«La ciudad es aquel lugar en el que los hombres andan siempre en busca de una salida y donde están condenados a errar siempre. En ninguna parte del mundo es eso más cierto que en Nueva York. Por horrible que sea su aspecto, es recordada como una ciudad de una belleza altiva y apasionada: el lugar del eterno deseo, y también aquel donde los hombres sienten que su vida será colmada gloriosamente y su hambre saciada.» Thomas Wolfe, 1930
«No me da miedo reconocer que Nueva York es la mejor ciudad que existe sobre la faz de la tierra. Sólo hay que mirarla, ya sea desde el aire, desde el río, o desde la estatua del padre Duffy. Es fácil ver que Nueva York es la mejor ciudad del mundo, por un lado y por el otro y por cualquier lado: de espalda, de cara y de perfil.» Brendan Beham’s New York, 1964
«A Nova York no hi ha ningú de Nova York, és un lloc de nòmades vinguts de tot arreu, i la idea de nomadisme és molt important intel•lectualment parlant: avui dia l’intel•lectual ha de ser un nòmada, una persona que trenqui fronteres. Segurament, la taxa de creativitat de Nova York és la més alta del món.» Manuel Borja-Villel, 1993
«Llegué a Nueva York y guardé rigurosa cola y no fumé y, en el formulario para no inmigrantes, fui prudente y no dije que había viajado a Nueva York para encontrarme con la nieta de Trotski. Las primeras horas las dediqué a recorrer todos los lugares recomendados por los amigos y también los que me recomendé a mí mismo. Fui al Cañón de los héroes de Brooklyn a presenciar el apoteósico recibimiento de la ciudad a los Yankees, el mejor equipo de toda la historia del beisbol. Subí al Empire State, crucé Tiffanys en diagonal, fotografié el juke-box de un bar anónimo que terminó por convertirse en mi cuartel general (el Runyons, en la segunda avenida), escuché música religiosa en la catedral de St. Patrick, almorcé en el Hotel Plaza, vi el atardecer sobre el Hudson en un banco parecido al de Woody Allen en aquel amanecer en el que profesó su declaración de amor (“Digan lo que digan esta es una ciudad maravillosa”), y me senté a llorar a la entrada de la Grand Central Station.» Enrique Vila-Matas, 1999
«Dicen que cuando en Nueva York son las tres de la tarde, en Europa son las nueve de diez años antes.» Enric González, 2006
«Brooklyn es un lugar que tiene una atmósfera muy especial. Hay en este barrio algo misterioso que se te mete por debajo de la piel y se queda ahí. Brooklyn es un inventario del universo y tiene la peculiaridad de que mientras que en todas partes las diferencias étnicas y religiosas son una fuente potencial de conflictos, aquí se convive en armonía.» Paul Auster, 2006
«Nueva York no es una ciudad perfecta. Pero es una ciudad donde cada par de zapatos condensa una historia. Ahora mismo, mis zapatos cuelgan de un cable frente a Hart Street, la calle del corazón, la calle de mi casa, a donde he ido a dormir cada noche desde marzo, para levantarme cada día y seguir luchando y no rendirme. (…) Sé que mi historia solamente ha sido una entre tantas. Y sé que, de alguna manera, todas las miradas en el metro, las lágrimas, los temores, los abrazos y los atardeceres, pero sobre todo las palabras, ya son parte del espíritu de esta ciudad.» Pablo Olivares, 2007
«No me da miedo reconocer que Nueva York es la mejor ciudad que existe sobre la faz de la tierra. Sólo hay que mirarla, ya sea desde el aire, desde el río, o desde la estatua del padre Duffy. Es fácil ver que Nueva York es la mejor ciudad del mundo, por un lado y por el otro y por cualquier lado: de espalda, de cara y de perfil.» Brendan Beham’s New York, 1964
«A Nova York no hi ha ningú de Nova York, és un lloc de nòmades vinguts de tot arreu, i la idea de nomadisme és molt important intel•lectualment parlant: avui dia l’intel•lectual ha de ser un nòmada, una persona que trenqui fronteres. Segurament, la taxa de creativitat de Nova York és la més alta del món.» Manuel Borja-Villel, 1993
«Llegué a Nueva York y guardé rigurosa cola y no fumé y, en el formulario para no inmigrantes, fui prudente y no dije que había viajado a Nueva York para encontrarme con la nieta de Trotski. Las primeras horas las dediqué a recorrer todos los lugares recomendados por los amigos y también los que me recomendé a mí mismo. Fui al Cañón de los héroes de Brooklyn a presenciar el apoteósico recibimiento de la ciudad a los Yankees, el mejor equipo de toda la historia del beisbol. Subí al Empire State, crucé Tiffanys en diagonal, fotografié el juke-box de un bar anónimo que terminó por convertirse en mi cuartel general (el Runyons, en la segunda avenida), escuché música religiosa en la catedral de St. Patrick, almorcé en el Hotel Plaza, vi el atardecer sobre el Hudson en un banco parecido al de Woody Allen en aquel amanecer en el que profesó su declaración de amor (“Digan lo que digan esta es una ciudad maravillosa”), y me senté a llorar a la entrada de la Grand Central Station.» Enrique Vila-Matas, 1999
«Dicen que cuando en Nueva York son las tres de la tarde, en Europa son las nueve de diez años antes.» Enric González, 2006
«Brooklyn es un lugar que tiene una atmósfera muy especial. Hay en este barrio algo misterioso que se te mete por debajo de la piel y se queda ahí. Brooklyn es un inventario del universo y tiene la peculiaridad de que mientras que en todas partes las diferencias étnicas y religiosas son una fuente potencial de conflictos, aquí se convive en armonía.» Paul Auster, 2006
«Nueva York no es una ciudad perfecta. Pero es una ciudad donde cada par de zapatos condensa una historia. Ahora mismo, mis zapatos cuelgan de un cable frente a Hart Street, la calle del corazón, la calle de mi casa, a donde he ido a dormir cada noche desde marzo, para levantarme cada día y seguir luchando y no rendirme. (…) Sé que mi historia solamente ha sido una entre tantas. Y sé que, de alguna manera, todas las miradas en el metro, las lágrimas, los temores, los abrazos y los atardeceres, pero sobre todo las palabras, ya son parte del espíritu de esta ciudad.» Pablo Olivares, 2007