HERMAN MELVILLE
(Nueva York, 1819 – 1891)
MOBY DICK (1851)
[audiolibro]
Philip Hoare
LEVIATÁN o LA BALLENA
[Leviathan, or The Whale, 2009]
Trad. Joan Eloi Roca
Ático de los libros, 2015
Encontró Nueva York más próspera y bulliciosa que nunca, un rival del poder imperial de Londres. A esta ciudad se canalizaban también los beneficios de las ballenas. Era un lugar de importación y exportación que llegaba a otras tierras a través de sus muelles poblados de mástiles y enviaba desde ellos a sus hijos e hijas nacidos iguales a todo el orbe. Cerca de Wall Street, donde trabajaba su hermano, estaba la calle Nassau, donde se encontraban las oficinas de muchas editoriales y periódicos, el equivalente en Manhattan a Fleet Street y el Strand [...]
Moby Dick, además de ser producto de las aventuras de Melville en el mar, era también hija de esa ciudad; así lo declaran las primeras escenas, ambientadas en el muelle al final de la calle Pearl. De una forma extraña. por alusiones, la propia Nueva York se convirtió en la Ballena Blanca, igual que Joseph Conrad vería Bruselas como un sepulcro blanqueado construido con huesos humanos, y del mismo modo que Gansevoort Melville había visto Londres como una moderna Babilonia. La isla de Manhattan hasta tenía forma de ballena.
Durante sus años en el mar, Melville había escuchado historias de encuentros letales entre hombre y ballena. Ahora, cuando la caza de ballenas yanqui alcanzaba su máximo esplendor, parecía que aquellos incidentes se hacían cada vez más ominosamente frecuentes. Las ballenas contraatacaban, rompiendo huesos y botes, ahogando hombres y revolviendose contra sus atacantes con vengativa inteligencia. El 15 de agosto de 1841, por ejemplo, poco después de que el Acushnet saliera del puerto, otro buque de New Bedford, el Coral, encontró una escuela de cachalotes a ciento sesenta kilómetros al sur de las Galápagos. El capitán James H. Sherman dejó escrito que una ballena, después de ser arponeada, se volvió contra la ballenera que la perseguía "y la masticó hasta dejarla hecha astillas".» (págs. 187-188)
No hay comentarios:
Publicar un comentario