martes, 16 de marzo de 2021

Yoga, de Emmanuel Carrère


Emmanuel Carrère (París, 1957)
YOGA
[Yoga, 2020]
Trad. Jaime Zulaika
Anagrama 2021 - 336 págs. - inicio

- Emmanuel habla con Joana Bonet
- "Entre el yo y lo que no soy yo", Andrés Seoane
- ‘Electroshock’ Carrère, Marc Bassets
- Ego y melancolía, Ana Fornaro en Página12
[peculiar autobiografía psíquica]

«Es pensamiento mágico, desde luego, pero sitúo en aquella noche el principio del desastre. Al asegurar también a la mujer de los gemelos que nos amaríamos siempre, que un día lejano rememoraríamos nuestra vida y recordaríamos ese deseo que contra todo pronóstico se habría realizado, me dejé arrastrar por un entusiasmo sincero, pero al mismo tiempo desafié a los dioses: hibris. Aspirando a la unidad, pacté con la división. ¿Qué puedo decir de este desastre del que hablo? ¿Qué debo callar? Tengo una convicción, una sola, relativa a la literatura, bueno, al género de literatura que yo practico: es el lugar donde no se miente. Es el imperativo absoluto, todo lo demás es accesorio, y creo haberme atenido siempre a este imperativo. Lo que escribo es quizá narcisista y vanidoso, pero no miento. Puedo afirmar tranquilamente, podría afirmar tranquilamente ante el tribunal de los ángeles que escribo «sin hipocresía», como exige Ludwig Börne, lo que me acontece, lo que pienso, lo que soy, lo cual, ciertamente, no me brinda motivos para alardear. Pero Ludwig Börne exige también que se escriba «sin desnaturalizar», y normalmente yo lo procuro también, pero aquí es distinto. Cada libro impone sus reglas, que no se establecen de antemano, sino que descubre el uso. No puedo decir de este libro lo que orgullosamente he dicho de otros varios: «Todo lo escrito es cierto.» Al escribirlo debo desnaturalizar un poco, trasponer y borrar otro poco, sobre todo borrar, porque puedo decir de mí lo que quiera, incluidas las verdades menos halagüeñas, pero no de otras personas. No me arrogo el derecho y no abrigo en el fondo el deseo de contar una crisis que no es el tema de este relato, y por eso voy a mentir por omisión y a abordar directamente las consecuencias psíquicas y hasta psiquiátricas que esta crisis ha tenido para mí y exclusivamente para mí. Porque ocurrió exactamente lo que, con la edad, estaba seguro de que ya no ocurriría. Mi vida, que yo creía tan armoniosa, tan fortificada, tan propicia a la escritura de un ensayo risueño y sutil sobre el yoga, avanzaba en realidad hacia el desastre, que no vino a causa de circunstancias exteriores, el cáncer, un tsunami o los hermanos Kouachi, que sin previo aviso dan una patada a la puerta y abaten a todo el mundo con kaláshnikovs. No, vino de mí. Vino de esta tendencia a la autodestrucción de la que presuntuosamente me creía curado y que se desencadenó como nunca y me expulsó para siempre de mi cercado.» (págs. 157-158)
«[...] Es Martha Argerich, debe tener veinte años, quizás incluso menos, luce ya esa melena negra y suelta, nunca recogida, que tendrá toda su vida. [...] Es salvaje, sensual, intensa, indómita, genial. La escucho, la miro, me pregunto por qué, antes de partir, Erica me ha enviado el enlace con este vídeo, sin otro comentario que el del asunto del mail: 5'30".» (pág. 274)


Martha Argerich en 1965 interpretando la Polonesa en La bemol Mayor
Op.53 (Heroica) de Chopin

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...