«Los libros pudieron aclararme muchas cosas. He oído recriminar su influencia muchas veces. Sería muy fácil para mí hacerme la víctima, quizás mi caso pareciera así más interesante, pero la verdad es que los libros no han tenido ninguna influencia sobre mí. Nunca me han gustado los libros. Cuando los abres, estás esperando alguna revelación trascendental, y cuando los cierras, te sientes desilusionado. Además, habría que leerlo todo y no bastaría con toda una vida. Los libros no contienen la vida, sólo contienen sus cenizas. Supongo que le llaman a eso la experiencia humana. En casa había una gran cantidad de volúmenes antiguos, en una habitación donde no entraba nadie. La mayoría eran libros piadosos, impresos en Alemania, llenos de aquel misticismo moravo que tanto gustaba a mis abuelas. A mí también me gustaban aquella clase de libros; los amores que nos pintan tienen los mismos transportes y arrebatos que cualquier otro amor, pero sin el remordimiento: puede uno abandonarse a ellos sin temor. También había algunas otras obras muy diferentes, la mayoría escritas en francés, en el siglo dieciocho y que no se suelen dejar en manos de los niños. Pero no me gustaban. Sospechaba ya entonces que la voluptuosidad es un tema muy serio: se debe hablar con seriedad de aquello que nos puede hacer sufrir. Recuerdo algunas de las páginas que hubieran podido despertar mis instintos, pero que yo saltaba con indiferencia porque las imágenes que me ofrecían eran demasiado precisas; es una mentira pintarlas desnudas, ya que las vemos siempre envueltas en una nube de deseo. No es verdad que los libros nos tienten, ni tampoco los acontecimientos, puesto que sólo lo hacen cuando nos llega la hora o el tiempo en que cualquier cosa hubiera sido para nosotros una tentación. Tampoco es verdad que algunas precisiones brutales nos informen sobre el amor; no es fácil reconocer, en la simple descripción de un gesto o de un movimiento, la emoción que más tarde producirá en nosotros.» (págs. 54-56)
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Marguerite Yourcenar (1903-1987) Alexis o el tratado del inútil combate [Alexis ou le traité du vain combat, 1971] Trad. Emma Calatayud Alfaguara, 2002 | 136 págs.
[un libro soberbio
que tomé de casa de O.] |
jueves, 19 de febrero de 2015
Marguerite Yourcenar: Alexis o el tratado del inútil combate
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2 comentarios:
Me inclinaría ante ella. Para mí es una de las GRANDES. Y quizás no llegan a diez. ;)
Estoy de acuerdo contigo. Es inmensa.
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