«Supimos por Vilnius, primero, y después por Débora que les iba muy bien todo a los dos, muy especialmente desde que habían decidido no creer demasiado en nada. Les iba genial la vida, dijeron, porque la gente les veía enfermos y poéticos y les dejaban en paz y les iba, además, muy bien en todo porque jamás entraban en conflicto con nadie, pues no se veían obligados a defender sus opiniones ya que no existían para ellos verdades objetivas, ni opiniones que pudieran considerarse completamente certeras. Todo era incierto, pensaban. Y se consideraban falibilistas, como ciertos científicos contemporáneos que piensan que los seres humanos podemos estar equivocados acerca de cualquier cosa.» (De Aire de Dylan (pp. 318-319). Enrique Vila-Matas. Seix Barral, 2012.)
1 comentario:
Débora dijo...
Yo más bien diría que Vila-Matas ha recurrido a Vilnius para montarse un blog. Espero que esto no acabe con nuestra paz del dolce far niente.
30/04/12 10:38
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