miércoles, 28 de octubre de 2009

Abrazos

“El tiempo y el espacio, el color de las estaciones, el movimiento de los músculos y de la mente, todas estas cosas no son, para los escritores de genio (por lo que podemos suponer, y confío en que suponemos bien), nociones tradicionales que pueden sacarse de la biblioteca circulante de las verdades públicas, sino una serie de sorpresas extraordinarias que los artistas maestros han aprendido a expresar a su manera personal. La ornamentación del lugar común incumbe a los autores de segunda fila; éstos no se molestan en reinventar el mundo; sólo tratan de sacarle el jugo lo mejor que pueden a un determinado orden de cosas, a los modelos tradicionales de la novelística. Las diversas combinaciones que un autor de segunda fila es capaz de producir dentro de estos límites fijos pueden ser bastante divertidas, pese a su carácter efímero, porque a los lectores de segunda les gusta reconocer sus propias ideas vestidas con un disfraz agradable. Pero el verdadero escritor, el hombre que hace girar planetas, que modela a un hombre dormido y manipula ansioso la costilla del durmiente, esa clase de autor no tiene a su disposición ningún valor predeterminado: debe crearlos él. Nancy Spero (1926-2009)El arte de escribir es una actividad fútil si no supone ante todo el arte de ver el mundo como el sustrato potencial de la ficción. Puede que la materia de este mundo sea bastante real (dentro de las limitaciones de la realidad), pero no existe en absoluto como un todo fijo y aceptado: es el caos; y a este caos le dice el autor: «¡Anda!», dejando que el mundo vibre y se funda. Entonces, los átomos de este mundo, y no sus partes visibles y superficiales, entran en nuevas combinaciones. El escritor es el primero en trazar su mapa y poner nombre a los objetos naturales que contiene. Estas bayas son comestibles. Ese bicho moteado que se ha cruzado veloz en mi camino se puede domesticar. Aquel lago entre los árboles se llamará Lago de Ópalo o, más artísticamente, Lago Aguasucia. Esa bruma es una montaña... y aquella montaña tiene que ser conquistada. El artista maestro asciende por una ladera sin caminos trazados; y una vez arriba, en la cumbre batida por el viento, ¿con quién diréis que se encuentra? Con el lector jadeante y feliz. Y allí, con un gesto espontáneo, se abrazan y, si el libro es eterno, se unen eternamente.

Vladimir Nabokov
De Buenos lectores y buenos escritores
Curso de literatura europea, Zeta, 2009

miércoles, 21 de octubre de 2009

La nueva Historia abreviada de la literatura portátil de Vila-Matas

27. Donde los perros.

Quiero que te preguntes finalmente qué sucede si un escritor quiere comenzar de nuevo. Faltan ensayos, estudios acerca de esta delicada cuestión. ¿A qué clase de problemas se ha de enfrentar el escritor que desea volver a empezar? Se me ocurre uno, así al primer bote: tiene que olvidarse de lo mucho que le fascinan algunas de las cosas que ha escrito a lo largo de su carrera. Pero se trata de hacer tabla rasa y convertirse en un escritor que comienza de nuevo, no hay lugar para los sentimentalismos. ¿A qué otros problemas se tiene que enfrentar? A problemas relacionados con la técnica, sin duda. Pero también con su propio mito de escritor y con su propio lugar. Le conté en Nueva York a Sergio Chejfec que a veces me planteaba volver a empezar y soñaba que estaba en el imposible punto de partida. Me dio un consejo, me dijo que no era tan imposible situarse en ese punto, sepultar un día de golpe mi propio mito de escritor. Quizás bastaba con escribir como si fuera otro, hacerlo con un pseudónimo. Nada tranquiliza tanto como una máscara. En mi caso, sería una máscara sobre la máscara que ya llevo puesta. ¿Es una utopía imposible el cambio de identidad como escritor? Es probable que sea una utopía, pero sólo ya plantearse ese cambio puede hacer que se muevan muchas cosas, puede llegar a ser productivo, porque de hecho es una sensación que te puede permitir distanciarte un poco de los mismos mecanismos que has desarrollado y que muchas veces automatizan cómo concebir los libros. La construcción en este blog en web de la página de HALP ha sido una experiencia que me ha abierto a espacios nuevos en mi mente. He aprendido a escribir de un modo distinto un libro que ya había escrito. Lo considero un paso más para mi proyecto de un día comenzar de nuevo. Ahora es tiempo de silencio. Y tiempo de buscar la nueva máscara. Esta página, por su parte, se queda ya, al llegar al número 27, eternamente en construcción. Sabía que no lograría acabarla, pero lo más curioso es que tengo la sensación de no haberla ni siquiera empezado. Como se decía en el Tristram Shandy, hemos ido a la mayor velocidad posible, y sin embargo no hemos nacido aún. La página queda suspendida aquí para siempre en el número 27. He aprendido a modificar algunos usos técnicos y he ampliado horizontes. Ahora debo perderme por esa calle en la que me transformaré en otro. Voy a seguir el consejo que ayer me dieron por teléfono:
-Si vas a vender tu alma al diablo, ve por esa calle y pregunta en el segundo piso de la casa donde los perros. Allí te permitirán sacar chispas cuando frotes dos piedras, y verás que hay otra luna que brilla desde otra parte.

Esta es la entrada con la que Enrique Vila-Matas da por acabada la reescritura de su Historia abreviada de la literatura portátil, un proyecto sobre el que Vilém Vok ha dicho: «Al simular un ensayo de la construcción de la página dedicada a HALP, se terminó ensayando un experimento (totalmente inédito en la blogosfera internacional) de blog en web: 27 entradas para terminar -sólo en la ficción- fracasando en el intento. Un blog en web histórico.»

Y con el que Dora y yo, modestia a parte, hemos disfrutado tanto ;)

viernes, 16 de octubre de 2009

Yecla, 16 de octubre

Entre las Moratillas y la Maneta. Yecla
Vire will wind in other shadows
unborn through the bright ways tremble
and the old mind ghost-forsaken
sink into its havoc
Vire serpenteará por otras sombras
sin nacer temblará por caminos lucientes
y el espíritu viejo fantasma en abandono
se sumirá en su propia destrucción
Saint-Lô
De Poemas de Samuel Beckett
Traducción de Jenaro Talens
Barral Editores, Barcelona, 1970

jueves, 8 de octubre de 2009

Recetas

Enric González
“Una de las más veteranas revistas culturales del mundo está a punto de cerrar. Se llama Gourmet y es, en teoría, una revista de recetas de cocina. Ha publicado recetas durante casi 70 años. Pero nació en Nueva York en 1941, el año del ataque japonés a Pearl Harbor, empezó a espabilarse durante la Segunda Guerra Mundial y se consolidó en la posguerra, la época dorada del periodismo estadounidense: sus responsables decidieron que junto a las recetas se podían publicar reportajes, ensayos y entrevistas, cosas que explicaran el mundo de entonces, y exigieron para ese material un nivel comparable al de New Yorker.

Gourmet fue una anomalía en el mercado. Cuando Manuel Vázquez Montalbán aún era un crío que soñaba con bocatas de sardinas y ni siquiera sospechaba que, como dijo más tarde, la cocina fuera una metáfora de la cultura, una revista que jugaba precisamente con eso, con la cocina como metáfora de la cultura, se hizo un lugar en centenares de miles de hogares. Servía para preparar unas berenjenas y para conocer la historia de Nueva Orleans; para aprender a construir el fuego de una barbacoa y para descubrir la tragedia inmensa de la revolución cultural maoísta.

Cover Gourmet september 2009 Estaba claramente dirigida a las mujeres, porque en general eran ellas quienes cocinaban. Gourmet, sin embargo, jamás publicó un cotilleo, o un truco de belleza, o cualquiera de esas cosas que antes, y hoy, se suponen interesantes para las mujeres. Apelaba al intelecto y la sensibilidad de su clientela. Y ésta respondió, año tras año, década tras década.

La revista no cambió. Sus números más recientes seguían siendo espléndidos. Ha debido cambiar el público, porque Condé Nast, el grupo que edita Gourmet, ha anunciado que ya no es rentable ni lo será en el futuro. Condé Nast dice que no hay publicidad para mantener una revista inteligente y que la única opción es el cierre.

Todas las recetas, es cierto, pueden encontrarse gratis en Internet. Rapidez y economía. ¿Para qué perder el tiempo en otras cosas? ¿Para qué intentar entender el mundo si el mundo, como nosotros, se hace más tonto cada día?”

ENRIC GONZÁLEZ
El País, 7/10/2009
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