GORE VIDAL (1925-2012)
Una memoria
[Palimpsest: a memoir, 1995]
Trad. Richard Guggenheimer
Mondadori, 1999
Alabé a Victor ante el productor como el hombre que había convertido a William Faulkner en un superventas. Dado que el productor no había oído hablar de Faulkner no creo que estuviese muy impresionado; luego se marchó.
—¿Sabes, Gore? —me confesó Victor de pronto—, es cierto lo que has dicho. Yo le convertí en un superventas y todo eso. Como lo hice contigo también, y con muchos otros; pero lo peor de todo fue lo que más tardamos en descubrir, y siempre lo mantuve en secreto.
Bajó la voz.
—El contenido de una edición de bolsillo no significa nada. Es la portada lo que vende. Lo sospeché por primera vez cuando Absalom: Absalom vendió más que Santuario. ¿Cómo puede ser eso? Absalom es prácticamente ilegible. De modo que cambié las portadas. Le puse una erótica a Santuario y una distinguida a Absalom. Santuario se disparó. Realmente todo se basaba en la presentación. Te agradecería que no lo comentases con demasiados editores.» (pág. 294)
· "Un libro aburrido, sin gracia [...] y que resulta soporífero", Lola Diehl en Artes hoy.
· Los frutos amargos de la dulce ira, Patricio Pron, RdL.
· Mucho mejor Navegación a la vista, gustosa segunda memoria de Gore Vidal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario