viernes, 31 de diciembre de 2010

Lo mejor será acabar con una canción triste


I wished I had you in Carrickfergus,
Only for nights in Ballygrand,
I would swim over the deepest ocean,
The deepest ocean to be by your side.
But the sea is wide and I can't swim over
And neither have I wings to fly.
I wish I could find me a handy boatman
To ferry me over to my love and die.
My childhood days bring back sad reflections
Of happy days so long ago.
My boyhood friends and my own relations.
Have all passed on like the melting snow.
So I'll spend my days in endless roving,
Soft is the grass and my bed is free.
Oh to be home now in Carrickfergus,
On the long road down to the salty sea.
And in Kilkenny it is reported
On marble stone there as black as ink,
With gold and silver I did support her
But I'll sing no more now till I get a drink.
I'm drunk today and I'm rarely sober,
A handsome rover from town to town.
Oh but I am sick now and my days are numbered
so come ye young men and lay me down."

Irish Traditional, arranged by Van Morrison/Paddy Moloney
(Y la escena Carrickgerfus en Boardwalk Empire)

jueves, 30 de diciembre de 2010

Libros de 2010

  1. Éramos unos niños, de Patti Smith
  2. Autores, libros, aventuras, de Kurt Wolff
  3. Sunset Park, de Paul Auster
  4. Lamentaciones de un prepucio, de Shalom Auslander
  5. Un adúltero americano, Jed Mercurio
  6. Cosas que los nietos deberían saber, de Mark Oliver Everett
  7. El tercer policia, Flann O'Brien
  8. En Nadar-Dos-Pájaros, Flann O'Brien
  9. Mi madre, de Richard Ford
  10. Contes russos, de Francesc Serés
  11. El teorema de Almodóvar, de Antoni Casas Ros
  12. Tiempo de vida, Marcos Giralt Torrente
  13. La bicicleta estàtica, de Sergi Pàmies
  14. Homer y Langley, de E. L. Doctorow
  15. Desgracia impeorable, de Peter Handke
  16. Historias de Nueva York, de Enric González
  17. Sale el espectro, de Philip Roth
  18. Yo, etcétera., de Susan Sontag
  19. Mi Nueva York, de Brendan Behan
  20. El palacio de la luna, de Paul Auster
  21. Weekend (d'estiu) a Nova York, de Josep Pla
  22. Imposturas, de John Banville
  23. Cruzar el Danubio, de Ignacio Carrión
  24. Ante la pintura, de Robert Walser
  25. Un artista del mundo flotante, de Kazuo Ishiguro
  26. Viaje alrededor de mi habitación, de Xavier de Maistre
  27. Vida y época de Michael K, de J.M. Coetzee
  28. La escritura o la vida, de Jorge Semprún
  29. La última noche en Twisted River, de John Irving
  30. Verano, de J.M. Coetzee
  31. De qué hablo cuando hablo de correr, de Haruki Murakami
  32. El primer hombre, de Albert Camus
  33. Dublinesca, de Enrique Vila-Matas
  34. Exploradores del abismo, de Enrique Vila-Matas
  35. El viajero más lento, de Enrique Vila-Matas

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miércoles, 29 de diciembre de 2010

Just kids

Patti Smith y Robert Mapplethorpe
“Nos veíamos como los hijos de la libertad con la misión de conservar, proteger y difundir el espíritu revolucionario del rock and roll. Temíamos que la música que nos había dado sustento estuviera en peligro de desnutrirse espiritual- mente. Temíamos que perdiera su razón de ser, que cayera en manos sobrealimentadas, que se revolcara en un lodazal de aparatosidad, consumo y vacua complejidad técnica. Tendríamos presente la imagen de Paul Revere recorriendo los caminos a caballo exhortando a la gente a despertar, a tomar las armas. También nosotros tomaríamos las armas, las armas de nuestra generación, la guitarra eléctrica y el micrófono.”
Patti Smith, Éramos unos niños
Trad. de Rosa Pérez. Lumen, 2010

lunes, 27 de diciembre de 2010

Los privilegios del fósil

Diversity is Hope. Raval, Barcelona, 2018
[…] Que todo sigue igual quiere decir que continúa habiendo gente que escribe en español aunque viva en Cataluña, pero que solo si muestra su inquebrantable adhesión al Régimen es aceptado por la maquinaria cultural catalana. Semejante rareza (o semejante chavismo) solo tiene importancia para el contribuyente. A los que escribimos en español no nos afecta porque ya estamos habituados a los insultos del poder. A quienes escriben en catalán esta situación les favorece. La doctrina política oficial solo tiene como consecuencia un gasto desorbitado, el parroquianismo cultural y la ausencia de oposición o competencia. El resultado es que no por ello ha aumentado la lectura de literatura catalana y que la cultura oficial es de uso exclusivamente local y clientelar. Los sueños de cosmopolitismo cultural, de la Cataluña internacional, de la Barcelona destacada en el mapa europeo y demás quimeras se han fundido en el aire exactamente igual que los miles de millones de euros que ha costado fundirlas […]

viernes, 24 de diciembre de 2010

El insecto no debe ser mostrado

Die Verwandlung. Kafka, 1916Kafka a Wolff, 1915: “Recientemente me comunicaba Vd. que Ottomark Starke dibujará una portada para la Verwandlung. Esto me ha producido un pequeño sobresalto, sin duda harto innecesario […] pues se me ha ocurrido que tal vez podría querer dibujar el insecto en cuestión. ¡Eso de ninguna manera, por favor! No pretendo coartar su libertad de expresión sino que se lo pido desde mi condición de -obviamente- mejor conocedor de la historia. El insecto en sí no puede ser dibujado […] ni siquiera puede mostrarse desde cierta distancia. Si de entrada no existiese intención de hacer tal cosa y, por consiguiente, mi ruego resulta ridículo, tanto mejor. Le quedaría muy agradecido si transmitiera e insistiera en este ruego mío. Si yo mismo tuviera oportunidad de hacer alguna sugerencia para una ilustración, escogería escenas como, por ejemplo, los padres y el procurador ante la puerta cerrada o, mejor aún, los padres y la hermana en la estancia iluminada mientras se ve la puerta abierta que da al cuarto vecino, completamente a oscuras.” (pp. 172-3)

Wolff a Kafka, 1921: “No debe usted tomar los éxitos externos que alcancemos con sus libros como baremo para medir el trabajo que dedicamos a su distribución. Usted y yo sabemos que, por lo general, son precisamente las cosas mejores y más valiosas las que no encuentran eco de inmediato, sino que no lo hacen hasta más adelante, y nosotros seguimos creyendo en los lectores alemanes y en que alguna vez poseerán la capacidad de recepción que estos libros merecen.” (p. 196)
Kurt Wolff, Autores, libros, aventuras
Trad. Isabel García Adánez. Acantilado, 2010

viernes, 17 de diciembre de 2010

Si hoy es viernes, esto es Windhoek

Spitzkoppe, Namibia
:: viernes 17: Windhoek :: sábado 18: Spitzkoppe :: domingo 19: Rhino Camp :: lunes 20: Mbakondja :: martes 21: Orupembe :: miércoles 22: Opuwo :: jueves 23: Okonjima :: viernes 24: Bye Namibia :: sábado 25: Johannesburgo :: dom. 26: Barcelona : Yecla ::

sábado, 11 de diciembre de 2010

Los paréntesis de Auster

 Mark Yankus. Charles Street
“(...) el premio que le han dado en España, y Renzo afirma que ha sido una distracción bienvenida, que últimamente ha estado bajo de moral y le ha sentado bien cambiar de aires durante unas semanas, estar en un sitio distinto del interior de su propia cabeza. Morris ha oído decir a Renzo esa clase de cosas desde que puede recordar. Renzo siempre tiene un bajón de ánimo, cada libro que termina siempre es el último que escribirá en la vida, y luego, por la razón que sea, el bajón se interrumpe misteriosamente, y está de nuevo en su habitación escribiendo otro libro. Sí, dice Renzo, sabe que ya ha dicho eso antes, pero ahora es diferente, no sabe por qué, esta vez la parálisis empieza a tener carácter permanente. Terminó Paseo nocturno a finales de junio, prosigue, hace más de seis meses, y desde entonces no ha hecho absolutamente nada. Fue un libro muy breve, sólo ciento cincuenta y tantas páginas, pero pareció exigirle todo lo que tenía, lo escribió en una especie de frenesí, en menos de tres meses de principio a fin, trabajando más y con mayor concentración que en cualquier otro momento de todos los años que lleva escribiendo, apresurándose, apretando el paso con energía como un corredor a toda marcha durante catorce kilómetros, y por estimulante que fuese correr a esa velocidad, algo se derrumbó en él al cruzar la línea de meta. Han pasado seis meses y no tiene planes, ni ideas ni proyecto en que ocuparse para pasar el tiempo. Cuando no ha salido de viaje, se ha sentido apático, desmotivado, sin ganas de volver a su escritorio y ponerse a trabajar de nuevo. Ya ha experimentado antes esos paréntesis, sí, pero ninguno tan pertinaz ni prolongado como este, y aunque todavía no ha llegado a un estado de alarma, empieza a preguntarse si no es el final, si la antigua llama no ha acabado ya por extinguirse. Entretanto, pasa el tiempo sin apenas hacer nada: leyendo libros, pensando, saliendo a dar un paseo, viendo películas, siguiendo las noticias del mundo. En otras palabras, está descansando, pero por otro lado es un descanso un poco raro, observa, un reposo impaciente.”
Paul Auster. Sunset Park (p. 140-141)
Trad. Benito Gómez Ibáñez. Anagrama, 2010
Leer a Auster: recomendación de Sergi Pàmies

(PD del domingo) El sábado Eduardo Lago visitó a Auster en su casa: “Las estructuras complejas no están reñidas con la emoción”.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Barcelona, porque era donde había que estar


“De todos los años que he vivido en suelo español, recuerdo con fulgor los cinco que pasé en la querida Barcelona a comienzos de los años setenta. La dictadura de Franco estaba todavía en pie y aún fusilaba, pero era ya un fósil en hilachas, y, sobre todo en el campo de la cultura, incapaz de mantener los controles de antaño. Se abrían rendijas y resquicios que la censura no alcanzaba a parchar y por ellas la sociedad española absorbía nuevas ideas, libros, corrientes de pensamiento y valores y formas artísticas hasta entonces prohibidos por subversivos. Ninguna ciudad aprovechó tanto y mejor que Barcelona este comienzo de apertura ni vivió una efervescencia semejante en todos los campos de las ideas y la creación. Se convirtió en la capital cultural de España, el lugar donde había que estar para respirar el anticipo de la libertad que se vendría. Y, en cierto modo, fue también la capital cultural de América Latina por la cantidad de pintores, escritores, editores y artistas procedentes de los países latinoamericanos que allí se instalaron, o iban y venían a Barcelona, porque era donde había que estar si uno quería ser un poeta, novelista, pintor o compositor de nuestro tiempo. Para mí, aquellos fueron unos años inolvidables de compañerismo, amistad, conspiraciones y fecundo trabajo intelectual. Igual que antes París, Barcelona fue una Torre de Babel, una ciudad cosmopolita y universal, donde era estimulante vivir y trabajar, y donde, por primera vez desde los tiempos de la guerra civil, escritores españoles y latinoamericanos se mezclaron y fraternizaron, reconociéndose dueños de una misma tradición y aliados en una empresa común y una certeza: que el final de la dictadura era inminente y que en la España democrática la cultura sería la protagonista principal.”

martes, 7 de diciembre de 2010

Primeras etapas de un viaje que no haré

Sudáfrica:: domingo 5: Barcelona – Londres – Johannesburgo (de milagro) :: lunes 6: Johannesburgo :: martes 7: Johannesburgo - Klerksdorp (con Pikkie and Dirkie en De Lieve Woning Guest House) :: miércoles 8: Klerksdorp - Kimberley (y su mina de diamantes) :: jueves 9: Kimberley - Valley of Desolation (Karoo) - Graaff-Reinet (con histórico Drostdy Hotel incluido) :: viernes 10: Graaff-Reinet - SwartBerg Pass (mucho más desolado aún) – Oudtshoorn (y millones de avestruces) :: sábado 11: Oudtshoorn - Cabo de las Agujas (y de los 2 océanos) :: domingo 12: Cabo de las Agujas – Ciudad del Cabo (y de la familia Casanueva) :: lunes 13: Ciudad del Cabo :: martes 14: hacia Namibia ::

jueves, 2 de diciembre de 2010

Abuso teológico

Lamentaciones de un prepucio, Shalom Auslander
“La comida kosher es muy complicada. Los animales que no tienen la pezuña hundida están prohibidos. Los animales que no rumian están prohibidos. Cualquier animal que no sea sacrificado de una manera muy específica está prohibido. Alguien tiene que verificar que el animal ha sido sacrificado de una manera muy específica, y tiene que haber una señal en el paquete que diga: «Este animal ha sido sacrificado de una manera muy específica». Si el paquete no lleva esta señal, está prohibido.”
(...)
“Traif era algo más que una simple palabra que significaba comida prohibida. Traif denotaba alguien o algo desagradable, vil, repugnante, inmoral, retorcido, detestable. Ir al cine era traif, ver la televisión era traif. La ciudad de Nueva York era traif. Woody Allen era traif. Mi amigo Tzvi tenía un hermano mayor que no llevaba el yarmulke y que salía con una chica no judía. El hermano de Tziv era muy traif. Pero nada, nada, era más traif que tomar comida traif.”
(...)
“¿Por qué no podía ser como los demás chicos? Mis amigos eran todos kosher. Mi escuela era kosher. Mi hermana y mi hermano eran kosher. Íbamos a restaurantes kosher. Comprábamos en tiendas kosher. Nuestra pasta de dientes
era kosher. Nuestro jabón de manos era kosher. Nuestro detergente lavavajillas era kosher. Teníamos fregaderos separados, uno para la carne y otro para la leche. Teníamos platos separados para la carne y para la leche, ollas separadas para la carne y para la leche, utensilios separados para la carne y para la leche. Si un utensilio para la leche llegaba a rozar un utensilio para la carne, mi madre pegaba un grito y corría hacia la sala de estar donde los enterraba a los dos en la planta que había junto a la ventana. Sólo los extremos del mango sobresalían de la tierra, y allí permanecían, con esos mangos asomados avergonzados, hasta que unos días después, cuando no se sabe muy bien cómo volvían a ser kosher.”
Shalom Auslander. Lamentaciones de un prepucio
Traducción de Damià Alou. Blackie Books 2010
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