miércoles, 30 de junio de 2021

Noticia de mi vida, de Carmen Rigalt


Carmen Rigalt (Vinaixa, Lérida, 1949)
NOTICIA DE MI VIDA
Planeta, 2021 - 384 págs. - inicio

Eran días de verano (en Tivissa)
Poblado ibérico El Castellet de Banyoles (Tibisi)
Carmen habla con Pepa y Andrés
13 reflexiones de Carmen Rigalt sobre el periodismo
[castaña]

«Un día, justo cuando le había fallado el corazón, el «padre prior», como dice Carmen Rigalt, decidió quitarle su columna de El Mundo. Pero ella no se rindió. Ni un infarto, ni un despido, ni una pandemia lograron que abandonase la pluma. Todo lo contrario, acosada por tanta adversidad la empuñó y escribió este libro, exhibición y compendio de su talento de siempre, de la sinceridad y el sentido del humor que han marcado su carrera de periodista como hay pocas, de las que nacieron para informar y han vivido para contar cuanto vieron.
    Noticia de mi vida no es un libro de memorias, pero sí de recuerdos. Contiene fragmentos de la vida de Carmen Rigalt contados por ella misma, con la sinceridad y el estilo que la hicieron grande. Nunca le dieron un premio, pero ella sigue premiando a los lectores con su talento.
    Las memorias de una gran periodista y la vida de un país retratado en ella. Una lectura sincera, irónica y muy entretenida.» (CONTRAPORTADA)

lunes, 28 de junio de 2021

Bajo la superficie, de Daisy Johnson


Daisy Johnson (Reino Unido, 1990)
BAJO LA SUPERFICIE
[Everything Under, 2018]
Trad. Carmen Torres y Laura Naranjo
Periférica, 2021 - 312 págs. - inicio

Clara heredera de Shirley Jackson, Laura Fernández
Autora de 27 años reinventa el mito de Edipo, Erin Vanderhoof (Vanity Fair)
Sobre la irrevocable fijeza del destino, Kathy Waldman (The New Yorker)
[especial]

«Un día, cuando Margot tenía once o doce años, Laura la sentó y le contó que Fiona antes había sido un hombre.
    A veces no nos conformamos con lo que tenemos, le dijo. Cómete los cereales.
    La siguiente vez que Margot vio a Fiona, mientras ésta cortaba a machetazos las malas hierbas del jardín, le acercó la boca al lóbulo de la oreja, que le colgaba por el peso del pendiente.
    ¿Secreto?, preguntó Margot.
    Fiona asintió, levantó la mano y se la llevó con delicadeza al pecho. A nadie.
    Margot le contó lo que Laura le había dicho, que Fiona era una mujer en el cuerpo de un hombre.
    Es cierto, repuso Fiona, soy como un pez que sigue vivo en el vientre de una garza.
    Aquello fascinó a Margot. Se tiró semanas pensando en aquel pez, en cómo se abriría paso entre las plumas buscando el agua salobre. Por las mañanas, cuando Fiona se sentaba en el jardín, Daisy Johnson Margot le llevaba una taza de te. ¿Puedes?, le decía, y Fiona sacaba el perfilador del bolsillo, se agachaba y le dibujaba un bigotito encima del labio.» (pág. 110)

domingo, 27 de junio de 2021

Sin más amigos que las montañas, de Behrouz Boochani


Behrouz Boochani (Ilam, Irán, 1983)
SIN MAS AMIGOS QUE LAS MONTAÑAS
[Not friends But the Mountains, 2018]
Trad. Juan-Francisco Silvente
Rayo Verde, 2020 - 384 págs.

La whatsappnovela del kurdo errante, Miguel Lorenci
Crítica sin paliativos a un sistema opresor, Marc Peig
[no pude]

«El 2013 Behrouz Boochani fue ilegalmente detenido en la isla de Manus, un centro de detención de inmigrantes cerca de la costa de Australia. En la cárcel, donde ha pasado seis años, sin herramientas ni espacio para la creación, Boochani escribió heroicamente a través de WhatsApp este libro. Un libro sobre la violencia y las injusticias que se cometen en nuestro nombre con la excusa de la ley. La obra se publicó en Australia y ganó los premios más importantes del país convirtiéndose en una denuncia y visibilizando una vergüenza internacional. Uno de los libros más vendidos en 2019 es el grito de resistencia y el extraordinario testimonio de un refugiado. Una voz que representa las vivencias de tantos refugiados y migrantes apátridas encarcelados en todo el mundo. Behrouz Boochani es periodista y un reconocido defensor de los derechos humanos, ganador de un Media Award de Amnistía Internacional de Australia. Se le han otorgado también los premios Diaspora Symposium Social Justice Award, Liberty Victoria 2018 Empty Chair Award, el Anna Politkovskaya de periodismo y el Premio Veu Lliure PEN Català 2020.» (CONTRAPORTADA)

jueves, 24 de junio de 2021

Todas cuentan, de Marta López Juan


Marta López Juan (Yecla, 1988)
TODAS CUENTAN
24 cuentos ilustrados sobre mujeres yeclanas

— Edición sufragada por el EAY y FAMA Sofás
— Ventas destinadas a AYAC
Un proyecto colaborativo
[no tengo palabras]
Estas son las 24 mujeres protagonistas: Adela Bernabéu, Ana Azorín, Anabel Forte, Ángela Ibáñez, Carmen Ortín, Concepción Calduch, Concha Palao, Eva Navarro, Inma Azorín, Lourdes Azorín, M. Cristina Soriano, Mª Isabel Puche, María Ángel García, María Ángeles Polo, María José Martínez, María López, María Martínez del Portal, Marta Polo, Noemí Martínez, Penélope Santa, Pilar Polo, Pura Azorín, Rafaela Ortega y Sole Giménez.

    Y estos son los creadores yeclanos que han ilustrados los cuentos: Ángela Romero, Antonio Azorín, Chema Mora, Cristina Bañón, Cristina Martínez, Elena Castaño, Fernando Santiago, José Azorín, Juan Ibáñez, Julia Puche, Maite Ortega, Marial, Mario Rodríguez, Marta Pina, Mate Puche, Noelia Lidó, Patricia Ortega, Patricia Palao, Pedro J. García, Raquel Tárraga, Sara Azorín, Sara Ortuño y Silvia Juan.

martes, 22 de junio de 2021

Sobre el tiempo y el agua, de Andri Snaer Magnason


Andri Snaer Magnason (Reikiavik, 1973)
SOBRE EL TIEMPO Y EL AGUA
[Um tímann og vatnið, 2019]
Trad. Rafael García Pérez
Salamandra, 2021 - 336 págs. - fragmentos

Andri habla con Irene Hdez. Velasco
Repensando el mañana, con Marta Fernández
Ojalá vivas tiempos interesantes
[requiem por el clima (empezando por los glaciares)]

«Reflexioné sobre la mitología y, dado que el Dalái Lama estaba en la India, pensé en las vacas sagradas. ¿Por qué las vacas sagradas nos parecen tan exóticas cuando la cultura islandesa considera que la fuente de la vida fue una vaca sagrada? Según la Edda prosaica del erudito escritor islandés Snorri Sturluson (1220), el mundo tiene su origen en la vaca primigenia Audumla, que fue creada a partir de la escarcha:

Hár contestó: "Cuando la escarcha dejó de gotear, salió de ella una vaca que se llamaba Audumla, cuatro ríos de leche manaron de sus ubres y con ellos alimentó a Ýmir."
       Entonces dijo Gangleri: "Con qué se alimentaba la vaca?"
   Hár respondió: "Lamía las piedras de escarcha que están saladas. Y la primera noche que lamió las piedras salió de ellas cabello humano; el segundo día, la cabeza de un hombre; y el tercer día el hombre entero. Se llamaba Búri, era atractivo, alto y fuerte."

Audumla alimentó a Ýmir, a partir del cual se creó el mundo. Su sangre se convirtió en los océanos y los lagos; su carne, en la tierra; sus cabello formó los bosques y su cráneo, las nubes.» (págs. 91-92)

jueves, 17 de junio de 2021

El jardín de vidrio, de Tatiana Ţîbuleac


Tatiana Ţîbuleac ( Chisináu, Moldavia, 1978)
EL JARDÍN DE VIDRIO
[Grădina de sticlă, 2019]
Trad. Marian Ochoa de Eribe
Impedimenta, 2021 - 360 págs. - inicio

No son unas memorias ortodoxas, Adolfo Torrecilla
Moldavo, rumano o ruso, El Diario
Los años de plomo del comunismo en Moldavia, Francisco Recio
[sigue siendo intenso y extraño (y desordenado)]

«53. No me había sacado del orfanato, sino que me había comprado. Lo descubrí más tarde, aunque no lo suficientemente tarde como para que eso no me martirizara durante varios años. Nunca le pregunté cuánto le había pagado a la directora, y ahora me arrepiento. Me habría gustado convertir esa suma en botellas y saber también yo cuánto había costado mi vida. Habría comprado de nuevo aquellas botellas, os habría encontrado y os las habría volcado todas en la cabeza. Romperos como me rompisteis a mí. Me siento culpable por hablar mal de Tamara Pavlovna. Y por ese motivo también os odio a vosotros. A veces pienso que, si os odio un centímetro más, mi odio formará un círculo completo y llegará al amor. Ese centímetro es lo que más miedo me da, por eso [sic] motivo lo aplazo todo.» (pág. 129)

martes, 15 de junio de 2021

Dime una adivinanza, de Tillie Olsen


Tillie Olsen (EEUU, 1912-2007)
DIME UNA ADIVINANZA
[Tell Me a Riddle, 2013]
Trad. Blanca Gago
Prólogo de Jane Lazarre
Epílogo de Laurie Olsen
Las Afueras, 2020 - 184 págs.

- El sentido crítico como forma de amor, Marta Sanz
- Una adivinanza perenne, Fran. G.Matute
- La belleza de la literatura de Olsen, en Leer es vivir dos veces
[desolador]

«Dime una adivinanza está considerado, con justicia, un verdadero clásico de la literatura norteamericana. Un libro que explora algunos de los temas fundamentales de la experiencia humana, incluyendo la perdurabilidad de los lazos familiares, la experiencia de la inmigración, el compromiso político o la importancia de los cuidados. Olsen demostró en esta obra un excepcional afán de totalidad, sin renunciar por ello a las posibilidades expresivas y poéticas del lenguaje.
    El libro reúne cuatro historias protagonizadas por los miembros de una misma familia. En «Aquí estoy, planchando», una madre desgrana la relación con su hija mientras da cuenta de una vida marcada por la falta de recursos; «¿Qué barco, marinero?» es una elegía por la pérdida de los antiguos vínculos entre un marino alcohólico y la familia que le acoge; Tillie Olsen «Oh, sí» es la crónica de la ruptura de una amistad en el Estados Unidos de la segregación y «Dime una adivinanza» sigue a una pareja de ancianos y la descomposición de su relación durante los últimos años de su vida.» (CONTRAPORTADA)

domingo, 13 de junio de 2021

Nevada, de Claire Vaye Watkins


Claire Vaye Watkins (Bishop, California, 1984)
NEVADA
[Battleborn, 2012]
Trad. Ce Santiago
Malas Tierras, 2019 - 272 págs.

El arriesgado territorio del gran cuento norteamericano, Rodrigo Fresán, ABC
La escritora que descubrió que su padre era la mano derecha de Manson, Laura Fernández, Babelia
Nevada es brutal con las mujeres, Kiko Amat, EP
[no era para mí (pero qué hermosa edición)]

«2 de noviembre
Douane Moser
4077 Pincay Drive
Henderson, Nevada 89015

Estimado señor Moser,
    Mi esposa ha encontrado sus fotos, las del Chevelle. [...] Guardé las fotos remetidas tras el parasol de mi camioneta atadas con una goma. No sé por qué las guardé. No sé por qué he guardado sus cartas de M ni sus pastillas. No sé lo que haría si encontrara lo que que estoy buscando. Cuando iba al instituto trabajaba en el turno de noche de una gasolinera en Beatty. [...] Yo trabajaba allí catorce, quince horas a la semana. Bill Hadley era amigo de mi padre. Era un hijo de perra demente, como diría mi padre, que tenía una escopeta guardada debajo del mostrador y me acusaba siempre de robar de la caja o de dormirme en el trabajo, aunque yo no hacía nada de aquello. Me gustaba el turno, me gustaba estar despierto de noche, lejos de papá, escuchando los traqueteos de las grandes cámaras frigoríficas, el bordoneo de los tubos fluorescentes de fuera.
    A finales de esa primavera, un enjambre de saltamontes atravesó Beatty de camino a los campos de alfalfa, allá en el sur. Eran gruesos y feroces, te rugían en la cabeza como truenos. Los saltamontes se comen todo lo que sea verde. En dos días dehojaron todos los álamos y los sauces del pueblo; luego fueron a por los enebros y los pinos, las espiguillas y el taray amargo. Hubo un enjambre que devoró la lana a las ovejas vivas de Abel Prince. Las cosas se pusieron tan feas que pararon las vagonetas que salían de las minas durante una semana porque las tripas de aquellos bichos dejaban los raíles demasiado resbaladizos.
    Los fluorescentes del Hadley's atraían a los saltamontes. Durante semanas, el aparcamiento palpitó con ellos. Si hubiese salido a los surtidores aquella noche, los habría sentido crujir bajo mis pies, muertos y agonizantes bajo los zapatos, pero nunca llegué a salir a los surtidores. Yo estaba en el mostrador haciendo los deberes, matemáticas, por el amor de Dios. Levanté la vista y aquel tipo estaba cruzando la puerta hacia mí. Miré fuera y vi el Chevelle de 1966, destellando bajo las luces, los saltamontes que caían como la lluvia en torno a él.
    Intenté detenerlo, pero me forzó a volver detrás del mostrador. Empuñaba una pistola que sostenía como si fuese su propia mano. Dijo: ¿Ves esto? Llevaba una pañoleta en la cara. Pero Beatty es un pueblo pequeño, y por entonces era más pequeño todavía. Sabía quién era. Sabía que su madre trabajaba de camarera en el Diligencia y que su hermana se había graduado un año antes que yo. El dinero, me decía. Se llamaba Frankie. El puto dinero, decía Frankie. Yo apenas había tocado un arma antes de aquella noche. No sé cómo lo hice. Solo sentí cómo el aliento salía de mí y que eché mano de la escopeta de debajo del mostrador y que apunté. Le disparé en la cabeza.
    [...] Pero la verdad es esta, Duane Moser: a veces veo sus ojos por encima de la pañoleta, veo los saltamontes brincando en las lámparas, los oigo vibrar. Noto el golpe de la culata en mi esternón. Lo volvería a hacer.
Atentamente
Thomas Grey
Apdo. de correos 1230,
Verdi, Nevada 89439
» (págs. 44-47)

viernes, 11 de junio de 2021

Vivir no es tan divertido, y envejecer, un coñazo,
de Oscar Tusquets


Oscar Tusquets Blanca (Barcelona, 1941)
VIVIR NO ES TAN DIVERTIDO,
Y ENVEJECER, UN COÑAZO

Anagrama, 2021 - 200 págs. - inicio

- "Sóc un burgès anarquista", OT habla con Albert Om
- "Dejadme llegar a la muerte vivo", y con Teresa Sesé
- Sobre el fastidio de envejecer, David Vargas
[lúcido]

«En un inolvidable monólogo de Manhattan, Woody Allen nombra escasas cosas por las que merece la pena vivir, algunas de las cuales comparto: Groucho Marx, Jimmy Connors, Mozart, Louis Armstrong, Frank Sinatra, alguna película sueca, Marlon Brando, y el rostro de la joven Mariel Hemingway...
    Aunque yo añadiría alguna jugada de Messi, el "Cry Baby" de Janis Joplin, Las Meninas, los pedimentos de Fidias, el Pantheon de Roma o alguna obra de Aalto, lo significativo de la lista de Woody es que todas las cosas se basan en observar, no en actuar. En ver un partido de Connors, no en ganar un set a tu contrincante de turno; en escuchar a Mozart, no en componer; en ver algún film sueco, no en filmar; en leer a Flaubert, no en escribir. Evidentemente se trata de la lista de una persona madura, de alguien que va perdiendo progresivamente la diversión o la capacidad de actuar. Ya dijo Albert Camus (que desgraciadamente nos abandonó joven) que envejecer era pasar de la acción a la compasión.» (pág. 88)

miércoles, 9 de junio de 2021

Saber quién soy, de Laura Freixas


Laura Freixas (Barcelona, 1958)
SABER QUIÉN SOY
DIARIO 1997-1999

Tres Hermanas, 2021 - 312 págs.

Mostrando ambiciones y frustraciones que otros callarían, Sergio Vila-Sanjuan
— "Cada palabra de Freixas es un ejercicio de valentía,
    honestidad, inteligencia y hermosura", Marta Sanz
[bastante de acuerdo]

«Al abrir el ordenador esta mañana me dio por releer algún diario, al azar. Caí sobre el de agosto pasado y reviví la felicidad de entonces. No me ha puesto triste, al contrario, he pensado que esa felicidad sencilla, la de estar con E., con W., bañarme, caminar por la montaña, leer, escribir, está ahí, al alcance de la mano; quizá no tengo más de lo que tenía entonces, pero tampoco tengo menos. Además, me ha parecido que es un buen material para convertirlo en un diario literario, que no es mucho lo que tendría que quitar o convertir en elíptico para poder decirlo. No más de la mitad. Y la otra mitad todavía puede convertirse en un buen diario publicable.» (pág. 195)

Laura Freixas, foto de Alain Cuenca «Ayer comí con Trapiello en Casa Manolo. [...] Contra mis previsiones, se ha creado un cierto afecto, una cierta amistad. [...] Le pregunté qué era para él lo importante de su obra, lo que quería que quedase; me dijo: la poesía y, acto seguido, que quería hacer una gran novela que fuera poesía como es poesía el Quijote (sus conceptos de género son bastante nebulosos, hace tiempo que lo observé). Que no le gustaría nada que le dijeran que va a quedar por sus diarios (me callé que es lo que yo pienso), que para él son algo menor, casi un ejercicio o una materia prima para otras cosas.» (pág. 198)

sábado, 5 de junio de 2021

Valle inquietante, de Anna Wiener


Anna Wiener (Brooklyn, 1978)
VALLE INQUIETANTE
[Uncanny Valley, 2020]
Trad. Javier Calvo
Libros del Asteroide, 2021 - 320 págs. - inicio

Mi Silicon Valley (EEUU 2015)
El lado oscuro de Silicon Valley, Leticia Blanco
Anna habla con Luis Pablo Beauregard
Adiós a la inocencia en el valle del silicio, Borja Bergareche
[este sí era para mí (y para Alberto)]

«No tardé mucho en entender la obsesión por el big data. Los conjuntos de datos resultaban hipnóticos: eran torrentes digitales de conducta humana, respuestas a unas preguntas que yo no era consciente de tener. Y a cada segundo llegaban más. Nuestros servidores, y la cuenta bancaria de la empresa [startup de análisis de datos], absorbían aquella oleada imparable.
    La base de nuestro negocio era la interacción: la actividad del usuario nos mostraba cómo interactuaba con el producto. Esto suponía un cambio respecto al estándar de toda la vida del sector, que priorizaba parámetros como el visionado de páginas y el tiempo que el usuario pasaba en la web, parámetros que nuestro CEO llamaba morralla. La interacción, decía, se distinguía de la morralla en que podíamos responder a ella. La interacción generaba un bucle de respuestas entre el usuario y la empresa. La conducta del usuario podía dictar las decisiones de los responsables del producto. Aquellas ideas se reintegraban en la app o la página web a fin de dictar o predecir la conducta posterior del usuario.
    Dependiendo de los metadatos, las acciones de los usuarios se podían escrutar hasta la médula, hasta el nivel más minúsculo imaginable. Los datos se podían segmentar en base a cualquier cosa que una app registrara Anna Wiener —edad, género, tendencia política, color del pelo, restricciones dietéticas, peso corporal, nivel de ingresos, películas favoritas, estudios, vicios y propensiones—, además de algunos parámetros por defecto basados en la IP, como el país, la ciudad, el proveedor de telefonía móvil, el tipo de dispositivo y el código de identificación individual del dispositivo. » (págs. 53-54)
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