Nada se opone a la noche
(Rien ne s'oppose à la nuit, 2011) Delphine de Vigan Trad. JC Durán. Anagrama 2012 «Al principio, cuando terminé aceptando la idea de escribir este libro, tras una larga y silenciosa negociación conmigo misma, pensaba que no me costaría nada introducir ficción, y que no tendría escrúpulos para llenar lagunas. Quiero decir, de algún modo, que pensaba tener el control total. Imaginaba que sería capaz de construir una historia fluida y controlada, o al menos un texto que estaría elaborado de forma segura y constante y que adquiriría sentido a medida que progresase. Creía poder inventar, dar un impulso, una dirección, crear tensión, llevar el asunto de un punto al otro sin línea de falla ni punto de ruptura. Esperaba poder manipular el material a voluntad, y lo que me viene es la imagen un poco clásica de la masa, una masa para tartas como Liane me había enseñado a hacer cuando era niña, quebrada u hojaldrada, que amasaría entre mis manos a partir de unos ingredientes dados antes de hacerla girar bajo mi palma, de aplastarla con fuerza, o incluso lanzarla al techo para observar de qué forma se pegaría a él. En lugar de eso no puedo tocar nada. En lugar de eso me parece que me paso las ho- |
ras con las manos vacías, las mangas subidas hasta los codos, envuelta en un horrible delantal de carnicero, aterrorizada ante la idea de traicionar la historia, de equivocarme en las fechas, los lugares, las edades, en lugar de eso temo fracasar en la construcción del relato tal y como lo había planeado. Incapaz de alejarme por completo de la realidad, produzco una ficción involuntaria, busco el ángulo que me permita acercarme más, más cerca, cada vez más cerca, busco un espacio que no sea ni la verdad ni la fábula, sino los dos a la vez. Me doy cuenta cada día que pasa de lo difícil que es escribir sobre mi madre, acotarla con palabras, y de lo mucho que echo de menos su voz.» (pp. 129-130) |
jueves, 25 de octubre de 2012
de Vigan: Nada se opone a la noche
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
«El 29 de enero, Lucile nos convocó a Manon y a mí a una reunión extraordinaria cuyo orden del día no tardó en ser revelado. Lucile quería anunciarnos que era telépata. Podía pues saber todo lo que pasaba, incluso a una gran distancia, y controlar la mayoría de los objetos. Justo acababa de pronunciar esas palabras, cuando se escuchó un grito de ratón en la cocina. Lucile precisó que también podía hacer huir a los ratones, para desdecirse inmediatamente: "Ah, no, qué tonta, no son objetos" (...). Allá donde estuviésemos, nos veía en los espejos, nos protegía a distancia. Nosotras también teníamos poderes. Manon era una bruja que escuchaba todo y podía descifrar, gracias a su oído, el mundo hostil que la rodeaba. Lucile precisó que habría que llevarla al otorrino para optimizar sus poderes auditivos. Por mi parte, yo era el oráculo de Delfos, predecía el futuro y mis predicciones se realizaban. Pero debía guardarme de anunciar malos presagios. Lucile acercó a mi cuello un par de tijeras cuya punta rozó mi piel. Yo ya no respiraba, vigilaba el temblor de su mano. Se recuperó y nos explicó después que había escrito una carta a un psicoanalista famoso que, a falta de sello, iba a transmitirle por telepatía.»
[Lucile es la madre. Manon es la hermana. El psicoanalista es Lacan.]
Opinión de Ignacio Carrión.
escritura interior de Ignacio Carrión
27/10/2012 (11:45) Y esto para empezar
"Que España se independice de España. Que la deuda se independice del rescate. Que la Casa Real se independice de la Corona. Que la política se independice de la corrupción. Que la Banca se independice de la política. Que las Fuerzas de Seguridad se independicen del Estado. Que el PSOE se independice de Rubalcaba. Que los escritores se independicen de los lectores. Que el pueblo se independice del miedo. Que Europa se independice de la Mafia Financiera."
"Me voy a hundir."
"Os pido perdón, nunca quise vivir."
(del libro)
Publicar un comentario