danced in a green bay,
Rage, rage against the dying of the light.

Wild men who caught and sang the sun in flight,
And learn, too late, they grieved it on its way,
Do not go gentle into that good night.

Grave men, near death, who see with blinding sight
Blind eyes could blaze like meteors and be gay,
Rage, rage against the dying of the light.

And you, my father, there on the sad height,
Curse, bless, me now with your fierce tears, I pray.
Do not go gentle into that good night.
Rage, rage against the dying of the light.
No entres dócilmente en esa noche quieta.
La vejez debería delirar y arder cuando se cierra el día;
Rabia, rabia, contra la agonía de la luz.

Aunque los sabios al morir entiendan que la tiniebla es justa,
porque sus palabras no ensartaron relámpagos
no entran dócilmente en esa noche quieta.

Los buenos, que tras la última inquietud lloran por ese brillo
con que sus actos frágiles pudieron danzar en una bahía verde
rabian, rabian contra la agonía de la luz.

Los locos que atraparon y cantaron al sol en su carrera
y aprenden, ya muy tarde, que llenaron de pena su camino
no entran dócilmente en esa noche quieta.

Los solemnes, cercanos a la muerte, que ven con mirada deslumbrante
cuánto los ojos ciegos pudieron alegrarse y arder como meteoros
rabian, rabian contra la agonía de la luz.

Y tú mi padre, allí, en tu triste apogeo
maldice, bendice, que yo ahora imploro con la vehemencia de tus lágrimas.
No entres dócilmente en esa noche quieta.
Rabia, rabia contra la agonía de la luz.

(Trad. Elizabeth Azcona Cranwell)

3 comentarios:

Elena dijo...

Para hablar del padre, prefiero Tiempo de vida de Marcos Giralt Torrente. Incluso el loco padre pornógrafo de Chris Offutt.

Hablando de padres, también tenemos por aquí al padre extranjero de Eduardo Berti, el saturnal de Eduardo Halfon, el idiota de KO Knausgard, el ausente de Barack Obama, o el impresentable de Edward St. Aubyn.

Y muchos otros. Tantos, que les tendré que dedicar un monográfico algún día.

Luis Courcelle dijo...

A mi este poema de Dylan me llegó por la forma en que se fue mi padre. Y lo menos que pude fue hacer esto en su memoria.
Ojala les guste

https://youtu.be/byzUtFYvPz0

Elena dijo...

Muy emocionante, Luis.

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