Estos son algunos cibercompañeros de viaje que me han acompañado durante el 2007. Se han bajado del tren y los echo mucho de menos, así que espero encontrarlos pronto en cualquier otro vagón:
Lo de El roto, compa Elena (al igual que lo de otro "viñetista" genial, como es Forges), me parece digno no sólo de admiración, sino de envidia (y nada sana): los que necesitamos diez millones de palabras para intentar alcanzar algo tan expresivo como ellos (sin conseguirlo, generalmente), sabemos bien de qué hablamos cuando decimos eso... En fin, una genialidad más, esta última viñeta del año.
Un fuerte abrazo (y espero que, efectivamente, reencuentres a los cibercompañeros perdidos; a buen seguro que hacen cosas la mar de interesantes...).
Sabes, a mí no me da envidia pues soy muy cosciente de mis limitaciones y, por tanto, ni lo intento. Me conformo con sonreír cada vez que veo que, de nuevo, me han adivinado el pensamiento. Y aprovecharme de ello :)
No, compa Elena, si yo tampoco lo intento (además, soy la negación hecha persona para cualquier cosa parecida o cercana al dibujo), pero me gustaría que, puestos a intentarlo, la cosa resultara. Pero no, seguro que no... Y, desde luego, al igual que tú, lo disfruto, e intensamente, claro que sí...
4 comentarios:
Estos son algunos cibercompañeros de viaje que me han acompañado durante el 2007. Se han bajado del tren y los echo mucho de menos, así que espero encontrarlos pronto en cualquier otro vagón:
- Todo lo que no existe.
- Kuki en China.
- Existencia gemela.
- Soy un simulador.
- Pablo en Nueva York.
Lo de El roto, compa Elena (al igual que lo de otro "viñetista" genial, como es Forges), me parece digno no sólo de admiración, sino de envidia (y nada sana): los que necesitamos diez millones de palabras para intentar alcanzar algo tan expresivo como ellos (sin conseguirlo, generalmente), sabemos bien de qué hablamos cuando decimos eso... En fin, una genialidad más, esta última viñeta del año.
Un fuerte abrazo (y espero que, efectivamente, reencuentres a los cibercompañeros perdidos; a buen seguro que hacen cosas la mar de interesantes...).
Sabes, a mí no me da envidia pues soy muy cosciente de mis limitaciones y, por tanto, ni lo intento. Me conformo con sonreír cada vez que veo que, de nuevo, me han adivinado el pensamiento. Y aprovecharme de ello :)
No, compa Elena, si yo tampoco lo intento (además, soy la negación hecha persona para cualquier cosa parecida o cercana al dibujo), pero me gustaría que, puestos a intentarlo, la cosa resultara. Pero no, seguro que no... Y, desde luego, al igual que tú, lo disfruto, e intensamente, claro que sí...
Un abrazo.
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