jueves, 22 de febrero de 2007

La biblioteca como felicidad

La semana pasada asistí a la presentación que Alberto Manguel hizo de su libro ‘La biblioteca de noche’ (Alianza Literaria) en la librería La Central. Anoche lo acabé de leer, y me ha encantado. Eso no quiere decir que lo recomiende fervientemente, pues no es una novela, es un apasionado homenaje a los libros y a las bibliotecas que el autor considera contenedores del conocimiento y, por lo tanto, del mundo, al mismo tiempo que piensa (como Borges “quien llamó libro al universo y decía haber imaginado el paraíso bajo la especie de una biblioteca”) que el mundo es su propia biblioteca.

Se podrían comentar tantas cosas de este libro y de las ideas, historias e ilustraciones que contiene que, para acabar pronto, aquí tenéis los sugerentes títulos de sus capítulos:

La biblioteca como mito
La biblioteca como orden
La biblioteca como espacio
La biblioteca como poder
La biblioteca como sombra
La biblioteca como forma
La biblioteca como azar
La biblioteca como taller
La biblioteca como mente
La biblioteca como isla
La biblioteca como supervivencia
La biblioteca como olvido
La biblioteca como imaginación
La biblioteca como identidad
La biblioteca como hogar

Todos los cuales yo resumiría en el que da título a este comentario. He visto en la red (otra biblioteca, pero con demasiado ruido de fondo) que un montón de gente comenta el libro, por lo tanto me limitaré a citar un párrafo en el cual Alberto Manguel sugiere algunas de las razones por las que él cree que elegimos los libros que vamos a leer:

“Por la cubierta, por el título, por un nombre, por algo que alguien dijo o que no dijo, por una corazonada, por capricho, por error, porque creemos que podemos encontrar en ese libro un relato, un personaje o un detalle determinados, porque creemos que fue escrito para nosotros, porque creemos que fue escrito para cualquiera menos para nosotros y queremos saber por qué hemos sido excluidos, porque queremos aprender, o queremos reír o queremos entregarnos al olvido.”

11 comentarios:

Marikuki Lucas dijo...

El libro que acabo de empezar a leer lo elegi, estoy casi segura, entre por capricho y corazonada. CRONICA DEL PAJARAO QUE DA CUERDA AL MUNDO (Murakami).

Me han gustado los titulos de los capitulos que, como bien calificas, son sugerentes... yo ahora he creado una especie de rito alrededor de los libros, y es crear una atmosfera/circunstancia/entorno particular o concreto en el momento de su lectura. De esa forma, cada vez que recuerdo el libro no solo recuerdo todo lo relacionado con la historia y como me afecto, sino tambien con todo el contexto, mi contexto, que lo acompanyaba. Esto me facilita evocar ciertas sensaciones que muchas veces se me pierden entre los agujeros de los bolsillos.

La biblioteca como... departamento de objetos (emociones) perdidos.

... Y no se si me he explicado!

Kuki

Enhorabuena por el blog... ME ENCANTA (porque a mi tambien ME ENCANTA)

Anónimo dijo...

Gracias, Kuki. You’re welcome!

Para no repetir "me encanta", diré que adoro a Haruki Murakami. Me han gustado mucho todos sus libros (y estos sí que son de los que me atrevo a recomendar), con una excepción: ‘El pájaro que da cuerda al mundo’ se me cayó de las manos (y no por su peso) y, ahí está, esperando su segunda oportunidad.

Es cierto que entre las páginas de los libros que de alguna manera nos impresionan se quedan pegadas las emociones que nos produjeron. Yo, además, las suelo fijar remarcando párrafos o pasajes que en ese momento me parecieron especiales. Muchas veces, sobretodo cuando la impresión positiva o negativa ha sido grande, también intento describirla en la última página del libro. Luego, como suelo prestarlos, me da vergüenza que los demás vean ese strip-tease emocional, pero es lo que hay.

Por otra parte, yo no suelo recordar las circunstancias en las que leo los libros, excepto aquellos que me llevo de viaje y en los que suelo anotar en los márgenes cosas como: Estoy con A en el avión que nos lleva a B, o Estamos despegando, o ¡Esto se mueve demasiado!, o Estoy en el hotel C de la ciudad D, etc. El resto de libros tiene un entorno mucho menos exótico pues los leo de noche, en la cama.

Cuídate, futura Guest Service Manager, y sigue explicándonos tus aventuras en China, pues aquí han creado adicción.

Marikuki Lucas dijo...

Por que se te cayo de las manos? Tengo curiosidad, porque a mi por ahora, pagina 147, me esta enganchando... aunque teniendo en cuenta que tiene casi 700, no canto victoria todavia.

Respecto a lo que dices de que a Murakami si lo recomendarias... pues hazlo! Voy a hacer un pedido a mis padres para que me envien un paquetito, en el cual los libros tienen un papel funadamental (los que me traje los estoy devorando y en breve se me acaban las existencias), asi que tenia pensado que uno de ellos fuera de Murakami, ya que este es el primero que me leo de el. Cual crees que deberia ser el siguiente de este autor?

Respecto al strip-tease emocional... algun dia, en alguna etapa de mi vida, se que vivire en Barcelona, asi que cuando llegue ese momento te pedire que me prestes un libro... Digamos que es mera curiosidad antropologica por saber de que color es tu ropa interior!

Besetes

Kuki

Anónimo dijo...

¡¡¡MARIIII!!! Me acabo de enterar de la existencia de tu blog. Ya tenía yo ganicas, ya. Me ha parecido de lo más interesante este comentario sobre los libros. Aunque, desgraciadamente, no podemos olvidar otra de las razones por las que a veces leemos los libros: por obligación.

A principios de este curso escolar nos mandaron un ejercicio de interpretación que consistía en decirle un texto a una persona (imaginaria, porque no estaba presente) de la manera más natural posible. Es decir, hacer tuyas palabras que no has escrito tú, darle verdad a un texto que no ha salido de tu mano ni de tu corazón (lo que es actuar, vamos). La cosa era que nosotros, los alumnos, debíamos leer y leer hasta encontrar un párrafo o una frase que nos hiciera "click" en el cerebro y que pensáramos "leche, esto se lo diría yo a mi abuelo, o a mi padre, o a mi hermano, etc." Pues bien, he de confesar que durante la búsqueda del texto milagroso me di cuenta de que estaba leyendo por obligación, que leía sin ganas, nerviosa, desesperada por encontrar ese puñetero texto que me hiciera el puñetero "click". Al final, visto que aquello no daba resultado y que mi amor por la lectura es suficientemente grande como para que un ejercicio lo tire todo por la borda, cesé en mi empeño por encontrar el "santo grial" y escogí la letra de una canción. Y a tomar por saco.

Algo parecido me ocurrió cuando tuvimos que buscar escenas para trabajar en clase, pero el teatro es mucho más rápido y fácil de leer, así que tampoco resultó muy duro. Al final encontré una escena de "Panorama desde el puente" que no estaba mal. Por cierto que me encantó la obra. Este Miller...


Y nada más, porque veo que me estoy enrollando que da gusto. Mañana voy al teatro a ver una obra de una compañía rusa en la que hablan en ruso. La obra dura dos horas y cuarto. ¿Moriré? Ya os enteraréis.

Mil besos

Anónimo dijo...

¡Frijolita! Comparto contigo, y con tu santa madre (que no es la iglesia precisamente), que nunca se debería obligar a nadie a leer.
Bueno, ¿qué pasa con Existencia? A ver si consigues convencerla que haga el comentario de este mes antes de que acabe, claro.
Suerte con los rusos, y explica.

Anónimo dijo...

Kuki, si te acuerdas, cuando Existencia nos pidió un meme, el mío lo formé con los títulos en inglés de las novelas de Murakami (pues algunas no están traducidas al castellano):

Banda o grupo elegido: Murakami
Eres hombre o mujer: Norwegian Wood
Descríbete: The Wind-Up Bird Chronicle
Qué sienten las personas acerca de ti: Sleep
Tu anterior relación sentimental: Wild Sheep Chase
Tu actual relación de pareja: Sputnik Sweetheart
Dónde quisieras estar: South of the Border, West of the sun
Cómo eres respecto al amor: Kafka on the shore
Cómo es tu vida: Underground
Pide un único deseo: Dance Dance Dance
Escribe una cita o frase sabia: The Elephant Vanishes
Ahora despídete: Darkness

De los que he leído, me han gustado much(ísim)o: ‘Tokio Bluess’ (=’Norwegian Word’), ‘Sputnik mi amor’, ‘Al sur de la frontera, al oeste del sol’ y el último editado aquí, que es ‘Kafka en la orilla’. Por otra parte, ‘La caza del carnero salvaje’ me pareció muy raro y creo que solo me gustó la segunda mitad.

Nota práctica: los 3 primeros son de pocas páginas (about 300), pesan poco, se leen muy rápido y te da rabia que se acaben. Kafka, en cambio, es ‘gordo’ en todos los sentidos (muchas páginas, mucha historia, muy sugerente). Si te gusta Murakami, los cuatro son recomendables (a mí me abducieron). Además, las ediciones de Tusquets tienen unas portadas preciosas.

Cuando tenía síndrome de abstinencia por falta de nuevos libros de Murakami, probé con otra novelista japonesa actual: Banana Yoshimoto y me compré ‘Kitchen’ y ‘Sueño profundo’. Mala suerte, los dos se me cayeron de las manos, y estos no van a tener segunda oportunidad.

En relación a la CRÓNICA DEL PÁJARO..., supongo que no era su momento. Pero presiento que está al caer, seguramente en cuanto acabe mi nueva relación con Arcadi Espada (EBRO/ORBE).

Anónimo dijo...

Pues yo el viernes dejé un comentario y me fui a casa tan contenta. Y resulta que no ha salido. Ana me lo dijo por teléfono este fin de semana.
Así que antes de meterme en (¡Viva!) honduras, voy a ver si éste sale.
Hasta ahora.

Anónimo dijo...

Ha costado, pero sí.
Bueno, pues yo decía en aquel comentario (que debe ir vagando de satélite en satélite sin encontrar un nido), que me gustaba mucho este blog, que me gustaron mucho los comentarios elogiosos y merecidos que le hacen a la susodicha y que me gustan mucho sus escritos y los comentarios de todos.
Yo estoy terminando el libro de Murakami "Kafka en la orilla" y me está gustando tanto que ya no sé que voy a poder leer a continuación, pues todo me parecerá muy por debajo... o no. Nunca se sabe, pero éste libro desde luego no te deja indiferente (como dice en la solapa). Además, como es una versión con desnudo emocional de mi Mer, pues todavía me gusta más. La pena es que se me está acabando y, cuando se termina un libro que te gusta mucho... pero esto lo diré en el próximo comentario.
Besos.

Anónimo dijo...

Vaya, vaya, vaya, Mctildes en cyberpersona, ¡qué honor! Esperamos ansiosos que nos expliques tu vacío post-Kafka. Mientras tanto, recibe muchos besos fraternos.

Anónimo dijo...

Cuando lees un libro que te gusta no quieres que se acabe nunca.
Pasas el día pensando en el momento en que por fin podrás seguir con su lectura.
Mientras lees, vives una vida paralela en el universo que el autor ha creado.
Mientras lees, desapareces del mundo real (¿real?) para sumergirte en ese mundo inventado.
Si algo o alguien reclama tu atención te cuesta salir de allí y volver otra vez a lo cotidiano; de hecho, muchas veces no desearías hacerlo.
Por eso quieres que el libro tenga muchas páginas: vives en otra vida y, como ésta, no quieres que acabe.
Pero el libro se termina, siempre se termina.
Y tú experimentas una pequeña muerte, una desaparición del universo en el que estabas y tienes que abandonar. No quieres, pero es inevitable.
Buscas algo más, vuelves a veces a releer alguna página, el pequeño resumen que hay detrás (los comentarios y los recortes de periódico que ha dejado tu hermana). Pero sabes que ya no estás allí.
Entonces dices: bueno, hay tantos otros libros que esperan ser leídos que no pasa nada, empezaré otro.
Sí, pero no inmediatamente.
Dejas un tiempo intermedio, un tiempo de adaptación a la vida real; y en ese tiempo y en esa vida empiezas a pensar si el siguiente libro que tenías en espera te va a gustar tanto, si irá bien con el que acabas de dejar...
Además, tienes que empezarlo, y empezar un libro es emprender un viaje.
A veces da pereza, a veces te cuesta dejar a un lado el equipaje del anterior y, a veces, cuando ya has empezado el viaje te das cuenta de que no.
Pero sigues un poco más, porque te han dicho que está muy bien, o porque quizá todavía no has llegado a la inmersión total, o porque el autor ha hecho un gran esfuerzo y al menos le debes un intento más prolongado.
Y siempre encuentras otro libro, otro mundo en el que volver a empezar una vida distinta.
Y así, el ciclo no se acaba.
Y das las gracias a la lectura, que te permite vivir tantas vidas.

Anónimo dijo...

¡Glup! ¿Qué delicioso manjar cenaste anoche? Gracias por el esfuerzo de expresar tan bien las sensaciones que produce la lectura de los libros que “te abducen”. Con/sin tu permiso, este texto lo he sacado de esta bodega y pasado a la cubierta del barco.

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