«En su finisecular Shakespeare. La invención de lo humano, Harold Bloom habló de «la supremacía de Shakespeare» en la literatura universal y de su configuración magistral de personalidades, a través de personajes llamados a convertirse en arquetipos, cuando todavía no se había conceptualizado la noción moderna de identidad humana. «La vida misma se ha convertido en una irrealidad naturalista, en parte, debido a la prevalencia de Shakespeare», escribía Bloom. Acertaba en su juicio: nadie como Shakespeare supo interpretar al hombre y a la mujer de su época (al hombre que, de algún modo, era la suma de todos los hombres anteriores); pero Bloom no puede pretender que Shakespeare también retratara al hombre futuro, porque eso significaría negar la historia. En Julieta y en Olivia hay sin duda (...) Lo humano es un fenómeno dinámico, esquivo, resbaladizo, nómada, de imposible fijación, que nadie puede definir unívocamente, ni siquiera el ente inconcreto a quien llamamos William Shakespeare.
Hamlet, el Quijote, Robinson Crusoe, La comedia humana, Crimen y castigo, La Regenta, La montaña mágica o Austerlitz comparten ese punto de partida: la obra es un campo de investigación, un laboratorio en que el creador disecciona, trata de descubrir qué es y qué puede llegar a ser un ser humano en un momento histórico concreto. Y fracasa en su investigación. Y nos deja en herencia el informe de esa investigación y de ese fracaso. Lo mismo ocurre en The Wire, Los Soprano, A dos metros bajo tierra o Galáctica: Estrella de combate, las grandes telenovelas.» (pp. 57 y 58)
Hamlet, el Quijote, Robinson Crusoe, La comedia humana, Crimen y castigo, La Regenta, La montaña mágica o Austerlitz comparten ese punto de partida: la obra es un campo de investigación, un laboratorio en que el creador disecciona, trata de descubrir qué es y qué puede llegar a ser un ser humano en un momento histórico concreto. Y fracasa en su investigación. Y nos deja en herencia el informe de esa investigación y de ese fracaso. Lo mismo ocurre en The Wire, Los Soprano, A dos metros bajo tierra o Galáctica: Estrella de combate, las grandes telenovelas.» (pp. 57 y 58)
- Teleshakespeare. Jorge Carrión. Errata Naturae, 2011.
- Boss, la soledad del patriarca. Jorge Carrión. La Vanguardia, 8/2/2012.
- Cuando ver la tele empieza a ser tan importante como leer un libro. Sergio Parra. Papel en blanco, 2/9/2011.
- La literatura de la pequeña pantalla. Alfonso Muñoz Corcuera. Revista Sesión no numerada (UCM).
- Una vida en serie. Autocita sobre las series de una vida. 24/01/2011.
2 comentarios:
¡Qué cosas!
Will
Sí, qué cosas. Muchas cosas interesantes dice JC en este libro sobre el consumo crítico de series. Y destaco dos ideas más de la Nota final:
- "Para mí es importante la discusión de las series en esos tres niveles simultáneos: el informal, el periodístico y el académico."
- "Ese es uno de los placeres de las teleseries: contemporizarlas y, sobre todo, compartirlas."
A mí también me encanta compartirlas.
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