viernes, 3 de enero de 2020

Querido Waldo, correspondencia entre Emerson y Thoreau


QUERIDO WALDO
CORRESPONDENCIA ENTRE RALPH WALDO
EMERSON Y HENRY DAVID THOREAU y
ELOGIO DE THOREAU POR EMERSON
Prólogo de José Ignacio Foronda
Trad. y notas de Alberto Chessa
Ed. Relee, 2018 - Col. Hojas en la Hierba - 180 págs. - Bibl. de la Región de Murcia
[aprendiendo a amar la maleza (vegetal)]

«El señor Thoreau consagró su genio con tanto amor a los campos, montes y corrientes de su pueblo natal que los hizo famosos e interesantes para todos los lectores americanos y para muchas otras personas allende el mar. Conocía el río a cuyas orillas nació y murió desde sus fuentes hasta su confluencia con el Merrimack. LLevó a cabo observaciones durante muchos años en verano y en invierno, a todas horas del día y de la noche [...] Todo cuanto sucede en el lecho, en las orillas y en la atmósfera sobre el río; los peces, su desove y sus nidos, sus costumbres, su alimentación; los insectos alados que una vez al año invaden el aire al atardecer y son devorados por los peces con tamaña avidez que muchos de ellos mueren de indigestión, [...] los pájaros que frecuentan el río: la garza, el pato, el porrón, el colimbo, el águila pescadora; la culebra, la rata almizclera, la nutria, la marmota y el zorro en las orillas; la tortuga, la rana de suelo y la arborícola y el grillo que llenan de voces las riberas; todos eran sus conocidos y, como quien dice, sus paisanos y semejantes [...] Le gustaba hablar de las costumbres del río como si fuese un ser vivo, pero con exactitud y basándose siempre en hechos comprobados. Como conocía el río, conocía las lagunas de esta región.
    Una de las armas que esgrimía, más importante para él que el microscopio [...], a saber: la tendencia a exaltar a su pueblo y su región como el centro más privilegiado para la observación de la naturaleza. Defendía que la flora de Massachusetts abarcaba casi todas las especies más importantes de América: la mayoría de los robles, la mayoría de los sauces, los mejores pinos, el fresno, el arce, el haya, el nogal [...] Encontró nieve roja en una de sus caminatas, y me dijo que no descartaba hallar la Victoria regia en Concord. Era el abogado de las plantas autóctonas y reconocía que prefería antes la maleza que una planta importada, lo mismo que a un indio antes que al hombre civilizado, y notó, con gusto, que las varas de sauce en la casa vecina habían crecido más que las suyas. "Miren esta maleza —decía—, que ha pasado por la guadaña de un millón de granjeros a lo largo de la primavera y durante todo el verano Emerson y Thoreau y, no obstante, persiste y ahora brota triunfante en todas las veredas, pastos, terrenos de labranza y jardines, tal es su vigor. La hemos injuriado con nombres humillantes como Hierba de cerdo, Madera de gusano, Oreja de ratón, Flor de sábalo". y añadía: "También tiene nombres bien sonoros: Ambrosía, Estelaria, Amelanquia, Amaranto, etcétera".» (págs. 144-145)
«Ralph Waldo Emerson, el intelectual más destacado de la historia de EEUU, fue a vivir a Concord (Massachusetts) en 1834. Allí conoció a un joven, catorce años menor que él, de carácter peculiar, Henry David Thoreau. Cuando este se licenció en Harvard y volvió a su Concord natal nació una amistad que duró hasta el fallecimiento de Thoreau en 1862. La correspondencia entre ambos, nos aporta algunas claves de estos dos grandes autores y nos acerca a su escritura más íntima, alejada de sus textos más conocidos. Completan esta edición de la correspondencia, inédita en español, dos escritos que Emerson publicó a la muerte de Thoreau: un breve obituario y un extenso elogio.»

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