martes, 8 de noviembre de 2022

Madres, padres y demás, de Siri Hustvedt


Siri Hustvedt (Minnesota, 1955)
MADRES, PADRES Y DEMÁS
Apuntes sobre mi familia real y literaria

[Mothers, Fathers and Others, 2021]
Trad. Aurora Echevarría
Seix Barral, 2022 - 416 págs. - inicio - Bibl. Lesseps

Fragmento de Un paseo con mi madre (pp. 46-53)
Abrazar el cambio, Lucía Selas
"La misoginia vuelve locos a los hombres", Lara Gómez Ruiz
El cigoto antes que la mujer, Siri Hustvedt
[mucha Siri]

«[...] Y, sin embargo, la placenta es el menos comprendido de todos los órganos humanos. Se le ha descrito como olvidado, ignorado, pasado por alto, misterioso [...] ¿Cómo puede desaparecer un órgano humano a plena vista? La placenta —que en inglés se conoce también como afterbirth, "después el parto"— siempre ha formado parte del nacimiento y en muchas culturas se la trata con reverencia como si fuera un gemelo o un doble del bebé. Se ha escrito mucho sobre la medicalización del embarazo y el parto, y la tendencia a convertir a la mujer en sus órganos reproductores como si estos no le pertenecieran. Piénsese en todos los diagramas e imágenes acéfalas del feto sin cordón umbilical, ni placenta ni útero, que plasman su crecimiento como si la madre no estuviera involucrada en el proceso; pero incluso en la literatura feminista a menudo se olvida. La placenta crece junto con el feto. Yo he dado a luz una vez —mi hija Sophie, nació en 1987— y no guardo ningún recuerdo de mi placenta. Debieron de extraérmela. Muere una vez concluye su tarea, pero hay algo asombroso en la amnesia que ha perseguido hasta hace poco a este órgano. Hoy en día se ha lanzado el Proyecto Placenta Humana (HPP) y gracias a él el gran órgano mediador del embarazo está recibiendo por fin algo de reconocimiento.
Lina     En la misoginia contemporánea del mundo desarrollado hay una tergiversación seria de la función materna durante el embarazo. La gestación es un proceso dinámico durante el cual una célula diploide puede acabar convirtiéndose en un feto de nueve meses a través del exitoso desarrollo paralelo de la placenta, que es un órgano materno-fetal formado a partir de células tanto fetales como maternas y unido al útero de la madre y al feto por el cordón placentario. Los residuos fetales van a parar directamente al torrente sanguíneo de la madre. La placenta organiza el reparto de hormonas y nutrientes, y al final del primer trimestre sirve de barrera para impedir que la sangre materna se mezcle con la fetal. Se cree que al principio el líquido amniótico lo genera en su totalidad el plasma de la madre, pero la micción y la deglución del feto contribuye a aumentar el volumen del líquido [...]» (págs. 331-332)

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