“Te han visto en Lisboa y el reloj de tu vida avanza marchando hacia atrás. De alguna manera, has comenzado tu regreso a Barcelona. Qué lástima. Te habría gustado volver con los pulmones quemados por el aire marino y bronceado por los climas perdidos, volver a tu ciudad después de haber nadado mucho, después de haber segado la alta hierba y haber cazado leones y, sobre todo, después de haber fumado como nadie fumó nunca y haber bebido licores fuertes como metales en ebullición, y te habría gustado mucho también haber regresado con miembros de hierro, piel oscura y ojo furioso. Rimbaud del siglo XXI, te habría gustado volver y que, por tu máscara, todos pensaran que eras de una raza fuerte y que volverías con mucho oro, con oro y oro y convertido en un ser ocioso y brutal, al que las mujeres cuidarían con entusiasmo, porque a las mujeres les gusta cuidar a esos feroces lisiados de vuelta de los países cálidos. Pero la realidad es otra y dice que no volverás con miembros de hierro ni piel oscura ni ojo furioso, volverás con traje oscuro y tarjeta de crédito.”
Enrique Vila-Matas
El mal de Montano
Enrique Vila-Matas
El mal de Montano
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