jueves, 2 de diciembre de 2010

Abuso teológico

Lamentaciones de un prepucio, Shalom Auslander
“La comida kosher es muy complicada. Los animales que no tienen la pezuña hundida están prohibidos. Los animales que no rumian están prohibidos. Cualquier animal que no sea sacrificado de una manera muy específica está prohibido. Alguien tiene que verificar que el animal ha sido sacrificado de una manera muy específica, y tiene que haber una señal en el paquete que diga: «Este animal ha sido sacrificado de una manera muy específica». Si el paquete no lleva esta señal, está prohibido.”
(...)
“Traif era algo más que una simple palabra que significaba comida prohibida. Traif denotaba alguien o algo desagradable, vil, repugnante, inmoral, retorcido, detestable. Ir al cine era traif, ver la televisión era traif. La ciudad de Nueva York era traif. Woody Allen era traif. Mi amigo Tzvi tenía un hermano mayor que no llevaba el yarmulke y que salía con una chica no judía. El hermano de Tziv era muy traif. Pero nada, nada, era más traif que tomar comida traif.”
(...)
“¿Por qué no podía ser como los demás chicos? Mis amigos eran todos kosher. Mi escuela era kosher. Mi hermana y mi hermano eran kosher. Íbamos a restaurantes kosher. Comprábamos en tiendas kosher. Nuestra pasta de dientes
era kosher. Nuestro jabón de manos era kosher. Nuestro detergente lavavajillas era kosher. Teníamos fregaderos separados, uno para la carne y otro para la leche. Teníamos platos separados para la carne y para la leche, ollas separadas para la carne y para la leche, utensilios separados para la carne y para la leche. Si un utensilio para la leche llegaba a rozar un utensilio para la carne, mi madre pegaba un grito y corría hacia la sala de estar donde los enterraba a los dos en la planta que había junto a la ventana. Sólo los extremos del mango sobresalían de la tierra, y allí permanecían, con esos mangos asomados avergonzados, hasta que unos días después, cuando no se sabe muy bien cómo volvían a ser kosher.”
Shalom Auslander. Lamentaciones de un prepucio
Traducción de Damià Alou. Blackie Books 2010

2 comentarios:

Elena dijo...

Uno de los libros más divertidos que he leído últimamente.

Del País de ayer dijo...

“como si la literatura siguiera siendo la invencible esperanza de los hombres”

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