«Cuando por la montaña, que cierra a poniente, el halcón se llevaba la claridad del cielo, siguiendo el verso de Espriu, miré esta tierra. Al sur, más allá de cala Granadella, se veía el cabo de Moraira, sobre su perfil asomaba la cresta del peñón de Ifach y el norte lo poseía entero el cabo de la Nao. La casa de Raimon en Xabia está colgada de un acantilado sobre el mar y en este caso el halcón del poema Espriu fue sustituido por un bando de cormoranes que se llevaba hacía el sur la última luz de la tarde y la primera sombra subía del mar y comenzaba a temblar. Entonces miré esta tierra, pero ya estábamos sentados a la mesa para degustar una pasta con calabacines y basílico que había preparado Annalisa. Después hubo ensaladas de varias hierbas e intercambio de recetas para adelgazar. Cuando el viento nos hablaba de la soledad de nuestros muertos miré esta tierra y salieron los nombres de viejos amigos, de Joan Fuster, de Andreu Alfaro, que se habían ido con Ausiàs March al más allá. El poema He mirat aquesta terra, de Espriu, es lo mejor que ha cantado Raimon, que acaba de sacar un libro con todas las letras de sus canciones. Cuando el verano enlazaba por todo el campo adormecido el amplio silencio que extienden los grillos, miré esta tierra y comenzamos a añorar los tiempos en que Cataluña abierta y aireada tiraba alegremente del resto de España hacia Europa y no lo que es ahora, un engendro político producto de un mal parto ideológico. Cuando la lluvia traía el olor del polvo de las ásperas hojas de árboles lejanos, pasando el arado sobre los recuerdos, miré esta tierra, que es la nuestra y la mirada llegaba a Italia y a Grecia perdidas en la memoria del mar y en la sobremesa navegábamos hacia ellas en los barcos que formaban las rajas de sandías, hasta que al final la melancolía se fundió en las infusiones de salvia.»
DESDICHA (postdata de 2008):
Quan la llum pujada des del fons del mar a llevant comença just a tremolar, he mirat aquesta terra, he mirat aquesta terra. Quan per la muntanya que tanca el ponent el falcó s'enduia la claror del cel, he mirat aquesta terra, he mirat aquesta terra. Mentre bleixa l'aire malalt de la nit i boques de fosca fressen als camins, he mirat aquesta terra, he mirat aquesta terra. Quan la pluja porta l'olor de la pols de les fulles aspres del llunyans alocs, he mirat aquesta terra, he mirat aquesta terra. Quan el vent es parla en la solitud dels meus morts que riuen d'estar sempre junts, he mirat aquesta terra, he mirat aquesta terra. |
Mentre m'envelleixo en el llarg esforç de passar la rella damunt els records, he mirat aquesta terra, he mirat aquesta terra. Quan l'estiu ajaça per tot l'adormit camp l'ample silenci que estenen els grills, he mirat aquesta terra, he mirat aquesta terra. Mentre comprenien savis dits de cec com l'hivern despulla la son dels sarments, he mirat aquesta terra, he mirat aquesta terra. Quan la desbocada força dels cavalls de l'aiguat de sobte baixa pels rials, he mirat aquesta terra, he mirat aquesta terra. |
DESDICHA (postdata de 2008):
“No me fío de los nacionalismos ni de sus banderas, no me fío de los himnos, ni de la historia oficial, ni de sus monumentos, ni de su mística patriotera; me parecen formas larvadas de racismo, petulancia y desdicha. En su nombre se dicen sandeces, cuando no se cometen atrocidades.”
Juan Marsé (Barcelona, 1933)
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