Miguel Ángel Oeste (Málaga, 1973)
VENGO DE ESE MIEDO
Tusquets, 2022 - 304 págs. - inicio
— Trasciende su propia historia, Santi Fernández Platón
— Instrucciones para matar al padre, D. Ródenas Moya
— Hecha con las tripas, Santos Sanz Villanueva
[catártico]
«No sé si empezó la madrugada en que me desperté en casa y descubrí que estábamos mi hermano y yo solos y que ya sería así siempre; no sé si fue la vez en que fui al dormitorio de mis padres, y mi padre me sacó de allí de un trompazo; no sé si se trató de cuando llegué a casa después del colegio y mis padres todavía dormían y no había nada de comer; no sé si fue la noche en que salí a la calle y merodeé a mi antojo por la playa; no sé si fueron las incursiones de mi padre a nuestros cuartos, en plena noche, para pegarnos por habernos levantado de la cama al oír ruidos de la bronca... en ninguno de estos momentos había cumplido los diez años. Ente los siete y los nueve se activó una alerta en mí. Y no se trataba de que nos dejaran solos en casa, no de que fuésemos al colegio sin la compañía de un adulto, ni que llegásemos después y que no estuviera la comida lista y en la nevera no hubiese apenas nada; ni siquiera que pudiéramos hacer lo que quisiéramos sin hora. Insisto en que era otra época, con unos usos sociales que hoy causarían cierto escándalo. Se trata de lo que sucedía dentro de casa, un terror que fue expandiéndose, unas vejaciones y abusos que mi padre fue perfeccionando a medida que crecíamos. La certeza de que yo era un despojo y de que todo lo que pasaba era por mi culpa. Las consecuencias se manifestaron en forma de autolesiones, empecé a hacerme daño, me provocaba heridas, porque era mejor morir, porque en la adolescencia y la primera juventud la vida carecía de valor.» (págs. 170-171)
"La propia memória es la máxima ficción", Miguel Ángel Oeste
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