«Siendo la vida como es, uno sueña con vengarse. Fue todo uno decirme esto y tomar la decisión de abandonar para siempre la novela que estaba escribiendo, la trilogía realista entera, no volver a ocuparme nunca más de seres que, como el barbero, sólo me producían un asco infinito. No habría tomado una decisión así si sólo hubiera sido Guedes quien me hubiera dado ese asco, pero es que me sentía también muy harto de muchos de mis desheredados de la vida, de muchos de mis absurdamente sublimados personajes de perfiles desgraciados. ¿Acaso no eran tan detestables como el barbero el electricista y su hijo autista, el enano borracho que hacía recados para la pollería o la novia del hijo de los dueños de la frutería, por no hablar de la imbécil que se creía la Teresa de una novela de Juan Marsé? Decidí que, a partir de aquel momento, pasaban a mejor vida mi trilogía y mi absurda fijación por lo real. Después de todo, ¿no hacía ya mucho tiempo que venía sospechando que detrás de cualquier imagen real había siempre otra más fiel a la realidad y, debajo de ésta, había otra aún más fiel, y así hasta el infinito hasta llegar a una, absoluta y misteriosa, que nadie ha podido ver nunca y que ni el mejor de los espías de todos los tiempos sabría ver?» [...]
«Comprendí de golpe y para siempre que los personajes que me interesaban de verdad sólo podían surgir de la imaginación. Los otros, los reales, como personajes menores que eran, a lo sumo podía yo algún día fotografiarlos.En fin, mientras terminaba de curarme las heridas, anoté en mi mente las primeras líneas de una novela en la que todo estaría inventado. De esta forma tan sencilla, cambié ese día yo de estilo literario. Había entrado sigilosamente en una barbería y había salido no habiendo podido sacarle mayor provecho a aquella última media hora. A pesar de que algunos golpes me dolían, me sentía deliciosamente limpio y afeitado y, sobre todo, ligero de equipaje, y es que la realidad siempre ha sido muy pesada, un fardo insoportable.» (pp. 106-108) |
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martes, 12 de marzo de 2013
Enrique Vila-Matas: Extraña forma de vida
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2 comentarios:
Just ara estic amb "París no se acaba nunca", una joia!
delesparaules
Doncs me n'alegro molt de que t'agradi París..., Anonimous. A mi també em va encantar. I ja saps el que diu el propi Vila-Matas sobre el llibre "...en el que todo es verdad porque todo está inventado, pues a fin de cuentas un relato autobiográfico es una ficción entre muchas posibles".
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