miércoles, 23 de septiembre de 2015

Anatole Broyard (1): Cuando Kafka hacía furor

«[…] En 1946, en el Village, lo que sentíamos por los libros –me refiero a mis amigos y a mí– era mucho más que adoración. Era como si no supiéramos dónde terminábamos nosotros y dónde empezaban los libros. Los libros eran nuestro clima, nuestro entorno, nuestra ropa. No nos limitábamos a leerlos: nos convertíamos en ellos. Los interiorizábamos y los transformábamos en historias propias. Aunque sería fácil decir que huíamos y nos refugiábamos en los libros, sería más cierto afirmar que eran los libros los que buscaban refugio en nosotros. Los libros fueron para nosotros lo que las drogas para la juventud de los años sesenta.
  Nos enseñaban lo que era posible. Estábamos acostum- brados a vivir con lo que hubiese a mano, con lo que se nos diera, y los libros nos llevaron muy lejos. Hasta entonces no conocíamos nada más que las emociones domésticas, y los libros nos enseñaron qué les ocurre a las emociones cuando no tienen un hogar […] Los libros nos estabilizaban, como si lleváramos una bolsa llena de libros en cada mano para no salir volando. Nos conferían gravedad. De no haber sido por los libros habríamos estado completamente a merced del sexo.
  […] Aunque leíamos de todo, sólo un puñado de escritores eran nuestros tíos, nuestra familia. En mi caso eran Kafka, Wallace Stevens, D. H. Lawrence y Céline.» (págs. 47-48)

ANATOLE BROYARD
Cuando Kafka hacía furor
Memorias del Greenwich Village
[Kafka Was The Rage, 1993] Trad. Catalina Martínez Muñoz
La Uña Rota, 2015
_ 216 p. | 16 € _
Rosa Belmonte en ABC
Jordi Costa en El País

2 comentarios:

Año 1946 dijo...

"1946 fue un buen momento, puede que el mejor del siglo XX. La guerra había terminado. La Gran Depresión había quedado atrás, y todo el mundo redescubría los placeres sencillos. […] Se experimenta una estupenda sensación de regresar y retomar las riendas de la propia vida. Nueva York nunca había sido tan atractiva. Los años de la posguerra fueron como una sonrisa en su triste historia. […] El Village, en 1946, era lo más parecido al París de los años veinte. […] Todos nos sentíamos agradecidos de estar allí, como si fuera una recompensa por haber combatido en la guerra. Se percibía una sensación de volver a la vida, una energía y una curiosidad increíbles."

[Anatole, qué nombre tan bonito.]

sobre Anatole dijo...

Anatole Broyard fue uno de los críticos más influyentes y carismáticos del suplemento literario de The New York Times, del que también fue director. Condujo camiones en la Segunda Guerra Mundial, abrió una librería en el Greenwich Village neoyorquino y la cerró después para poder escribir ensayos y relatos. En 1989 le diagnosticaron cáncer de próstata y la muerte se lo llevó escribiendo los textos que componen Intoxicated by my Illness. Según su mujer, Alexandra Broyard, para Anatole el estilo era una cuestión crítica en la vida. Ser crítico literario era para él una forma de hablar del estilo, de la forma, de la presencia. El estilo era para Anatole una apuesta por la inmortalidad, era su defensa frente a las tinieblas".

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