miércoles, 23 de julio de 2008

Los Soprano, 70 horas de gran cine

Recien inyectada en vena la última dosis posible de Los Soprano quiero rendir homenaje a esta inmensa serie con estas palabras de Carlos Boyero:

Los Soprano“En el maravilloso arranque de Si una noche de invierno un viajero Italo Calvino describía el opiáceo proceso desde que sales a buscar un libro anhelado hasta que te instalas en tu sillón favorito y abres sus páginas. Yo cometí el error de descubrir los primeros capítulos de una serie de televisión que olía a gran cine en la siempre temible versión doblada, esperando una vez a la semana que me siguieran contando la cotidianidad familiar y la salvaje metodología profesional del emperador de los malos, un mafioso gordo, follador, glotón y maquiavélico que una mañana descubrió alucinado y sufriente que la depresión y el llanto también podía cebarse con él por la dadaísta e impronunciable razón de que los vagabundos patos que visitaban su piscina se habían largado hacia otro refugio y que una sensual psiquiatra podía remover sus recuerdos, sus relaciones familiares y jerárquicas, aclarar su torturada cabeza y calmar su dolor.

El nombre de esta droga con inmediato poder de adicción era Los Soprano. Dejé de verla en la tele y espere con paciencia heroica, aunque también compensatoria, a que saliera puntualmente en DVD cada ansiada temporada. Mareaba a los empleados de las tiendas preguntando por la fecha de mi cita de amor, metiéndome el incomparable colocón desde el crepúsculo hasta el amanecer de devorar capítulo tras capítulo, mecido por la voz nasal y la pinta de oso alternativamente canalla y tierno del extraordinario James Gandolfini. Cuando pensaba que lo que estaba viendo y escuchando era una costumbrista y deliciosa comedia, cuando notaba que me estaba colgando con esos personajes tan humanos y simpáticos, el genial capitán del barco David Chase y su admirable ejército de guionistas te recordaban con violencia seca, transparente, subterránea o espeluznante el reverso tenebroso de tus iconos, la naturaleza, los mecanismos y la metodología de su abominable profesión. [...] Tengo claro que entre las 10 mejores películas de la historia del cine figura Los Soprano. Ya sé que es atípica porque dura 4.300 minutos y nunca se ha exhibido en la sala oscura, pero sólo un necio o un ignorante se atrevería a negarle su esencia de gran cine.”

"Bueno, ya sabes lo que somos, así que si tienes alguna duda éste es el momento de decirlo, porque cuando entras en la Familia ya no puedes salir, la Familia esta antes que cualquier cosa... cualquier cosa, antes que tu mujer, tus hijos, tu madre, tu padre... Es una cuestión de honor. Y, Dios no lo quiera, pero si algo te pasara y no pudieras trabajar nosotros cuidaríamos de ti porque... de eso se trata... siempre serás parte de la Familia"

martes, 8 de julio de 2008

Nabokov

Nabokov, Opiniones contundentesAcabo de leer las Opiniones contundentes (Taurus, 1999) de Vladimir Nabokov (San Petersburgo, 1899 - Montreux, 1977), ese ruso aristocrático y gruñón que amaba las mariposas, escribía a lápiz y que, para enseñar literatura, consideraba imprescindible hacer esquemas de los escenarios de los libros. He aquí algunos extractos de este interesante y divertido libro en el que Nabokov -a través de una selección de entrevistas que le hicieron entre 1962 y 1972- reflexiona sobre su vida y su obra:

[Vida] Soy un escritor norteamericano, nacido en Rusia y educado en Inglaterra, donde estudié literatura francesa antes de pasar quince años en Alemania :: Fui a Norteamérica en 1940 y decidí hacerme ciudadano norteamericano, y hacer de Norteamérica mi patria :: Sucedió que inmediatamente me vi expuesto a lo mejor de Norteamérica, su rica vida intelectual y su atmosfera serena, afable :: Nabokov y su lápiz Me sumergí en sus grandes bibliotecas y en su Gran Cañón :: Trabajé en los laboratorios de sus museos zoológicos :: Me hice con más amigos de los que jamás tuve en Europa :: Mis libros, los antiguos y los nuevos, hallaron algunos lectores admirables :: Pero la mejor parte de la biografía de un escritor no es la crónica de sus aventuras, sino la historia de su estilo.

[Oficio] Placer y agonía mientras compongo el libro en la mente, irritación aguda cuando lucho con mis instrumentos y mis vísceras... el lápiz que hay que volver a afilar, la ficha que hay que volver a escribir, la vejiga que hay que vaciar, la palabra que siempre escribo erróneamente y cuya ortografía tengo que verificar :: Luego, la tarea de leer la versión a máquina preparada por una secretaria, la corrección de mis errores graves y los errores leves de ella, pasando las correcciones a las demás copias, traspapelando las hojas, tratando de recordar algo que debía tacharse o insertarse :: La repetición del proceso al corregir las pruebas :: Y desempaquetar el precioso y rotundo ejemplar anticipado, abrirlo... y descubrir un descuido estúpido cometido por mí, que sobrevive con mi permiso :: Al cabo de aproximadamente un mes me habitúo a la etapa final del libro, a que haya sido desahijado de mi cerebro :: Entonces lo miro con una especie de ternura divertida, no como se mira a un hijo, sino a la joven esposa del hijo.

“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, Sue Lyon como Lolita en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita.

[Lolita] Para mi nínfula necesitaba un diminutivo que tuviera una cadencia lírica :: Una de las letras más límpidas y hermosas es la "L" :: El sufijo "ita" tiene mucha ternura latina, y también requería eso. De ahí Lolita :: Pero no hay que pronunciarlo como lo hace usted y la mayoría de los norteamericanos, Louliita, con una "L" pesada, y una "o" larga . No :: La primera sílaba tiene que sonar como la de "lollipop", la "L" líquida y delicada, la "li" no demasiado marcada :: Los españoles y los italianos, desde luego, la pronuncian exactamente con la necesaria nota de travesura y caricia.

[Profesor] Para gozar del arte de Tolstoi, el buen lector debe querer visualizar, por ejemplo, la disposición de un vagón de ferrocarril del tren nocturno Moscú-San Petersburgo tal como era hace cien años :: En estos casos los diagramas son muy útiles :: Los profesores deberían preparar mapas de Dublín con los itinerarios de Bloom y de Stephen Dedalus claramente trazados :: Sin una percepción visual del laberinto de alerces de Mansfield Park, esa novela pierde algo de su encanto estereográfico, y a menos que la mente del estudiante reconstruya claramente la fachada de la casa del Dr. Jekyll, no puede disfrutar perfectamente del cuento de Stevenson :: Nabokov. Plano del piso de los Samsa Cuando estudiaban el famoso relato de Kafka, mis alumnos tenían que saber exactamente en qué clase de insecto se convertía Gregor (era un escarabajo de forma abovedada y no la cucaracha chata de los traductores chapuceros) y tenían que poder describir exactamente la distribución de las habitaciones del piso de la familia Samsa, con la posición de las puertas y los muebles.

[Gustos] Mis odios son simples: la estupidez, la opresión, el crimen, la crueldad, la música ligera :: Mis placeres son los más intensos conocidos por el hombre: escribir y cazar mariposas :: Mis obras maestras más grandes de la prosa del siglo XX son, en este orden: Ulysses de Joyce, La Metamorfosis de Kafka, Petersburg de Bely y la primera mitad del cuento de hadas de Proust En busca del tiempo perdido :: No odio a uno, sino a cuatro doctores: el Dr. Freud ("No puedo concebir que nadie en su sano juicio acuda a un psicoanalista"), el Dr. Zhivago, el Dr. Schweitzer y el Dr. Castro.

[Opiniones] Ser conscientes de ser conscientes de ser es lo que nos Mariposadistingue de los animales :: No pienso en ningún idioma. Pienso en imágenes :: La realidad es una cosa muy subjetiva :: Admiremos la tela, olvidemos a la araña. :: Los placeres de la lectura, la dicha, la felicidad de una frase es compartida por escritor y lector :: Escribir para el placer de un solo lector... uno mismo.

domingo, 6 de julio de 2008

Barcelona desde Montjuïc, hoy

Barcelona desde Montjuic[Barcelona, difusa esta mañana a causa de la calima, vista desde
un Montjuïc desierto recorrido en bicicleta. 6/7/2008, 11,30 am.]

viernes, 4 de julio de 2008

Salón de Rescatados

“1 - Perico dibuja y yo escribo, y así llevamos la friolera de 138 semanas juntos en este dietario altamente voluble, sin más interrupciones que los plomizos agostos. Emulando a aquel Otto e mezzo de Fellini, esta página de hoy podría titularse Perico ciento treinta y ocho. Porque voy a hablar de Salon de Refusés, su exposición en la Sala Parés. Perico, por una vez, tendrá que ilustrarse aquí en esta página. ¿Cómo hace uno para ilustrarse?

Pienso en las secretas urgencias de todas las semanas de este dietario. Un pánico a que llegue el sábado y no haya nada escrito, o que lo escrito llegue tarde a Perico y disponga de poco tiempo para la ilustración. Pero el miedo siempre ha estado ahí: para que lo superemos. Un día, Perico se fue a Japón más de una semana, y yo pensé que podía tambalearse todo, pero la ilustración, de trazo marcadamente nipón -movida por un ligero terremoto-, llegó desde allí con la misma admirable imaginación de siempre.

En Japón precisamente le regalaron un papel muy sensible que ha utilizado en su Salón de Rechazados, curiosa exposición donde hay, como mínimo, tres temas o series diferentes, lo que impide por suerte que existan un centro y una unidad de conjunto. No es laberíntico, pero el salón tiene una notable complejidad, está cargado de líneas de sombra que cruzan las fronteras del color, del color de la vida. Por un lado, están esos dibujos de personajes de nuestro mundo más cotidiano, gente anónima colgada de hojas de papel en el centro de la Parés, bajo la singular claraboya de luz natural: gente anónima colocada de forma que recuerda deliberadamente a los guerreros de Xian. Este apartado, supongo que el más vistoso, convive con la serie de los dibujos en blanco y negro, dibujos llamémosles duros, a los que Perico llama refusés porque algunos de ellos han sido literalmente rechazados por su autor. Es más, los ha empalado literalmente debajo de las muchas capas de dibujos que hay en la columna que se halla entrando en la Parés a mano derecha, allí donde hay también una escoba gigante de barrendero que Perico rescató también, en este caso no de su estudio, sino de la calle misma. Pero, al igual que sucedió con el Salón de Rechazados parisiense de 1863 -cuando acoger a algunos de los artistas que habían impugnado el salón oficial significó rescatarlos-, muchos de esos dibujos duros que en un primer momento fueron condenados por el autor han acabado siendo rescatados y ahora se hallan en un capazo de supervivientes -recuperados y arrojados- a disposición del público. Esos dibujos están en la exposición -que también podría llamarse Salón de Rescatados- conviviendo con el ejército Xian de almas anónimas y con la tercera serie, la que tal vez nos resulte más familiar en el mundo de Perico: aquellos cuadros en los que en bellas tonalidades vemos a gente despatarrada, en actitud holgazana o en plena siesta, señoritas desnudas tomando el sol con un muslo sobre el otro, o bien señores vulgares o inquietantes, sencillamente felices. [...]”

Perico Pastor-Sala Parés-Barcelona-2008Enrique Vila-Matas
Dietario Voluble
El País, 29/6/2008
Perico Pastor
Salón de Rechazados
Sala Parés, 17/6 a 8/8
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