“Le vi en la penumbra reconstruyendo el mapa de Aroma, soñando la red de caminos que conducirían a la ciudad, pensando trazados azules sobre los puentes que, distintos unos a otros, vigilarían los canales. Puentes convexos, sobre pilastras y sobre barcas, colgantes o de parapetos calados. Canales de agua roja que recorría paisajes a la luz de la luna de Aroma, la ciudad en la que él siempre soñó. Casas coronadas por piedras de plata, aire de libertad, la magia de mil palomas en vuelo constante por un cielo gris de hielo, tres soles iluminando la noche eterna de Aroma.
Le vi luego en el esplendor nocturno de su habitación acodado a la ventana que daba a su jardín, meditando al final de su vida, organizando el recuerdo: infinita sucesión de imágenes fragmentadas de una juventud perdida para siempre. Cercana ya la hora en que perdería la memoria.”
Le vi luego en el esplendor nocturno de su habitación acodado a la ventana que daba a su jardín, meditando al final de su vida, organizando el recuerdo: infinita sucesión de imágenes fragmentadas de una juventud perdida para siempre. Cercana ya la hora en que perdería la memoria.”
Enrique Vila-Matas
La asesina ilustrada (1977)
Ilustraciones de Óscar Astromujoff
Lumen, 2005
15 comentarios:
En la contraportada de este librito que encontré por casualidad el otro día en la librería Laie, escribe Bolaño:
“Publicado por primera vez en 1977, La asesina ilustrada supuso la revelación de EV-M como uno de los escritores más audaces de su generación. Fue en 1975, en la buhardilla que había alquilado a Marguerite Duras en París, cuando el escritor barcelonés se enfrentó al reto de escribir una novela que provocara la muerte de quien la leyera. El resultado fue un texto donde se apunta lo que luego serían las constantes de uno de los autores europeos más valorados e influyentes de los últimos treinta años: el gusto por los juegos metaliterarios, el dominio de la ironía y los suplicios de la imaginación.”
Y en el prólogo a esta edición de 2005, dice Vila-Matas:
“¿En qué momento aprendí a escribir frases literarias? Ahí puede estar el quid de la cuestión, la esencia de todo aprendizaje retórico. ¿En qué momento uno se convierte en escritor? Posiblemente en el momento en que traspasa la frontera que separa una frase vulgar de una literaria. Si no recuerdo mal, Pere Gimferrer, en Itinerario de un escritor cita estos versos de Góngora: «quejándose venían sobre el guante / los raudos torbellinos de Noruega». […] Gimferrer nos explica el significado de estos versos aparentemente difíciles de comprender: el guante es el guante de los halconeros […]. «Los raudos torbellinos de Noruega» quiere decir los halcones que se suponía que venían de tierras hiperbólicas, precisamente de Noruega, que en aquel momento era un nombre genérico y extraordinario.
Está claro que Góngora podría haber utilizado un lenguaje más directo, más vulgar. Lo habríamos entendido mejor, pero no habríamos leído unos versos memorables, sino una frase de absoluta banalidad prosaica, como una de esas frases que solemos entrecruzarnos siempre con los taxistas de nuestras ciudades nerviosas.
La literatura apareció en mi guante como un raudo torbellino de Noruega.”
Que de un hombre tan talentoso como éste yo no haya leído nada todavía, supongo que me va a terminar costando un disgusto en según qué sitios, ¿no, compa Elena...? Intentaremos solventarlo, lo intentaremos...
Un abrazo.
Manuel, últimamente distintas personas me han pedido que les sugiriera algún libro para acercarse a EV-M. Y aunque se trata de una pregunta muy difícil de contestar (pues es como adivinar el plato que más te va a gustar de un restaurante), en ese momento me atreví a hacer esta sugerencia que llamé Vila-Matas para principiantes:
- Exploradores del abismo (2007)
- Desde la ciudad nerviosa (2004)
- París no se acaba nunca (2003)
Pero hoy, a ese menú, perfectamente podría yo añadirle Doctor Pasavento (2005), Bartleby y compañía (2000) o cualquiera de las recopilaciones de artículos y ensayos literarios con los que yo me lo he pasado tan bien: Aunque no entendamos nada (2003), El viento ligero en Palma (2004), Extrañas notas de laboratorio (2007) o El traje de los domingos (2008).
Pero de disgustos, nada. La lectura es algo tan privado y tan personal, que nunca hay que justificar las afinidades. Sólo disfrutarlas.
Manuel, o te pones las pilas con EMV, ¡o te excluiremos en breve! ;)
No, ahora en serio:para iniciarse en el Mata-Vilismo yo recomiendo El viaje vertical (libro con el que yo lo descubrí) y/o Exploradores del abismo; Pasavento... ó París... quizás menos.
Por cierto, sobre este último libro, es muy curioso que me duró mucho leerlo (aunque no era largo) y que cada vez que cogía un Talgo Mad-Bcn (o viceversa, entonces -qué tiempos- no había Aves) lo perdía: nunca, jamás, había comprado 3 ejemplares de la misma novela en idéntica edición. Cuando perdí ese tercero descubrí que... quizás era el destino, y nunca logré acabarlo. Abrazos a todos, Am
Elena, perdóname el offtopic:
ya hemos arreglado el tema de los enlaces internos de mi blog que se descolocaban por culpa de las fotos; cuando puedas, míralo por favor, y dime qué piensas. Gracias. Am
PS/ Manuel, ¿te has comprado ya los libros? ;) Am
Bueno... a Manuel no lo sé pero a mí definitivamente me habéis convencido! Después de leer vuestras recomendaciones he decidido acercarme a EVM mediante 'Exploradores del abismo' (por la curiosidad que la palabra 'abismo' me despierta y porque ambos, Elena y Andrés, habéis coincidido en él... y por algo será).
Aún así, reconozco que el acercamiento va a comenzar sencillamente por comprarlo, pero EVM tendrá que ponerse a la cola de Sandor Marai y de Federico Moccia (al que por cierto, estoy a puntito decidir no darle una segunda oportunidad)entre otros, ya que este 23 de abril de 2008 fue bastante fructífero.
kisses
Andrés, por lo visto las aventuras de París no se acaban nunca, pues ayer descubrí que el libro que yo tenía no era mío (*), sino que llevaba el nombre de O. (precisamente). Anoche mismo se lo devolví a través de A., y esta mañana he obtenido otro ejemplar (6ª edición) que habré de volver a leer para saber porqué tengo tan buen recuerdo de este texto.
En relación al off topic, te contesto in situ ;)
(*) Con razón no estaba pintado.
Simulador, ya sé que tuvisteis mucho éxito el 23 de abril con los libros. La verdad es que tengo muchas ganas de que volvamos a coincidir, por ahí o por aquí, y hablemos un rato. Largo.
¡Ah! Ese ejemplar... ¿no lo encontrarías en un Talgo? ¡Es el míooooooo! La "O", ¿no será un garabato mío de cuando elegía el nombre de primer hijo? Eh, que es broma: pero la historia del "no se acaba nunca" nos dío para unas cuantas risas a mi mujer y a mí durante una buena temporada.
Me alegro de que te haya gustado el nuevo formato de enlace interno entre mis posts ¡gracias por sugerirlo en su momento! Abrazos, Am
Creo que no era tuyo, Andrés, pero podría haber sido: O. también es arquitecto y estáis cerca.
París sigue sin acabarse: O. dice que ese ejemplar no era suyo, sino que, en su momento, se lo regaló a A. y él se compró otro. [Con razón hay tantas ediciones: se trata de un libro con capacidad propia para despistarse.]
Pero... "A", ¿soy yo y no lo sé? ¿?
Ostras Andrés! No había caído en que tu nombre y el de ella empiezan igual.
Aunque tardísimo, como casi siempre, no quería dejar de darte las gracias, compa Elena, por tu repertorio de recomendaciones. No van a llegar pronto, me consta, pero ten por seguro que terminarán llegando.
Un abrazo.
Publicar un comentario