martes, 10 de mayo de 2011

Banana relata lo ocurrrido

Ukiyo-e. Flor
:: Es algo diferente de lo que todos ustedes piensan. En Tokio, la gente lleva una vida prácticamente normal. En lo referente al accidente de la central nuclear, estamos recibiendo bastante información, y los cortes en el suministro eléctrico tampoco son demasiado graves, ya que se realizan por franjas horarias y por zonas :: Sin embargo, puedo decir que la situación en el área de Tohoku (la zona más afectada por el terremoto y el tsunami) es mucho más grave de lo que se ve en las noticias :: Tanta tragedia me hace perder las palabras :: Cuando se produjo el terremoto, yo estaba con mi marido en el coche en la zona de Meguro, Tokio. Iba de camino al colegio de mi hijo para recogerle. El coche fue sacudido por el temblor :: Contemplé que la parte superior de los rascacielos que se veían a lo lejos estaba moviéndose de derecha a izquierda y el cielo tenía un color inusual. Entendí que pasaba algo grave. Veía a mucha gente salir de los edificios, pero extrañamente todos estaban en calma :: Twitter y Viber fueron los medios que más sirvieron para comunicarse. Por ellos, pude saber que mis amigos y la gente de mi oficina estaban a salvo. Ni el teléfono móvil, ni el chat de Facebook, ni Skype funcionaban en aquel momento :: Recogí a mi hijo del colegio y llegamos a casa sintiendo las réplicas. Todos los libros de las estanterías se habían caído al suelo, pero prácticamente nada se había roto. Creo que eso fue lo que pasó en Tokio :: Durante los primeros días después del terremoto estuve muy tensa ya que la situación de la central nuclear era extremadamente grave, pero ahora estoy algo más tranquila :: Tampoco había un movimiento fluido de mercancías, y mucha gente intentó comprar en exceso productos para la vida cotidiana, pero eso también ha comenzado a calmarse, aunque todavía no es fácil conseguir gasolina :: Se ha podido ver la grandeza del pueblo japonés en el momento en que la gente comenzó a ahorrar energía cuando se produjo el llamamiento por parte del Gobierno :: La ciudad está oscura, pero hay menos sensación de impotencia. Incluso en Shibuya, el barrio habitualmente más iluminado (sin tener necesidad), ahora tiene una iluminación más discreta :: Creo que es una experiencia importante para todos. Habrá gente que diga que decir esto es un sacrilegio, pero al mismo tiempo que pensamos en la gente que ha muerto y lloramos por ella, necesitamos esperanza para vivir :: Pienso que es trabajo de un escritor expresar esperanza, no de una forma alocada, sino fundamentada en un método. Tenemos que ayudar a la gente para que se sumerja en la parte más preciosa y libre de su propio corazón :: El arte es una fuerza real ::

 Fragmentos de Sobre el terrremoto. Banana Yoshimoto. El País, 8/4/2011

3 comentarios:

Elena dijo...

La vida en Tokyo sigue tan frenetica y estupenda como la recordaba. Aqui parece como si no hubiera pasado nada hace 2 meses justos, y como si unos km mas arriba todo fuera normal. Lo cual no deja de ser extranyo.

Ademas, esta es la ciudad mas ciclista que he visto en mi vida: hay millones de bicis por todas partes, y esta permitido circular por las aceras y en contra-direccion: un paraiso, pues como todo el mundo tiene bici, nadie se asusta si le pasas rozando.

Asi que nosotros seguimos recorriendo la ciudad en bici, menos hoy que llueve y pasearemos por Giza y Ropongi (barrios chic de Tokio), y intentaremos visitar el museo de grabados antiguos japoneses (ukiyo-e).

Ale, haberos venido ;p

Anónimo dijo...

El cerezo florece en abril.
Pero tenemos todo el año para llorar.

Elena dijo...

Vídeo de Tokio y su CITADINES.

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