.: llega un momento en que te parece que hay tanta complicidad que necesitas verlo .:. y decirle algunas cosas que no quieres escribir .:. y después de darle muchas vueltas te atreves a sugerirle un encuentro .:. y él te dice que está muy liado pero que vale, que mañana mismo .:. y aunque casi a la hora prevista te envía un sms diciendo que llegará un poco tarde .:. y además empieza a llover y la ciudad se pone imposible .:. aparece mucho antes de lo que imaginabas .:. y durante media hora habláis por los codos .:. y resulta que sois casi vecinos .:. y aunque él también podría ser tu hijo .:. la magia de la red ha vuelto a funcionar fuera de la red .:. gracias, Andrés :.
13 comentarios:
Ayer me decía Andrés que cuando puso en marcha su blog le avisaron de que podría tener problemas. ¿Qué clase de problemas? le pregunté, pues la verdad es que nunca se me había ocurrido pensar que esto pudiera dar problemas. Problema con la gente, me contestó. ¿La gente? Lo mejor de esta casa son sus clientes, diría yo copiando un comercial dicho popular. Y, de hecho, hasta el día de hoy ninguno de los dos ha tenido problemas con nadie. Al revés.
también cabe puntualizar (como te expliqué) que el formato de mi blog es un tanto particular por estar insertado dentro de una página profesional: en ese caso, los problemas, de existir, se convierten en doblemente graves; pero, como te dije, mi mayor sorpresa es que todos los comentarios recibidos desde que empezó (que ya empiezan a ser muchos) son pertinentes por alguna razón, y nunca ha habido alguno impropio que fuera molesto o realmente inconveniente. ¡Abrazos! (y gracias) Am
Otra cosa curiosa es que yo –leyéndolos- estaba convencida de que Andrés conocía a Miriam, a SuperWoman, a Enrique o a Manuel de toda la vida, vamos, que pensaba que habían ido al mismo colegio o y que celebraban juntos esa cosa llamada navidad. Y resulta que no, que todo el cibercariño que rezuman sus blogueras conversaciones es virtual. No se conocen. No se han visto nunca. Fuerte.
Me ha gustado mucho esta entrada, así que he vuelto a leer 'tus ciber-comienzos' para recordar cómo empezaste... supongo que en un punto en el que no te esperabas que tu ciber-vida pudiera dar tanto de sí [o al menos eso a mí me parece, que da muuuuuucho de sí, sobre todo al combinar ciber-vida-realidad]
Mola. Me ha resultado una entrada emocionante a la par que entrañable.
Buenos días!
Kuki, tú eres uno de los lujos de este lugar y, además, fue gracias a ti que conocí a Pablo.
Es curioso, pero estaba pensando que, aunque por lazos familiares tú y yo nos conocíamos de toda la vida, fue a partir de nuestra ciber-relación en tu blog Kuki at China que realmente empezamos a conocernos (y querernos!). Fuerte de nuevo.
Fuerte... y como dicen en mi tierra: ¡BONICA, PIJO!
;)
Antes las personas salían del armario.
Últimamente a mí me salen de la pantalla.
Compa Elena, amiga Elena, me ha encantado esta reseña: breve, sencilla, tierna. Y sí, tienes razón, es curioso como este medio tan frío, genera, a veces, relaciones y complicidades bastante cálidas. Quizá las gentes que en esto y por aquí nos movemos somos de una cierta manera (dentro de nuestras muchas diferencias, también, supongo, y de lo mucho que, por la falta de relación "real", también ignoramos los unos de los otros...); supongo, no sé, no lo tengo muy claro.
Muchas gracias por los afectos, y por aquí seguiremos (o, al menos, lo intentaremos...).
Un fuerte abrazo.
Hablando de armario...
Brutal.
(Y la entrada, también ;o)
OLI I7O
Podría decir lo que no pase en Japón... Pero, ¿quién nos asegura que no hay nadie instalado en nuestros altillos? A mí, por cierto me acaba de aparecer un huésped-anuncio en el blog y no sé de donde ha salido ni a quien reclamar :(
Que envidia tan cochina (bueno, al menos digo en mi descarga que es envidia sana). Bueno, va, invito a una ronda de café virtual para todos (si tuviera el horno listo, lo haría con bizcocho). Y quedáis todos invitados a un café real en cuanto os dé por pasaros por estas tierras.
Y aclaro que gracias a Andrés tuve que habilitar los comentarios anónimos de mi casa (yo también tenía miedo a tener que pasarme la mitad de la vida censurando, no tengo tiempo para ello); y por ello entré en este círculo...
Aquí, uno que se apunta al cibercafelito de Superwoman (eso sí, sin bizcocho, que ya ando muy "pasao" de "masa muscular"...).
Un fuerte abrazo.
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