jueves, 23 de noviembre de 2017

Fugas, de James Rhodes

James Rhodes
FUGAS
O la ansiedad de sentirse vivo
[Fire in all sides, 2018]
Trad. Ismael Attrache
Blackie Books, 2017 - 288 pags - inicio
JR en A vivir que son dos días, con Javier del Pino
[sus neuras y su música casi en directo]
«Suelto mi rollo sobre la confianza, la música, el mundo interior, y después les digo que me encantaría crear una aplicación (porque no cabe duda de que todavía no existen suficientes) que sirva para celebrar la introversión. La idea consiste en que el programa elija todos los días para ti una pieza de música clásica, te dé información sobre la pieza y su contexto y que después tú dediques unos minutos a escucharla con calma. Quizás, que también se la envíes a alguien a quien quieres o en quien estás pensando. Si lo hicieras todos los días, si encontraras unos minutos para desaparecer y sumergirte en tu interior, la experiencia podría cambiar radicalmente la forma en que percibes el mundo.» (págs. 99-100)
...and Rubén Amón introduces Teodor Currentzis:
«El mayor problema de la música clásica consiste en que su calidad depende de la interpretación que escuchas o presencias. Pasa lo mismo con el teatro. Sobre el papel, una obra puede ser una de las siete maravillas del mundo, pero cuando la ejecutan ciertas personas se convierte en algo parecido a una tortura. Al margen de la teoría, una obra de arte solo es tan buena como su intérprete. Por eso personajes como Gould, Von Karajan, Horowitz, Callas, Sokolov, etcétera, son tan inmortales. Son capaces de reimaginar algo que se escribió hace cientos de años, y presentárselo al público actual de una forma que resulta completamente fascinante y definitiva.
    Y aquí aparece un joven director griego llamado Teodor Currentzis. El tío podría definirse, dentro del mundo de la dirección, como una mezcla de Glenn Gould y Kurt Kobain. Gould tiene una cita, quizá célebre, en la que afirmó que tocar algo que ya se ha interpretado miles de veces carece de sentido si no lo haces de forma distinta. Y Currentzis, que posee una capacidad de trabajo y una atención al detalle al lado de las cuales Bill Gates parece un vago redomado [...], logra eso con creces. Creó su propia orquesta, para la que eligió personalmente a los mejores músicos que pudo encontrar, sobre todo en Rusia, donde el nivel es altísimo, y la llamó MusicAeterna ("eterno" en latín, y no veas si hacen honor a ese nombre).
    No sé muy bien cómo, convenció a Sony para que invirtiera una tremenda cantidad de dinero, y comenzó a producir y crear versiones nuevas y definitivas de las tres óperas de Mozart más importantes [Le nozze di Figaro, Così fan tutte y Don Giovanni]. Las graba en la pequeña localidad rusa de Perm, que es la puerta de entrada a Siberia.» (págs. 120-121)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi piace.

Elena dijo...

Pues mi piace che ti piaccia.
El Rhodes o el Currentzis?

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