martes, 31 de diciembre de 2013
lunes, 30 de diciembre de 2013
Libros de 2013
- La benévola, de Laird Hunt
- A salto de mata, de Paul Auster
- Amor y obstáculos, de Aleksandar Hemon
- El proyecto Lázaro, de Aleksandar Hemon
- Invictus, de W. E. Henley
- extraño Informe del interior, de Paul Auster
- El perfeccionista en la cocina, de Julian Barnes
- Japón en 1923, de Blasco Ibáñez
- La caída, de Albert Camus
- Una del montón, de Wislawa Szymborska
- Los años de peregrinación del chico sin color, de Haruki Murakami
- Winesburg, Ohio, de Sherwood Anderson
- Fuera de aquí, de Enrique Vila-Matas
- Siempre supe que volvería a verte, Aurora Lee, de Eduardo Lago
- ¡El autor, el autor!, de David Lodge
- Llibre d'absències, de Antoni Marí
- Sueños de Bunker Hill, de John Fante
- Cançons d’amor i de pluja, de Sergi Pàmies
- El octavo día, de Thornton Wilder
- El festí de Babette, de Isak Dinesen
- La infancia de Jesús, de J.M. Coetzee
- Algún día escribiré sobre África, de Binyavanga Wainaina
- La Casa de los Encuentros, de Martin Amis
- Punto Omega, de Don DeLillo
- Quemar los días, de James Salter
- El juego serio, de Hjalmar Söderberg
- La mujer que vivió un año en la cama, de Sue Townsend
- La piedra de moler, de Margaret Drabble
- Los escritores de antes, Vila-Matas versus Bolaño
- La voluntad, de J. M. Ruiz, Azorín
- La trama nupcial, de Jeffrey Eugenides
- Mortal y rosa, de Francisco Umbral
- Cartas a mi hija, de F. Scott Fitzgerald
- Vida de un escritor, de Gay Talese
- Pluma, cuchillo y tenedor, de Pura Azorín
- Verde agua, de Marisa Madieri
- Autobiografía literaria, de Félix de Azúa
- Dimonis íntims, de Xavier Rubert de Ventós
- La hora violeta, de Sergio del Molino
- El crisantemo y la espada, de Ruth Benedict
- Ciudad abierta, de Teju Cole
- Ni de Eva ni de Adán, de Amélie Nothomb
- Naomi (El amor de un tonto), de Junichiro Tanizaki
- Lo bello y lo triste, de Yasunari Kawabata
- Una vuelta por mi cárcel, de Marguerite Yourcenar
- Algunas (buenas) primeras lecturas
- La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero
- El mapa y el territorio, de Michel Houellebecq
- Personas como yo, de John Irving
- La hija del Este, de Clara Usón
- Entonces, de Isabel Núñez
- Después del terremoto, de Haruki Murakami
- Extraña forma de vida, de Enrique Vila-Matas
- Confesiones de una editora poco mentirosa, de Esther Tusquets
- Los que sueñan el sueño dorado, de Joan Didion
- Memorias líquidas (y telegráficas), de Enric González
- Limónov , de Emmanuel Carrère
- No soy Sidney Poitier, de Percival Everett
- Leyenda de Buda, de Juan Arnau
- Tres noches (Tony and Susan), de Austin Wright
- Quiero todo esto, de José Agustín Goytisolo
- La segunda mujer, de Luisa Castro
- El pan (y la escritura) a secas, de Mohammed Chukri
- Experiència (i pensaments col·laterals), de Martin Amis
- Siempre hemos vivido en el castillo, de Shirley Jackson
- No saldré vivo de este mundo, de Steve Earle
jueves, 26 de diciembre de 2013
El Roto: en resumen
Estamos desmodernizando España. Disculpen las molestias. [El Roto en El País, 13/11/2013] |
Cuando despertó del sueño americano, se encontró en medio de la plaza de Tiananmen. [El Roto en El País, 30/11/2013] | |
El nacionalismo se queda corto, hay que ser más exigentes y avanzar hacia el provin- cialismo. [El Roto en El País, 3/11/2013] |
Cuando habla la identidad enmudece el entendimiento. [El Roto en El País, 13/12/2013] |
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Año 50 después de Amazon: vendedor clandestino de libros en papel. [El Roto en El País, 29/11/2013] |
Olvidaron los nombres de las cosas y las llamaban por sus números en los catálogos de venta. (Apocalipsis) [El Roto, 17/12/2013] |
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Le va a operar un operador de bolsa. [El Roto en El País, 23/10/2013] |
Sospechar de mí os convierte en sospechosos. [El Roto en El País, 29/10/2013] |
lunes, 23 de diciembre de 2013
Laird Hunt: La benévola
«Una vez en mis primerísimos días un niño se perdió y cayó en un estanque, y cuando lo encontraron, no era más que una chaqueta azul y unos pantalones rojos flotando bajo un palmo de hielo boca abajo. Mi padre salió con su hacha para ayudar a sacarlo. Todos los hombres, provistos de hachas, formaron una especie de reloj en el hielo y por turnos descargaron golpes de hacha. Las hachas descargaban un golpe tras otro en torno al reloj, y los trozos de hielo saltaban hacia los lados y volaban por el aire, reflejando el sol que iluminaba el cráter que estaban creando. Yo tenía cinco años. El niño había sido mi compañero de juegos. Parecía que estuvieran sacándolo del ojo de una joya. Cuando ya lo tenían fuera y lo envolvían en la orilla, me acerqué a la joya que crujía en torno al agua negra y me arrojé dentro. Fue mi padre quien me sacó. Después de llevarme a casa y secarme y abrazarme, me dio una azotaina hasta que vi las mismas estrellas que había visto alrededor de esa joya en el estanque, y luego me azotó un poco más porque cuando me preguntó si ya había tenido suficiente, sonreí.» (p. 128) |
LAIRD HUNT LA BENÉVOLA (Kind One, 2012) Trad. Isabel Ferrer y Carlos Milla Blackie Books, 2013 188 pp., 18 € |
jueves, 19 de diciembre de 2013
Paul Auster: A salto de mata
«Los dos años siguientes fueron una época de intensa actividad. Entre marzo de 1975, cuando dejé de trabajar en Ex Libris, y junio de 1977, cuando nació mi hijo, saqué a la luz otros dos libros de poemas, escribí varias obras en un acto, publiqué quince o veinte artículos de crítica y traduje media docena de libros con mi mujer, Lydia Davis. Las traducciones eran nuestra principal fuente de ingresos, y trabajábamos juntos, en equipo, a tantos dólares por mil palabras y aceptando todos los trabajos que nos ofrecían. Salvo una obra de Sartre (Situaciones 10, una recopilación de ensayos y entrevistas), los libros que nos pasaban los editores eran aburridos, obras triviales cuya calidad oscilaba entre lo regular y lo francamente malo. Los honorarios también dejaban que desear, y aun cuando nuestras tarifas iban aumentando de un libro a otro, si lo calculamos con arreglo a hora trabajada, apenas salíamos a unos céntimos por encima o por debajo del salario mínimo. La clave consistía en trabajar rápido, dar vueltas a la manivela de las traducciones lo más deprisa que podíamos sin parar nunca a tomarnos un respiro. Seguro que hay maneras más alentadoras de ganarse la vida, pero Lydia y yo nos dedicábamos a la tarea con mucha disciplina. Cuando una editorial nos entregaba un libro, lo dividíamos en dos (partiendo literalmente el libro por la mitad si sólo disponíamos de un ejemplar), y nos fijábamos un cupo diario. Nada podía desviarnos de esa cantidad. Había que hacer tantas páginas diarias, todos los días, y estuviéramos o no de humor, nos poníamos a hacerlas y las hacíamos. Hacer hamburguesas habría sido igual de lucrativo, pero al menos éramos libres, o creíamos serlo, y nunca lamenté haber dejado el empleo. Para bien o para mal, así era como había decidido vivir. Entre ganarme la vida traduciendo y escribir para mí, en aquellos años raro fue el momento en que no estaba sentado a la mesa, poniendo palabras en una hoja de papel.» (pp. 134-135) |
A SALTO DE MATA Crónica de un fracaso precoz (Hand to mouth A Chronicle of Early Failure) PAUL AUSTER (1997) Trad. Benito Gómez Ibáñez Booket, 2012 Biblioteca Paul Auster En casa de Paul Auster (B. Celis / RolligStone) (más vale tarde que nunca) | |
Otros selfies de Auster:
- Aquí y ahora (cartas a y de Coetzee, 2012) - Informe del interior (2013) |
lunes, 16 de diciembre de 2013
Aleksandar Hemon: Amor y obstáculos
«Un día mi padre volvió del trabajo con una cámara Súper 8 que le había pedido prestada a uno de sus compañeros de trabajo (Bozo A., que era cinturón negro de karate y al que se le estaba formando un pequeño tumor cerebral: murió antes de que mi padre pudiera devolverle la cámara). La cámara era más pequeña de lo que yo había imaginado, poseía una suerte de seriedad tecnológica que sugería que sólo se podían grabar cosas importantes. Mi padre anunció su deseo de hacer una película que no mintiera. Cuando mi madre le preguntó de qué iría la película, él tachó la pregunta de inmadura. "De la verdad -dijo-. Naturalmente". No obstante, mi padre escribió el guión de su película en una semana, al final de la cual declaró que sería la historia de su vida. Yo iba a interpretarle a él de joven, y mi hermana interpretaría a su hermana (no dijo a cuál: tenía cinco), y mi madre sería su ayudante. Mi madre de inmediato dimitió de su cargo de ayudante de dirección, pues quería pasar las vacaciones leyendo, pero el rodaje se programó para mediados de junio de 1986, cuando teníamos que ir al campo a visitar a mis abuelos; como suele decirse: rodaríamos en escenarios naturales. Mi padre se negó a enseñarnos el guión, ajeno al hecho de que los actores normalmente leen los guiones: quería que la vida misma fuera nuestra inspiración, pues, nos recordó, esa película iba a ser real. No obstante, durante nuestra habitual inspección de su escritorio (mi hermana y yo solíamos revisar los documentos y objetos personales de nuestros padres a fin de estar al tanto de su evolución), encontramos el guión. Soy capaz de reproducirlo con bastante exactitud, pues mi hermana y yo nos lo leímos el uno al otro unas cuantas veces, con una mezcla de sobrecogimiento e hilaridad. Aquí está:
AMOR Y OBSTÁCULOS
(Love and obstacles, 2009) ALEKSANDAR HEMON Traducción: Damià Alou Colección Nefelibata Duomo Ediciones, 2011 240 pp., 18 € |
Mi vida
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jueves, 12 de diciembre de 2013
Aleksandar Hemon: El proyecto Lázaro
«Nos llevó algún tiempo dar con una salida. El pelo de Rora, empapado de sudor, se le había pegado al cráneo y al cuello, y un óvalo gris de transpiración iba creciendo en su espalda. Cuanto más nos acercábamos a la salida, más grande se hacía. Y otra vez pensé "ése soy yo". Este pensamiento rebotaba en mi mente como un delirio, sin que acabara de asirla, sin que pudiera desentrañar su significado. Iuliana nos seguía, y oía su suave jadeo. Ella era yo, Rora era yo, y entonces nos topamos con el hombre del banco, profundamente dormido, la boca lo bastante abierta para que alcanzáramos a ver un cementerio de dientes, la mano metida en la cinturilla del pantalón; y él también era yo. El único que no era yo era yo mismo.
[...] -Dime, Iuliana -empecé, imaginando su mano en mi mano-. Dime, ¿de qué va este mundo, de la vida o la muerte Rora me miró con una sonrisa cómplice, como si supiera algo, aunque ignoro qué era lo que sabía. -Es una pregunta muy extraña -contestó-. ¿Qué quieres decir? -Pregunto sí este mundo está hecho para los vivos o para los muertos. ¿Crees que hay más muertos que vivos? -¿Por qué piensas en eso? Miró a Rora, que meneó la cabeza. Me di cuenta de que se preocupaban por mí; se solidarizaban el uno con el otro en la inquietud por mí cordura. En mi país, la muerte forma parte de la bandera nacional. -Si hay más muertos que vivos, el mundo va de la muerte, y la gran pregunta es: ¿qué vamos a hacer con todos los muertos? ¿Quién va a recordar a todos los muertos? Iuliana meditaba sobre ello, al tiempo que se rascaba la raya del pelo. Se moriría algún día, al igual que Rora, al igual que yo. Ellos eran yo. Vivíamos la misma vida, y nos desvaneceríamos en la misma muerte. Éramos como todos los demás porque nadie era como nosotros. -Yo creo que va de la vida. Creo que siempre hay más vida que muerte -dijo Iuliana-. Quienes un día vivieron siempre permanecerán vivos para alguien. Quienes están vivos recuerdan la vida, no la muerte. Y cuando estás muerto no pasa nada. La muerte es la nada.» (pp. 290-291) |
EL PROYECTO LÁZARO (The Lazarus Project, 2008) ALEKSANDAR HEMON Traducción: Rita Da Costa Duomo Ediciones, 2009 Colección Nefelibata (*) 368 pp., 18 € Dosier de prensa (*) nefelibata: persona soñadora, que anda por las nubes. |
domingo, 8 de diciembre de 2013
Dancing Asimbonanga with Mandela
[Johnny Clegg's 1999 performance of Asimbonanga (we have not seen him),
a song he wrote in 1986 about Mandela — when Mandela was still in prison]
viernes, 6 de diciembre de 2013
Nelson Rolihlahla Mandela (1918-2013)
Discurso de Nelson Mandela ante el Tribunal Supremo de Pretoria que le condenó a cadena perpetua en 1964.
jueves, 5 de diciembre de 2013
W. E. Henley: Invictus
Out of the night that covers me, Black as the Pit from pole to pole, I thank whatever gods may be For my unconquerable soul. In the fell clutch of circumstance I have not winced nor cried aloud. Under the bludgeonings of chance My head is bloody, but unbowed. Beyond this place of wrath and tears Looms but the Horror of the shade, And yet the menace of the years Finds and shall find me unafraid. It matters not how strait the gate, How charged with punishments the scroll I am the master of my fate: I am the captain of my soul. |
Más allá de la noche que me envuelve, Negra como el abismo insondable Agradezco a los dioses quienes quiera que sean, Por mi alma inquebrantable. En las garras de la circunstancia No me he estremecido ni he llorado. Bajo los golpes del destino Mi cabeza sangra, pero erguida. Más allá de este lugar de ira y lágrimas Yace el horror de la sombra, Y sin embargo la amenaza de los años Me encuentra, y me encontrará sin miedo. No importa cuán estrecha sea la puerta, Cuan cargada de castigos la sentencia, Soy el amo de mi destino, Soy el capitán de mi alma. |
William Ernest Henley (1849–1903) |
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