Natalia Carrero (Barcelona, 1970)
YO MISMA, SUPONGO
:Rata_, 2016 - 175 págs.
[no, pero a Rubén sí]
«En ocasiones, sin pretenderlo, he imitado a mi madre, me he encontrado haciendo como ella, desde ella, que es toda silencio, elocuencia reconcentrada. Y he tratado de comprender ese desierto de palabras que es lo único, tan inmenso, que me ofrece [...] Imito a mi madre de forma natural, sin pensarlo, pues procedo de su misma materia. A menudo me encuentro en el lugar donde ella ha pasado sus años de casada-sometida y triste por no haber hecho nada mejor con su vida. Descubro que yo también puedo amar y amo, además de nuestro estado de moribundas, de almas impasibles, al hombre que dice que no servimos para nada, que no nos enteramos de nada ni somos nada. Es el marido y el padre que cada día llega a casa más cabrón y rabioso por su incompetencia para encontrar trabajo, para no dejarse explotar y, sin embargo, explotar él nuestras vidas que en algún momento debieron ser tersas y redondeadas, no estos sacos de ilusiones pinchadas que chirrian aire embrutecido.
Llegamos a Aribau con Gran Vía [...]» (págs. 19-21)
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