miércoles, 19 de mayo de 2021

Cambalache, de Javier Melero


Javier Melero Merino (Barcelona, 1958)
CAMBALACHE
Un abogado en la España de Pujol

Ariel, 2021 - 352 págs. - inicio

- La novela de un abogado, Jordi Amat
- Historia española a ritmo de tango, JL Cebrián
- Les conclusions definitives de Xavier Melero
- El ciudadano Melero, Braulio García
[en la línea de El Encargo / se hace corto]

«Pronto pude ver que Paco cumplía y que vivir de la abogacía no era imposible. Yo le preparaba los escritos procesales pecando del exceso propio de los novatos y él los mutilaba sin piedad antes de presentarlos en los juzgados, pero parecía satisfecho con su contenido. Empezó a permitirme actúar en algún asunto, y así, poco a poco, fui practicando interrogatorios y celebrando juicios. Paco no era un tipo elocuente, pero sabía de lo que hablaba y sus consejos eran de utilidad. Tenía el perfil del defensor puro, del que cree que hay que hacer cualquier cosa para beneficiar al cliente, sin importar que éste sea culpable o inocente [...] No veía en ello ningún obstáculo moral y lo argumentaba de forma convincente:
    —Eso de que el cliente sea culpable o inocente no es asunto nuestro. Nosotros tenemos que defender su versión de los hechos tal como él quiera plantearla. Aconsejarle, por supuesto, pero nada de juzgarle; para eso están los jueces. Sería un caso de intrusismo profesional.» (pág. 137)
Xavier Melero, foto Adrià Costa [...] Me sentía en mi lugar y entre mis compatriotas, sin ningunas ganas de creerme un extranjero. España será un desastre, pero aún no he encontrado a nadie que haya podido convencerme de que mis amigos de Málaga, de Madrid, de Murcia, de Pontevedra, son de un país distinto. Ni a ningún político catalán capaz de persuadirme de que ellos construirían otro mejor. No disponían de ninguna prueba, y lo que pedían era fe. Y mi fe estaba repartida por demasiados lugares: entre la hermandad de la gente decente que no tiene patria, los filósofos de las barras de los bares y los que libran a la gente de su miseria y su ira. No me quedaba nada para ellos.» (pág. 259)

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...