sábado, 26 de octubre de 2019

De Profundis, José Cardoso Pires


José Cardoso Pires (Portugal, 1925-1998)
DE PROFUNDIS
[De Profundis. Valsa Lenta, 1997]
Prólogo de João Lobo Antunez
Trad. Carlos Manzano
Libros del Asteroide, 2006 - 96 págs. - inicio

El otro de mí, Félix Romeo, ABCD, 11/11/2006:

«El escritor portugués José Cardoso Pires sufrió una isquemia cerebral en 1995. El psiquiatra João Lobo Antunes describe en el prólogo el estado en el que se encontraba: «Sufría de una afasia fluente grave, o sea, no era capaz de generar palabras ni construir frases que transmitiesen las imágenes y pensamientos que iban irrumpiendo en algún lugar de su cerebro. Su habla era desconsoladora: aturdida, incongruente, salpicada de parafasias, palabras en que los fonemas estaban parcial o totalmente sustituidos. Sin habla, escritura ni lectura, la Agencia Lusa fue concluyente: muerte cerebral, diagnóstico escandalosamente equivocado desde un punto de vista médico, pero humanamente certero». Estuvo ingresado en un hospital hasta que un día, casi mágicamente, recuperó sus facultades. En De Profundis contó el proceso de su enfermedad, y escribió su mejor libro: oscuro y luminoso, claro pero lleno de elipsis, lírico y eufórico, alucinado y lúcido, hipnótico y de alguna manera bajo control. A Cardoso le pareció su libro un vals, pero tiene algo de tango, y de fado. De la misma manera, el mejor libro de William Styron es Esa visible oscuridad, en el que habla de su brutal depresión, y el mejor libro del Harold Brodkey es Esta salvaje oscuridad: historia de mi muerte, en el que relata el terrible proceso de su sida.
    «¿Qué quedaría de mí en el hombre que se quedó allí tendido sin esperar cosa alguna?», se pregunta Cardoso Pires. De Profundis trata de ser una respuesta. Era él, porque se lo decían, pero era otro. «El otro de mí.» Perdió la memoria, el habla y la escritura, no reconocía su propio nombre y entró en un periodo de muerte blanca, pero además perdió algo fundamental, los sentimientos: «Sin la conciencia de la identidad que nos sitúa y nos define en un framework de experiencias y valores, nadie puede ser sensible al valor humano del prójimo. Sólo se puede reconocer sus virtudes y sus males como significantes sentimentales en contrapunto con la conciencia de nuestra identidad». En ese tiempo de memoria congelada le asaltaban a veces pensamientos, y el más recurrente tenía que ver con la locura, trastorno del que de alguna manera era consciente, como un eco del pasado. De Profundis está escrito con el impulso de una iluminación y termina como una acción de gracias hacia quienes hicieron que el proceso fuera humano. «La literatura», escribe al final del libro José Cardoso Pires, «no es una academia de frases, y tampoco la ciencia es un sagrario de tecnologías.»» Félix Romeo (1968-2011)

(exquisita) relectura de una tarde de otoño

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