lunes, 28 de enero de 2013

La segunda mujer, de Luisa Castro

Luisa Castro: La segunda mujer

Luisa Castro (Foz, Lugo, en 1966)
LA SEGUNDA MUJER
Seix Barral y Booket)
Premio Biblioteca Breve 2006

«El señor fino de Barcelona, el referente cultural del país catalán, la emprendió a empujones con aquella escritor- zuela, aquella jovenzuela desvergonzada que había ido a parir una hija a la Teknon, que había ido a meterse en la sauna del Iradier, aquella verdulera que se había atrevido a demandarlo, que desterraba a su hija de la Gran Cataluña y la ponía a vivir en un pisito alquilado de una comunidad autónoma subdesarrollada. Todas las caras que veía por la calle, aquellas caras de gallegos, aquellas caras que tanto le fascinaban cuando conoció a Julia, ahora le parecían un hartajo de tullidos y trastornados.» (p. 310)

Albert Om visita a la exfamilia de Luisa en Sant Martí d'Empuries (2013)

Luisa Castro, El País, 21/02/2006: "Yo no soy Julia, esto tiene que quedar claro, ni ésta es una novela auto- biográfica" | "Bueno, supongo que contiene parte de mi aprendizaje, algunos sentimientos, nada más. Pero preci- samente por esos paralelismos, ésta es una novela en la que he querido ser muy pudorosa, para preservarme a mí y a otras personas" | "Son dos personajes que vienen de una clase concreta. Él, aunque parezca progre y moderno, en realidad es machista, racista y está sujeto a sus ancestros. Ella, aunque parezca muy independiente, en realidad viene de la memoria del hambre" [¿roman à clef?]

1 comentario:

p. 41 dijo...

«Todo lo que no fuera tocarle le parecía una obscenidad. Se dio cuenta mientras le desnudaba, de que Gaspar se paralizaba. Estaba más deseoso de verla que de besarla. La miraba sin aproximarse a ella, como se mira a un objeto de rara belleza, como si en realidad no acabara de desearla. "Me quiere de una manera estética", pensó Julia. "Le parezco bonita, pero todo esto en él necesita una distancia para realizarse". Julia acortaba distancias para no dejarse mirar. Se refugió en sus brazos, quería desaparecer en él, defenderse de él dentro de él, esconderse de él en él. En la urgencia de Julia, en aquella rendición sin cortejo, había algo parecido a la desesperación del soldado que se adelanta para morir o para matar.»

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