domingo, 28 de febrero de 2010
lunes, 22 de febrero de 2010
Losing my religion
Oh, life is bigger It's bigger than you And you are not me The lengths that I will go to The distance in your eyes Oh no, I've said too much I set it up That's me in the corner That's me in the spotlight, I'm Losing my religion Trying to keep up with you And I don't know if I can do it Oh no, I've said too much I haven't said enough I thought that I heard you laughing I thought that I heard you sing I think I thought I saw you try Every whisper Of every waking hour I'm Choosing my confessions Trying to keep an eye on you Like a hurt lost and blinded fool, fool Oh no, I've said too much I set it up Consider this Consider this The hint of the century Consider this The slip that brought me To my knees failed What if all these fantasies Come flailing around Now I've said too much I thought that I heard you laughing I thought that I heard you sing I think I thought I saw you try But that was just a dream That was just a dream That's me in the corner That's me in the spotlight, I'm Losing my religion Trying to keep up with you And I don't know if I can do it Oh no, I've said too much I haven't said enough I thought that I heard you laughing I thought that I heard you sing I think I thought I saw you try But that was just a dream Try, cry, why try? That was just a dream Just a dream, just a dream Dream | La vida es grande Es más grande que tú Y tú no eres yo Las distancias que recorreré Son la distancia en tus ojos Oh no, he dicho demasiado Lo reconozco Ese soy yo contra las cuerdas Ese soy yo en el punto de mira Perdiendo mi religión Intentando seguir contigo Y no sé si podré lograrlo Oh no, he dicho demasiado Y no he dicho lo suficiente Creí oírte reír Creí oírte cantar Creo que me pareció verte intentándolo Cada murmullo De cada hora en vela Escogiendo mis confesiones Intentando no perderte de vista Como un tonto herido, perdido y ciego Oh no, he dicho demasiado Lo reconozco Considera esto Considera esto El consejo del siglo Considera esto El descuido que me hizo Arrodillar fracasado Y si todas estas fantasías Comienzan a tambalearse? Ahora he dicho demasiado Creí oírte reír Creí oírte cantar Creo que me pareció verte intentándolo Pero fue sólo un sueño. Sólo fue un sueño. Ese soy yo contra las cuerdas Ese soy yo en el punto de mira Perdiendo mi religión Intentando seguir contigo Y no sé si podré lograrlo Oh no, he dicho demasiado Y no he dicho lo suficiente Creí oírte reír Creí oírte cantar Creo que me pareció verte intentándolo Pero sólo fue un sueño Intenta, llora, vuela Sólo fue un sueño Sólo un sueño, un sueño Soñar |
Michael Stipe & R.E.M.
jueves, 18 de febrero de 2010
La calidad literaria de The Wire
Justo cuando acabo de ver la cuarta temporada de The Wire (según Boyero “el retrato más lúcido y pavoroso de los mecanismos del narcotráfico”), y estoy deseando conseguir la quinta y última, encuentro estas dos referencias en la prensa:
Enric González habla con Dennis Lehane, Babelia, 13/2/2010:
“¿Se ha fijado en que ninguna serie de televisión aguanta bien más allá de cinco temporadas? The Wire llegó a la quinta, y llegó bien, pero la quinta fue peor que la cuarta. Se alcanza un punto en el que hay que forzar demasiado a los personajes. ¿Podíamos los guionistas de The Wire inventar nuevas formas de putear al pobre McNulty?”
Enric González habla con Dennis Lehane, Babelia, 13/2/2010:
“¿Se ha fijado en que ninguna serie de televisión aguanta bien más allá de cinco temporadas? The Wire llegó a la quinta, y llegó bien, pero la quinta fue peor que la cuarta. Se alcanza un punto en el que hay que forzar demasiado a los personajes. ¿Podíamos los guionistas de The Wire inventar nuevas formas de putear al pobre McNulty?”
[The Wire = Pure Genius, según fakechozostatue]
David Trueba, "Literatura", El País, 18/2/2010:
“En los últimos días han presentado novela en España dos autores norteamericanos: Dennis Lehane y Richard Price. A la hora de popularizar su obra las adaptaciones al cine han jugado un papel fundamental. El primero es el autor de las novelas en que se basan Mystic river, la película de Clint Eastwood, o la última de Scorsese (Shutter island), que se estrena mañana. El segundo ha sido adaptado por el mismo Scorsese o Spike Lee. Pero ambos en los últimos tiempos son reconocidos por haber participado en los guiones de la serie de HBO, emitida aquí por TNT, The Wire. El creador del monumento televisivo fue el periodista David Simon, un tipo que logró hacer creíble la peripecia de traficantes de drogas, políticos y policías en la ciudad de Baltimore. The wire, aunque no fue un éxito de audiencia en casi ningún país, significa una cumbre entre las series de ficción televisivas. Sus 60 episodios en cinco temporadas se guardan y se consumen como un tesoro que para muchos alcanza la calidad de un Balzac, con la narración certera y poderosa del mundo actual.
En el consumo audiovisual casi frenético, con opciones para disfrutar de casi todo el producto norteamericano, se nos olvida que detrás de la mejor ficción casi siempre emerge la calidad literaria. Algo tan desprestigiado como la palabra escrita es el fundamento de la mejor apuesta visual. Para escribir una serie de altísima calidad, David Simon recurrió a historias reales, investigación periodística y profesionales de la escritura como Price, Lehane o George Pelecanos, acostumbrados a alquilar su teclado al cine o la televisión. Esa letra bien escrita es la que le da a la música de The wire una categoría especial. Por encima de apuestas más consumidas y premiadas, como Perdidos, que acaba de empezar a emitir su última temporada para placer de adictos, y que explota los recursos del entretenimiento, la tensión y la capacidad de sorpresa, aprendidos más entre palomitas que en la experiencia vital. No roza la altura literaria, el poso y la increíble verosimilitud de ejemplos como The wire.”
“En los últimos días han presentado novela en España dos autores norteamericanos: Dennis Lehane y Richard Price. A la hora de popularizar su obra las adaptaciones al cine han jugado un papel fundamental. El primero es el autor de las novelas en que se basan Mystic river, la película de Clint Eastwood, o la última de Scorsese (Shutter island), que se estrena mañana. El segundo ha sido adaptado por el mismo Scorsese o Spike Lee. Pero ambos en los últimos tiempos son reconocidos por haber participado en los guiones de la serie de HBO, emitida aquí por TNT, The Wire. El creador del monumento televisivo fue el periodista David Simon, un tipo que logró hacer creíble la peripecia de traficantes de drogas, políticos y policías en la ciudad de Baltimore. The wire, aunque no fue un éxito de audiencia en casi ningún país, significa una cumbre entre las series de ficción televisivas. Sus 60 episodios en cinco temporadas se guardan y se consumen como un tesoro que para muchos alcanza la calidad de un Balzac, con la narración certera y poderosa del mundo actual.
En el consumo audiovisual casi frenético, con opciones para disfrutar de casi todo el producto norteamericano, se nos olvida que detrás de la mejor ficción casi siempre emerge la calidad literaria. Algo tan desprestigiado como la palabra escrita es el fundamento de la mejor apuesta visual. Para escribir una serie de altísima calidad, David Simon recurrió a historias reales, investigación periodística y profesionales de la escritura como Price, Lehane o George Pelecanos, acostumbrados a alquilar su teclado al cine o la televisión. Esa letra bien escrita es la que le da a la música de The wire una categoría especial. Por encima de apuestas más consumidas y premiadas, como Perdidos, que acaba de empezar a emitir su última temporada para placer de adictos, y que explota los recursos del entretenimiento, la tensión y la capacidad de sorpresa, aprendidos más entre palomitas que en la experiencia vital. No roza la altura literaria, el poso y la increíble verosimilitud de ejemplos como The wire.”
lunes, 15 de febrero de 2010
La culpa es de la Oscilación Ártica
Parece que la responsable de que tengamos el invierno que tenemos, si es cierto lo que leí el otro día en un interesante artículo de Rafael Méndez en El País, es la llamada Oscilación Ártica: un sistema de anticiclones y borrascas que hace que normalmente los vientos árticos se mantengan en su sitio. Pero esta temporada la Oscilación Ártica se ha invertido dando lugar a que por aquí tengamos un frío casi polar, mientras en Groenlandia y Alaska sólo tienen un frío digamos español.
Según Méndez, «el invierno en el hemisferio norte varía normalmente en función de la Oscilación Ártica, que en su fase cálida hace que el aire circule de oeste a este de forma paralela al ecuador. Las bajas presiones en el Ártico y el anticiclón en latitudes intermedias mantienen a raya a los vientos del Ártico, que apenas bajan a Europa o Norteamérica.»
«Sin embargo, a veces la situación se invierte y el hemisferio norte pasa a fase fría: en el Ártico se instala un anticiclón y en el Atlántico una borrasca. En ese caso las trayectorias del aire tienen una forma muy ondulada (...) que facilita la penetración de masas de aire muy frío hacia el sur y de aire cálido hacia zonas más septentrionales», añade Méndez.
Para despejar dudas, otros expertos dicen que "una cosa es la variabilidad natural del clima y otra el calentamiento a largo plazo por la acumulación de gases de efecto invernadero". Y añaden que no se debe atribuir al cambio climático cada ola de calor o de frío que no se ajuste a nuestras expectativas.
Para despejar dudas, otros expertos dicen que "una cosa es la variabilidad natural del clima y otra el calentamiento a largo plazo por la acumulación de gases de efecto invernadero". Y añaden que no se debe atribuir al cambio climático cada ola de calor o de frío que no se ajuste a nuestras expectativas.
domingo, 7 de febrero de 2010
Barcelona, después de la tempestad
[ parece que el buen tiempo vuelve a acordarse de barcelona :: primer domingo del año sin viento o lluvia :: después del que dicen que ha sido el mes de enero más lluvioso desde 1914 :: por fin ha sido posible sacar la bicicleta :: y por un por si acaso :: empezar a entrenarse para la ruta viena-budapest ]
jueves, 4 de febrero de 2010
Así son los exploradores
“Voy pensando que un libro nace de una insatisfacción, nace de un vacío, cuyos perímetros van revelándose en el transcurso y final del trabajo. Seguramente escribirlo es llenar ese vacío. En el libro que terminé ayer, todos los personajes acaban siendo exploradores del abismo o, mejor dicho, del contenido de ese abismo. Investigan en la nada y no cesan hasta dar con uno de sus posibles contenidos, pues sin duda les disgustaría ser confundidos con nihilistas. Todos ellos han elegido, como actitud ante el mundo, asomarse al vacío. Y no hay duda de que conectan con una frase de Kafka: Fuera de aquí, tal es mi meta.
Voy andando por Praga pensando en todo esto, voy con paso veloz, mi cuerpo levemente doblado, la cabeza un poco inclinada, ondeando como si ráfagas de viento me arrastrasen a uno y otro lado de la acera. Llevo las manos cruzadas a la espalda, y mi zancada es larga. Me alcanza una ansiedad indefinida que va acompañada de un abismo mortal y del sereno tedio de los últimos meses, aunque es un vacío muy optimista. Después de todo, no puedo olvidar que voy hacia el Café Kubista.”
[ Café Kubista :: Exploradores del abismo :: Enrique Vila-Matas ]
Voy andando por Praga pensando en todo esto, voy con paso veloz, mi cuerpo levemente doblado, la cabeza un poco inclinada, ondeando como si ráfagas de viento me arrastrasen a uno y otro lado de la acera. Llevo las manos cruzadas a la espalda, y mi zancada es larga. Me alcanza una ansiedad indefinida que va acompañada de un abismo mortal y del sereno tedio de los últimos meses, aunque es un vacío muy optimista. Después de todo, no puedo olvidar que voy hacia el Café Kubista.”
[ Café Kubista :: Exploradores del abismo :: Enrique Vila-Matas ]
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