«Durante años fui anotando mis sueños. Ese tipo de escritura fue al principio esporádica, y luego se hizo cada vez más presente: en 1968 transcribí cinco sueños, en 1969 siete, en 1970 veinticinco, ¡en 1979 sesenta!
Ya no sé muy bien qué esperaba conseguir al principio con esa experiencia: de manera más bien confusa me parecía que se inscribía en un proyecto autobiográfico descarriado, emprendido hacía tiempo y con el que intentaba captar mi propia historia, no contando cosas en primera persona del singular sino a través de recuerdos organizados temáticamente: por ejemplo, recuerdos y aconteceres de lugares en los que he vivido, enumeración de las habitaciones en las que había dormido, historia de los objetos que hay o ha habido en mi mesa de trabajo, historia de mis gatos y de su descendencia, etc., como si, al lado de esas autobiografías limítrofes y fragmentarias, mis relatos de sueños hubieran podido constituir lo que entonces yo llamaba una autobiografía nocturna.»
Ya no sé muy bien qué esperaba conseguir al principio con esa experiencia: de manera más bien confusa me parecía que se inscribía en un proyecto autobiográfico descarriado, emprendido hacía tiempo y con el que intentaba captar mi propia historia, no contando cosas en primera persona del singular sino a través de recuerdos organizados temáticamente: por ejemplo, recuerdos y aconteceres de lugares en los que he vivido, enumeración de las habitaciones en las que había dormido, historia de los objetos que hay o ha habido en mi mesa de trabajo, historia de mis gatos y de su descendencia, etc., como si, al lado de esas autobiografías limítrofes y fragmentarias, mis relatos de sueños hubieran podido constituir lo que entonces yo llamaba una autobiografía nocturna.»
Georges Perec. Nací. Abada Editores, 2006.