miércoles, 21 de febrero de 2007

Miércoles narcisista

Los miércoles son un buen día. Desayuno, como siempre, en un bar leyendo el periódico. Han sido muchos los años de desayunar fuera de casa camino de la oficina, y esa costumbre se ha convertido en un pequeño gran placer. Después, al gimnasio: primero Taichí y a continuación Aquagym. Son las primeras experiencias en estas materias y mi patosidad es evidente, pero todo se andará. De momento estoy tan alucinada con la majestuosidad del Taichí como con su dificultad. Pero la armonía de sus movimientos me tiene cautivada.

De vuelta a casa, si es necesario, entro en el supermercado, en la panadería, en la tienda de fruta de los chinos, etc. Llego con ganas de abrir el correo y contestar a todos, pero antes es necesario realizar algunas tareas domésticas. Hoy, mientras tendía la ropa al sol de la terraza, pensaba en qué podía comentar hoy, aquí. Y aun teniendo muy presente una historieta que leí recientemente en El Jueves (la revista que sale los miércoles, por cierto) sobre el narcisismo que implica todo blog (*), he decidido contar qué son los miércoles para mí. Concretamente este miércoles.

Y aquí estamos. Hasta aquí, todo lo relatado ha sucedido. Ahora viene lo que creo que sucederá a continuación. He quedado a comer con dos amigas, anteriores compañeras de trabajo. Por lo tanto, dentro de un rato, me pondré la chaqueta y los auriculares de la radio portátil, y atravesaré BCN, cuesta abajo, camino del Barrio Gótico. Seguramente me acompañará Minoria Absoluta con Toni Soler & cía., pero durante los ratos de publicidad iré cambiando de emisora. O escuchando música. Me encanta caminar por esta ciudad, sin excesiva prisa, escuchando algo interesante en la radio. Es otro pequeño gran placer.

Comeremos, charlaremos. Compartiremos un rato de tranquilidad. Comentaremos algunas situaciones, principalmente profesionales, que nos rodean y nos sorprenden cada día. Y no precisamente de forma positiva. Pero la vida sigue, y creo que también hablaremos de libros y de viajes, ¿no? Después de comer ellas tendrán que volver a trabajar. Y yo tendré que decidir qué hago. Por ejemplo, ir al cine, pues me encanta la primera sesión, cuando el cine está casi vacío y la película es sólo para ti. Quizás vuelva a ver Babel, pero ahora en versión original, pues la versión doblada que vi me pareció una porquería. Con todos los respetos a los excelentes actores de doblaje, ya que el fallo fue mío: por complacer a mi acompañante, tuve que oír a unos pobres niños árabes, perdidos en las montañas del Atlas, hablando entre sí y con sus familiares el castellano más perfecto que existe. Algo bastante inverosímil y que (a mí me) creaba una distancia insalvable con la historia narrada.

Bueno, esto en realidad solo ha sido medio miércoles, pero creo que por hoy ya está bien. Dejémoslo aquí. El resto pertenece al futuro, y el futuro, por suerte, siempre es incierto.
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* Concretamente La leyenda de Narciso de Santi Orue, en el número 1.545 del mes pasado.

2 comentarios:

elena dijo...

Hay quien me ha preguntado cómo se pueden hacer comentarios pues no encuentran la opción por ninguna parte. Realmente no es evidente para quien no lo ha hecho nunca: hay que pinchar sobre 0 comentarios que aparece al final de cada entrada.

Anónimo dijo...

Només comentar-te que ja he trobat l'adréça del blog.

Si vas a veure la pel·lícula "La vida de los otros" espero que facis la teva crítica aquí. També si tens algun bon llibre per recomanar.

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