miércoles, 11 de noviembre de 2020

Un verdor terrible, de Benjamín Labatut


Benjamín Labatut (Rotterdam, 1980)
UN VERDOR TERRIBLE
Anagrama, 2020 - 224 págs. - inicio - fragmento

- El camino hacia lo desconocido, JGM, ABC Cultural
- La novela del electrón, EAD, Babelia
[extraordinary nonfiction novel (John Banville & I)]

«Cuando Bohr volvió de vacaciones, Heisenberg le dijo que había un límite absoluto sobre lo que podíamos saber de este mundo. [...] Al combinar sus ideas con las de Schrödinger, había entendido que los objetos cuánticos no tenían una identidad definida, sino que habitaban un espacio de posibilidades. Un electrón, explicó Heisenberg, no existía en un solo lugar, sino en muchos; no tenía una velocidad, sino múltiples. La función de onda mostraba todas esas posibilidades superpuestas. Heisenberg había olvidado toda la maldita discusión entre ondas y partículas, y se había centrado una vez más en los números para encontrar el camino. Analizando las matemáticas de Schrödinger y las suyas, había descubierto que ciertas propiedades de un objeto cuántico —como su posición y su cantidad de movimiento— existían de forma pareada, y obedecían a una extrañísima relación. Cuanto más precisa era la identidad que adoptaba en una de ellas, más incierta se volvía la otra. Si un electrón, por ejemplo, se ubicaba en una sola posición, con absoluta seguridad, quedando fijo en su órbita como un insecto atravesado por un alfiler, su velocidad se volvía completamente indefinida: podía estar inmóvil o desplazandose a la velocidad de la luz sin que hubiera cómo saberlo. ¡Y lo mismo era cierto al revés! Si un electrón tenía una cantidad de movimiento exacta, su posición se volvía tan indeterminada que podía estar en la palma de tu mano o al otro lado del universo. Esas dos variables eran matemáticamente complementarias: fijar una disolvía la otra. [...] Bohr le preguntó si esas relaciones pareadas afectaban solo a esas dos variables, y Heisenberg, aún jadeando, le dijo que no: regían múltiples aspectos de lo cuántico, como el tiempo en que un electrón estaba en un estado y la energía Benjamín Labatut que poseía en ese estado. Bohr quiso saber si esas relaciones ocurrían en la materia a toda escala o solo a nivel subatómico: Heisenberg le aseguró que eran tan ciertas para un electrón como para ellos dos, aunque el efecto en los objetos macroscópicos era imperceptible, mientras que para una partícula era gigantesco.» (págs. 179-181)

Presentación de Un verdor terrible en La Central. 16/12/2020.

Del AZUL DE PRUSIA al PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE
Johann Conrad Dippel (1673-1734)
Carl Wilhelm Scheele (1742-1786)
Fritz Haber (1868-1934)
Karl Schwarzschild (1873-1916)
Albert Einstein (1879-1955)
Niels Bohr (1885-1962)
Erwin Schrödinger (1887-1961)
Príncipe Louis de Broglie (1892-1987)
Werner Heisenberg (1901-1976)
Alexander Grothendieck (1928-2014)

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