«Oso, llévame al fondo del océano. Oso, nada a mi lado. Oso, abrázame, envuélveme, nada conmigo abajo, abajo, abajo.
Oso, haz que por fin me sienta cómoda en el mundo. Dame tu piel.
Oso, solo quiero esto y nada más de ti. Oh, gracias, oso. Siempre te protegeré de los desconocidos y de las miradas curiosas.
Oso, abandona tu humildad. Tú no eres un animal humilde. Tienes pensamientos propios. Cuéntamelos.
Oso, no puedo ordenarte que me quieras, pero creo que me quieres. Lo que yo quiero es que sigas siendo lo que eres y que lo seas para mí. Nada más. Oso.»
(págs. 136-137)
2 comentarios:
Sí o no?
Sí, sí.
Y soberbia presentación, como casi todo lo de Impedimenta.
Pero quizás esperaba más del texto.
Publicar un comentario