«Nos llevó algún tiempo dar con una salida. El pelo de Rora, empapado de sudor, se le había pegado al cráneo y al cuello, y un óvalo gris de transpiración iba creciendo en su espalda. Cuanto más nos acercábamos a la salida, más grande se hacía. Y otra vez pensé "ése soy yo". Este pensamiento rebotaba en mi mente como un delirio, sin que acabara de asirla, sin que pudiera desentrañar su significado. Iuliana nos seguía, y oía su suave jadeo. Ella era yo, Rora era yo, y entonces nos topamos con el hombre del banco, profundamente dormido, la boca lo bastante abierta para que alcanzáramos a ver un cementerio de dientes, la mano metida en la cinturilla del pantalón; y él también era yo. El único que no era yo era yo mismo.
[...] -Dime, Iuliana -empecé, imaginando su mano en mi mano-. Dime, ¿de qué va este mundo, de la vida o la muerte Rora me miró con una sonrisa cómplice, como si supiera algo, aunque ignoro qué era lo que sabía. -Es una pregunta muy extraña -contestó-. ¿Qué quieres decir? -Pregunto sí este mundo está hecho para los vivos o para los muertos. ¿Crees que hay más muertos que vivos? -¿Por qué piensas en eso? Miró a Rora, que meneó la cabeza. Me di cuenta de que se preocupaban por mí; se solidarizaban el uno con el otro en la inquietud por mí cordura. En mi país, la muerte forma parte de la bandera nacional. -Si hay más muertos que vivos, el mundo va de la muerte, y la gran pregunta es: ¿qué vamos a hacer con todos los muertos? ¿Quién va a recordar a todos los muertos? Iuliana meditaba sobre ello, al tiempo que se rascaba la raya del pelo. Se moriría algún día, al igual que Rora, al igual que yo. Ellos eran yo. Vivíamos la misma vida, y nos desvaneceríamos en la misma muerte. Éramos como todos los demás porque nadie era como nosotros. -Yo creo que va de la vida. Creo que siempre hay más vida que muerte -dijo Iuliana-. Quienes un día vivieron siempre permanecerán vivos para alguien. Quienes están vivos recuerdan la vida, no la muerte. Y cuando estás muerto no pasa nada. La muerte es la nada.» (pp. 290-291) |
EL PROYECTO LÁZARO (The Lazarus Project, 2008) ALEKSANDAR HEMON Traducción: Rita Da Costa Duomo Ediciones, 2009 Colección Nefelibata (*) 368 pp., 18 € Dosier de prensa (*) nefelibata: persona soñadora, que anda por las nubes. |
jueves, 12 de diciembre de 2013
Aleksandar Hemon: El proyecto Lázaro
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