jueves, 18 de septiembre de 2025

Love me tender, Constance Debré


Constance Debré (París, 1972)
LOVE ME TENDER
[Love me tender, 2020]
Trad. Palmira Feixas Guillamet
Alpha Decay, 2024 - 160 págs. - inicio - Bibl. Lesseps

Una odisea vital, Marta Rebón
Valiente y desgarradora, Zenda recomienda
Salpicado de audacia lingüística y ritmo, Sara Barquinero
[un gustazo (y dolorosamente bello)]

«Tras abandonar su carrera de abogada para dedicarse a la escritura, la protagonista y narradora de esta novela anuncia a su exmarido que ha empezado a salir con mujeres. La represalia de este no se hace esperar: lleno de odio y empeñado en apartarla de su hijo, decide llevar el asunto a los tribunales para quitarle la custodia, y manipula al niño para que manifieste que no quiere seguir viendo a su madre.
    Empieza entonces un largo y devastador proceso judicial, durante el que la mujer, aplastada por la absurdidad burocrática y desprotegida frente a la hipocresía de la ley, trata de organizar su nueva vida alrededor de la ausencia. Sin dinero ni pertenencias, va saltando entre habitaciones prestadas, estudios minúsculos y reservas de hotel, consagrada a una rutina monástica que consiste en nadar a diario, leer y escribir. Y mientras se suceden las audiencias, los exámenes psicológicos y muchos meses de espera, explora su redescubierta orientación sexual a través de breves aventuras con numerosas mujeres de diferentes edades, cuerpos, lenguajes y estilo de vida.
    A medio camino entre la literatura punk y la confesión ascética, esta novela valiente y desgarradora habla del amor en sus múltiples formas. Con una prosa cruda, minimalista y visceral, Constance Debré aborda sin complejos temas como el sexo, la libertad y el autodescubrimiento, y presenta un relato dolorosamente bello sobre los sacrificios imposibles que se les exige a las madres.» (CONTRAPORTADA)
Constance Debré

1 comentario:

calle del orco dijo...

Quizás sea urgente que la literatura muera, la literatura que comparte el mundo, la literatura que se ha convertido en lo contrario de sí misma, que se ha convertido en la propia burguesía, en su baluarte, en su adorno, en su justificación, así como la Iglesia se ha convertido en lo contrario de Cristo, que era la pobreza, la religión de los pobres y del amor puro, y no del poder. La literatura quizás deba morir para volver a ser esa cosa de la noche, esa actividad de cucaracha, ese lenguaje de rata, y no esa cosa espantosa, esa cosa cultural tan repugnante como las demás cosas culturales, cuando los libros no tienen nada que ver con la cultura. Lo que hay en los libros es algo mucho más importante que la cultura, porque lo que hay en los libros no es lo bello, no es lo espectacular, no es el entretenimiento, no es la época ni el debate de ideas, es simplemente esa cosa de rata y de cucaracha, lo que hay de absolutamente solitario en la existencia. Tal vez los escritores deban volver a ser lo que son, lo que yo soy: una cucaracha, una rata. Escribir lo que solo uno sabe, lo que ha visto, lo que ha comprendido. Escribir que no se entiende nada, escribir como no se entiende nada, o bien callarse. Quizás también los libros se hayan vuelto algo sucio.


Constance Debré -
Bookmakers, Richard Gaitet

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