sábado, 21 de septiembre de 2019

Desierto sonoro, de Valeria Luiselli


Valeria Luiselli (Ciudad de México, 1983)
DESIERTO SONORO
[Lost Children Archives, 2019]
Trad. Daniel Saldaña París y Valeria Luiselli
Sexto Piso, 2019 - 464 págs.

- Derroche de inteligencia, C. Pardo (Babelia)
- Habitar entre dos mundos (The New York Times)
- Ahora me rindo y eso es todo, de Álvaro Enrigue
[fascinante]

CONCIENCIA Y ELECTRICIDAD
«Me quedo en el porche de la cabaña leyendo los diarios de Sontag. Mis brazos y mis piernas, un manjar para los mosquitos [...]
Yo no llevo diario. Mis diarios son las cosas que subrayo en los libros. Nunca le prestaría un libro a nadie después de haberlo leído. Subrayo demasiado, a veces páginas enteras, a veces con doble subrayado. Una vez, mi esposo y yo leímos juntos este mismo ejemplar de los diarios de Sontag. Acabábamos de conocernos. Los dos subrayamos pasajes enteros del libro, con entusiasmo, casi frenéticamente. Leíamos en voz alta, turnándonos, abriendo las páginas como si consultáramos un oráculo —nuestras piernas desnudas entrelazadas en una cama individual—. Supongo que las palabras, en el orden correcto y el momento oportuno, producen una luminiscencia. Cuando lees palabras como ésas en un libro, palabras hermosas, te embarga una emoción intensa, aunque fugaz. Sabes que, muy pronto, el concepto que recién aprehendiste y el rapto que produjo se van a esfumar. Surge entonces una necesidad de poseer esa extraña y efímera luminiscencia, de aferrarse a esa emoción. Así que relees, subrayas, y quizás incluso memorizas y transcribes las palabras en algún sitio —un cuaderno, una servilleta, en tu mano— [...]
    Pero sí recuerdo, en cambio, que cuando leí a Sontag por primera vez, como cuando leí por primera vez a Hannah Arendt, a Emily Dickinson o a Pascal, experimentaba cada tanto uno de esos éxtasis repentinos, sutiles y tal vez microquímicos —pequeñas luces centelleando en lo más hondo del tejido cerebral— que ocurren cuando encontramos finalmente las palabras para expresar un sentimiento muy simple que, sin embargo, había permanecido innombrable hasta ese momento. Cuando las palabras de alguien más entran en la conciencia de ese modo, se convierten en pequeñas marcas de luz conceptuales. No es que sean necesariamente iluminadoras [...] A veces una luz, por chica y tenue que sea, puede evidenciar la oscuridad, ese espacio desconocido que rodea, y la ignorancia sin bordes que envuelve todo aquello que creemos saber. Y esa admisión y aceptación de la oscuridad es más valiosa que todo el conocimiento factual que podamos llegar a acumular.» (págs. 78-80)

Valeria Luiselli y Enrique Vila-Matas conversan en el Espacio Fundación Telefónica
de la mano de la periodista Inés Martín Rodrigo.

1 comentario:

Más Valeria dijo...

"La migración no es un problema, es una realidad", Valeria Luiselli habla con Ima Sanchis en La Vanguardia, 24/09/2019.

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