Dubravka Ugrešic (Zagreb (Croacia), 1949)
BABA YAGÁ PUSO UN HUEVO
[Baba Jaga je snijela jaje, 2007]
Trad. Luisa Fernanda Garrido / Tihomir Pistelek
Impedimenta, 2020 - 376 págs. - inicio
[tampoco era para mí]
«Y, en verdad, parece que las aves están fuera de control, han ocupado nuestras ciudades, invadido los parques, las calles, los arbustos, los bancos, las terrazas de los restaurantes, las estaciones de metro y de tren. Y parece que nadie se ha fijado en esta invasión. Las urracas rusas, según cuentan, se han apoderado de las ciudades europeas, las ramas de los árboles en los parques municipales se doblan bajo su peso. Las palomas, las gaviotas, las urracas surcan el cielo, y las pesadas cornejas negras con los picos abiertos como pinzas se pavonean por los espacios verdes públicos. En los parques de Ámsterdam se han multiplicado las cotorras, huidas de las jaulas de sus sueños: volando bajo en bandadas, cruzan el cielo como cometas verdes. Grandes gansos blancos se han apoderado de los canales de Ámsterdam; volaban desde Egipto, se detuvieron un rato para reposar y allí se quedaron. Los agresivos gorriones locales se han vuelto tan insolentes que te arrebatan el bocadillo de las manos y se pasean desdeñosamente por las mesas de los bares al aire libre. Las ventanas de mi piso provisional en Dahlem, uno de los barrios más bellos y verdes de Berlín, eran la superficie preferida de los pájaros locales para depositar sus excrementos. Y no había nada que hacer, salvo bajar las persianas y correr las cortinas, o dedicarse todos los días a la ardua tarea de fregar las ventanas que ensuciaban.
Asiente con la cabeza, pero da la impresión de que no escucha…
La invasión de estorninos en su barrio había empezado unos tres años atrás, cuando "enfermó".» (págs. 14-15)
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