«—Ya lo estoy haciendo. Pero hay demasiadas cosas complicadísimas, muy embrolladas unas con otras. Y no puedo desembrollarlas, ir separándolas una a una. No sé cómo hacerlo.
Mi tío sonrió.
—Hay un truco para hacerlo. La mayoría de la gente toma resoluciones equivocadas justamente porque no lo conoce. Y luego, cuando fracasa, va por ahí quejándose, echándole la culpa a los demás. He visto eso muchas veces y te aseguro que odio verlo. Quizás esté siendo un poco presuntuoso, pero el truco consiste en empezar por las cosas poco importantes. O sea, en una escala de la A a la Z, no empezar jamás por la A, sino por la XYZ. Dices que el asunto está demasiado embrollado y que se te escapa de las manos. ¿No será porque quieres resolverlo partiendo de arriba? Cuando tienes que decidir algo importante, lo mejor es dar prioridad a los detalles insignificantes. Empezar por cosas realmente estúpidas, por esas que cualquiera puede ver, que cualquiera puede entender. E invertir mucho tiempo en ellas. Mis negocios ya sabes que no son nada del otro jueves. Cuatro o cinco locales de poca monta en Ginza. No son gran cosa, nada de lo que pueda presumir. Pero si hablamos en términos de éxito o fracaso, yo no he fracasado ni una sola vez. Y es porque he seguido siempre fiel a este truco. Todos los demás se saltan a la torera las cosas tontas, obvias, y avanzan demasiado rápido. Yo no. Es a las cosas más tontas a las que dedico más tiempo. Porque sé que cuanto más tiempo se les dedica, mejor va todo luego.—Mi tío bebió un sorbo de whisky—. Supongamos, por ejemplo, que vamos a abrir un local. Un restaurante, un bar, cualquier cosa. Imagínate la situación. Quieres abrir un local. Entre varios lugares posibles, tienes que elegir uno. ¿Qué harías?» (p. 353)
Mi tío sonrió.
—Hay un truco para hacerlo. La mayoría de la gente toma resoluciones equivocadas justamente porque no lo conoce. Y luego, cuando fracasa, va por ahí quejándose, echándole la culpa a los demás. He visto eso muchas veces y te aseguro que odio verlo. Quizás esté siendo un poco presuntuoso, pero el truco consiste en empezar por las cosas poco importantes. O sea, en una escala de la A a la Z, no empezar jamás por la A, sino por la XYZ. Dices que el asunto está demasiado embrollado y que se te escapa de las manos. ¿No será porque quieres resolverlo partiendo de arriba? Cuando tienes que decidir algo importante, lo mejor es dar prioridad a los detalles insignificantes. Empezar por cosas realmente estúpidas, por esas que cualquiera puede ver, que cualquiera puede entender. E invertir mucho tiempo en ellas. Mis negocios ya sabes que no son nada del otro jueves. Cuatro o cinco locales de poca monta en Ginza. No son gran cosa, nada de lo que pueda presumir. Pero si hablamos en términos de éxito o fracaso, yo no he fracasado ni una sola vez. Y es porque he seguido siempre fiel a este truco. Todos los demás se saltan a la torera las cosas tontas, obvias, y avanzan demasiado rápido. Yo no. Es a las cosas más tontas a las que dedico más tiempo. Porque sé que cuanto más tiempo se les dedica, mejor va todo luego.—Mi tío bebió un sorbo de whisky—. Supongamos, por ejemplo, que vamos a abrir un local. Un restaurante, un bar, cualquier cosa. Imagínate la situación. Quieres abrir un local. Entre varios lugares posibles, tienes que elegir uno. ¿Qué harías?» (p. 353)
Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1994). Haruki Murakami Traducción de Lourdes Porta y Junichi Matsuura. Tusquets 2001 |
5 comentarios:
Desde Hiroshima mon amour, donde llegamos esta manyana en un supertren (Nozomi) con un vagon para nosotros solos.
Acabamos de visitar la isla de Miyajima, con su famoso tori. Como habia marea baja hemos andado por debajo de el tan ricamente.
Manyana toca recorrido en bicicleta por todos los memoriales de la paz, y monumentos de la WWII.
No sé si ya lo habrás dicho, pero, ¿hay más turistas por ahí, o sólo estáis vosotros?
Y otra cosa más prosaica: en un teclado sin tildes, ¿cómo aparecen las de estos comentarios?
Bueno, seguid disfrutando y cuéntanoslo.
A mí todo me da envidia, menos lo de la bici (je, je).
Palabra de verificación: sumune.
Mi amigo Sumune tiene un gato que se llama Galimatías.
O al revés.
Ascribe desde un iPad asi que no me Tengais en cuenta el resulado, pies es mi primers vex y no se ni lponer las majuscules ni salter de parrafo ....... Hay dos turistas solo Adem as de nosotros ...... Estamos acabando estancia en Hiroshima y manna, con dos trenes, llegaremos a hakonen, al Lado del Monte Fuji ......
¡Bien por el iPad!
¡Muchos besicos! Qué gran viaje... y qué gran libro.
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