martes, 27 de abril de 2021

Vivir, de David Wagner


David Wagner (Andernach, 1971)
VIVIR
[Leben, 2013]
Trad. Ibon Zubiaur
Errata Naturae, 2021 - 305 págs. - inicio

- Zenda lo recomienda
[yo, no]
- Pero sí para viajar a Berlín

[31] «Tengo doce años, luego trece, y mi hígado está destrozado, debe de llevar mucho tiempo inflamado. Aunque todavía soy un niño, mi hígado parece el de alguien que ha pasado cincuenta años consumiendo grandes cantidades de alcohol, pero sigo viviendo con un tercio de hígado y unos valores hepáticos muy mediocres, sólo que los valores no deben empeorar, dice B., mi médico. Se inicia una terapia de combinación con cortisona y un inmunosupresor, la inflamación remite, la cirrosis permanece. Yo me siento bien. Me siento bien hasta que empiezan los problemas con los efectos secundarios de los medicamentos. Se me pone una cara hinchada de luna llena, el adolescente que soy parece un hámster, tengo la cara más llena que Helmut Kohl. La piel se me vuelve fina, los huesos blandos, tengo una osteoporosis de señora mayor, una y otra vez sufro inflamaciones de las vainas tendinosas y al menor contacto me salen moratones. Como la cortisona eleva la presión intraocular, desarrollo un glaucoma, he de echarme unas gotas que reducen mis pupilas al tamaño de la punta de una aguja, apenas reconozco nada y mi aspecto es el de un adicto a la heroína. Me detectan miopía y me ponen gafas, me salen estrías en la piel, tomo cada vez más medicamentos contra los efectos secundarios de los medicamentos, que a su vez tienen efectos secundarios. Los problemas los generan sólo los efectos secundarios de los medicamentos, son sólo los efectos secundarios los que me recuerdan lo enfermo que estoy: esta es la frase que llevo repitiendo una y otra vez a los médicos casi tres décadas. Tomo mis medicamentos, desde hace ventitrés, veinticuatro, veinicinco años, por la mañana, al mediodía y por la noche, David Wagner y tomo también los medicamentos contra los efectos secundarios de los medicamentos. A veces tengo la sensación de que escucho la sinfonía farmacológica de mis medicamentos susurrando en mi interior, de que oigo cómo tocan juntos, un barullo colosal.» (págs. 40-41)

viernes, 23 de abril de 2021

Los frutos amargos del jardín de las delicias, de Monika Zgustova


Monika Zgustova (Praga, 1957)
LOS FRUTOS AMARGOS DEL JARDÍN DE LAS DELICIAS. VIDA Y OBRA DE BOHUMIL HRABAL
Galaxia Gutenberg, 2014 - 418 págs. - inicio -
bibl. Lesseps

- Imprescindible biografía, C armen R. Santos
- El retrato de un hombre, J. Jiménez García
[Bohumil forever]

«Hrabal llama a algunos de sus protagonistas con la palabra inventada pábileté. Los pábileté son unos parlanchines que hablan por los codos intentando impedir alguna situación peligrosa o desagradable. Sherezade, la narradora de Las mil y una noches es una pábileté, otro pábileté es el aparente payaso y lunático Švejk, el buen soldado protagonista de la célebre novela de Hašek, Las aventuras del buen soldado Švejk. Los pábileté son personas visitadas por la inspiración, que se comportan de una manera en apariencia desaforada y alocada, que hablan demasiado y dicen frases que parecen absurdas y tontas. Pero su imaginación es capaz de transformar la realidad más repugnante en una obra de arte de una rara belleza. La gran mayoría de los protagonistas son pábileté (Haňt’a de Una soledad demasiado ruidosa, Dítě de Yo serví al rey de Inglaterra, el tío Pepín y muchos otros); pero el gran pábileté es, antes que cualquier otro, el autor mismo. "La gran literatura universal tiende a acercarse al hombre marginado", explica. "El protagonista, cuanto más pierde en escala social, más gana en carga eléctrica. Para mí, precisamente esa clase de gente lo representa todo. En una época en que el firmamento ha caído y la humanidad solo depende de sí misma, el arte y la literatura han bajado al nivel de la gente corriente y de los marginados." Ellos también son pábileté. Y los pábileté son sobre todo personas que, cuando oyen que un grifo gotea, cogen un lápiz y dibujan las cataratas del Niágara, transforman un gris monótono en colores voluptuosos y cuando se cortan al afeitarse, piensan en los entierros. Para ellos el menor incidente tiene las máximas consecuencias. Lo que hacen los pábileté es metamorfosear una realidad desagradable, repugnante, peligrosa, triste o trágica en un placer estético, no por ello menos trágico y patético, pero sí bello.» (págs. 185-186)


Monika con Bohumil.

miércoles, 21 de abril de 2021

Correspondencia privada, de Esther Tusquets


Esther Tusquets (Barcelona, 1936-2012)
CORRESPONDENCIA PRIVADA
Compactos Anagrama, 2005 - 192 págs.

- Escritas sin mucho pudor, A. Ruiz Vega
- El pacto epistolar en relación a la auto-ficción, Andrea Toribio Álvarez
- "A la larga, el ser humano fracasa siempre: es sólo cuestión de tiempo", (de fragmentos de entrevistas)
[mucha Esther]

«Esther Tusquets amalgama realidad y ficción, memoria y fantasía en cuatro cartas, escritas a otros tantos personajes a los que en distintos momentos de su vida ha amado, y donde pretende reflejar no sólo su evolución personal, sino los cambios sociales y políticos que van desde el final de la guerra civil hasta la transición.
      Al dirigirse a su madre en la primera carta, la protagonista se sumerge en los recuerdos más tempranos de su infancia en la posguerra, para reconstruir así su compleja relación, cicatrizar heridas y tratar de entender a aquella mujer de arrolladora personalidad. [...] En la segunda carta, regresa a su adolescencia, cuando, desde su pupitre del Colegio Alemán, adoraba secretamente a su profesor de literatura, un cordobés católico, fascinado por los toros y el folklore de su tierra. [...] Ya en la Facultad de Letras, se enamorará de Eduardo, joven de origen humilde a quien va dirigida la tercera carta, dueño de un excepcional talento como dramaturgo y de ambivalente sexualidad. [...] El cuarto y último de sus corresponsales póstumos es Esteban, impenitente Don Juan, que regresa a Barcelona a finales de los sesenta tras un largo exilio en Venezuela; en pleno naufragio del primer matrimonio de la narradora, en los tiempos de la gauche divine, los dos amantes lo apuestan todo a la carta de su intensa y repentina pasión.
    Finalmente la narradora lleva a cabo una lúcida y emocionante reflexión de tintes crepusculares.» (CONTRAPORTADA)

lunes, 19 de abril de 2021

La edad del desconsuelo, de Jane Smiley


Jane Smiley (Los Ángeles, 1949)
LA EDAD DEL DESCONSUELO
[The Age of Grief, 1987]
Trad. Francisco González López
Sexto Piso, 2019 - 113 págs.

- Congoja, amenaza, liberación, Marta Sanz
- Lo de siempre: la vida, Juan Marqués
- Una novela cojonuda, la medicina de Tongoy
[yo tampoco me he enterado, Tongoy]

«Los dientes sobreviven a todo. La muerte no es nada para un diente. Cientos de años bajo suelo ácido sólo sirven para mantener el diente limpio. Un fuego que consume el pelo, la carne e incluso el hueso, deja los dientes intactos, brillando como margaritas entre cenizas. Es la vida lo que acaba con los dientes. Zumo de manzana sin diluir en un biberón, golosinas, el pH del agua potable, la tetraciclina, arena en el pan en caso de ser un legionario romano, morder hilo de intestinos de foca en caso de ser una mujer esquimal, tocar la trompeta, sacarte los dientes con unos alicates. En el fondo, casi todos los dentistas estamos seguros de que no se puede confiar a los pacientes el cuidado de sus dientes, pero tampoco puedes lamentarte por cada muela perdida, por cada boca. Ni siquiera puedes lamentarte por los peores casos; lo único que puedes hacer es mandar al paciente a casa con tantos dientes como sea posible.» (pág. 26)

domingo, 18 de abril de 2021

La planta del mundo, de Stefano Mancuso


Stefano Mancuso (Italia, 1965)
LA PLANTA DEL MUNDO
[La pianta del mondo, 2021]
Trad. David Paradela López
Galaxia Gutenberg, 2021 - 176 págs. - inicio

- Los sapiens somos mucho más estúpidos que las plantas, Ismael Marinero
- La inteligencia de las plantas
- Otros secretos de las plantas
[más sobre el apasionante mundo vegetal]

«La idea de los árboles de la libertad caló hondo en el espíritu patriótico de la población francesa y su presencia se difundió enseguida por todo el país. [...] Debían ser, pues, árboles majestuosos y perfectamente sanos que poseyeran, además, una serie de características añadidas. Según el abate Grégoire, el árbol perfecto debe cumplir los siguientes requisitos:
  1. Debe ser lo bastante fuerte para resistir el clima más frío, o de lo contrario un invierno riguroso lo haría desaparecer del suelo de la República.
  2. Debe elegirse entre los árboles de mayores dimensiones y que se eleven hasta una altura de entre 24 y 40 metros, pues la fuerza y la magnificencia de un árbol inspira una sensación de respeto que se relaciona de forma natural con la cosa que simboliza.
  3. Su circunferencia debe ocupar una determinada porción de terreno.
  4. La extensión de su sombra debe ser tal que los ciudadanos puedan resguardarse de la lluvia y el calor bajo sus acogedoras ramas.
  5. Debe vivir muchos años, y, puesto que no puede ser eterno, ha de elegirse al menos entre aquellas especies cuya vida se prolonga varios siglos.
  6. Es preciso, en fin, que crezca aislado en todas las regiones de la República.
Es evidente que no todos los árboles cumplen semejantes requisitos y que pocos poseen la magnificencia necesaria para encarnar de forma digna la grandeza de la Revolución. El abate Grégoire no tiene ninguna duda: solo hay una especie que reúna las condiciones necesarias. El árbol de la libertad por excelencia tiene que ser un roble. » (págs. 23-24)


«Que los árboles crean conexiones subterráneas y que, gracias a ello, los tocones pueden seguir viviendo durante años es de dominio general, aunque siempre se había visto como una simple curiosidad botánica: una peculiaridad de las plantas, pero sin valor a escala general. En realidad, nada más lejos: lo que podemos deducir de estos tocones muertos y sus comunicaciones subterráneas es tan novedoso y fascinante que podría cambiar nuestra concepción de lo que es un árbol.
    Con algunas excepciones, siempre se ha considerado a los árboles como individuos aislados: no individuos en el sentido animal de "no divisibles", pero sí organismos vivos separados de los demás y con necesidades y conductas diferentes de las de sus semejantes. [...] En los últimos veinte años se han publicado cientos de investigaciones que nos muestran una realidad en la que los árboles no son seres aislados, sino más bien grandes comunidades interconectadas que, a través de sus sitemas radicales, intercambian nutrientes, agua e información. Comunidades extendidas que a veces incluyen plantas de distintas especies cuya supervivencia se basa en la colaboración más que en la competencia. Una revolución de consecuencias imprevisibles.» (pág. 71)

miércoles, 14 de abril de 2021

Retrato del artista en 1956, de Jaime Gil de Biedma


Jaime Gil de Biedma (Barcelona, 1929-1990)
RETRATO DEL ARTISTA EN 1956
Lumen, 1991 - 210 págs.

- Lumen edita la versión completa, Xavier Moret
- Obituario (con erratas), 9/01/1990
- "El concierto para trompeta de Haydn se ha convertido en favorito."
[un gustazo de relectura (treinta años después)]

«Fue voluntad expresa de Jaime Gil de Biedma que este diario llegara a la imprenta después de su fallecimiento. Las tres partes que lo componen (Las islas de Circe, Informe sobre la administración general en Filipinas y De regreso a Ítaca), no sólo constituyen el relato, inteligente y brillante, de los avatares personales, laborales y creativos experimentados a lo largo de casi un año por el poeta, en plena juventud, sino que ofrecen una visión del mundo, de la literatura y del tiempo social y político en el que le ha tocado vivir, que completa, ilumina y agiganta la lectura de su obra poética. Considerado, pese a la brevedad de su obra, uno de los autores mayores de la poesía española del presente siglo, este diario revela a un prosista excepcional, que pasa magistralmente de la ternura a la crítica, del análisis a la descripción, del relato a la insinuación lírica y de la ironía a la desolación.» (CONTRAPORTADA de 1991)



«Jaime Gil de Biedma nació en 1929, en Barcelona, ciudad en la que residió de forma permanente (salvo los paréntesis de largas temporadas en La Nava de la Asunción y en Manila, debido al cargo que ocupaba en la Compañía General de Tabacos de Filipinas), se licenció en Derecho en 1951 y murió en Barcelona enero de 1990. Sus primeros poemas aparecieron en 1953, con el título Según sentencia del tiempo. Siguieron Compañeros de viaje (Barcelona, 1959), En favor de Venus (Barcelona, 1965), Moralidades (México, 1966) y Poemas póstumos (Madrid 1968). En 1975 reunió por primera vez su poesía completa bajo el titulo Las personas del verbo (Barral editores), reeditado por Seix Barral en 1982, por Editorial Lumen, en 1998, con algunos poemas inéditos y un prólogo de Carme Riera. En 1960 publicó Cántico: El mundo y la poesía de Jorge Guillen, libro que, junto a sus restantes incursiones ensayísticas, se incluye en El pie de la letra. Ensayos 1955-1979 (Barcelona, 1980) y, en 1974, Diario del artista seriamente enfermo, que constituye, con modificaciones, la tercera parte de Retrato del artista en 1956.» (SOLAPA de 1991)

DE AHORA EN ADELANTE
Como después de un sueño,
no acertaría
a decir en qué instante sucedió.
Llamaban.
Algo, ya comenzado, no admitía espera.

Me sentí extraño al principio,
lo reconozco -tantos años
que pasaron igual que si en la luna...
Decir exactamente qué buscaba,
mi esperanza cuál fue, no me es posible
decirlo ahora,
porque en un instante
determinado todo vaciló: llamaban.
Y me sentí cercano.
Un poco de aire libre,
algo tan natural como un rumor
crece si se le escucha de repente.
Pero ya desde ahora siempre será lo mismo.
Porque de pronto el tiempo se ha colmado
y no da para más. Cada mañana
trae, como dice Auden, verbos irregulares
que es preciso aprender, o decisiones
penosas y que aguardan examen.
Todavía
hay quien cuenta conmigo. Amigos míos,
o mejor: compañeros, necesitan,
quieren lo mismo que yo quiero
y me quieren a mí también, igual
que yo me quiero.

Así que apenas puedo recordar
qué fue de varios años de mi vida,
o adónde iba cuando desperté
y no me encontré solo.

Yecla, pinos y lápidas

Pinada. Cerca del paraje de Campules. YeclaAntigua lápida. Cerca de la Casa Roja. Yecla  Antigua lápida. Cerca de la Casa Roja. Yecla
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...