
Suelo desviar mis trayectos para pasar más a menudo por aquí.
Es de uno de mis pasajes favoritos de Barcelona.

antidepresivos, vitamínicos y proveedores de alegría que pueda imaginarse. ¿Qué dicen Bernhardt y Cioran? La verdad. Es decir: ¿La felicidad? Un timo. ¿El éxito? Un timo tremendo. ¿El amor, la amistad? Un timo total. ¿La virtud? Dios santo, menudo timo. ¿La historia? Un timo monstruoso. ¿El Estado? El timo más monstruoso que existe. ¿Los hombres? Un hatajo de malhechores, mentirosos, cobardes y perdedores natos. [...]

Esta mañana, en la Rambla de Catalunya, las esculturas monumentales de Igor Mitoraj nos han sorprendido y fascinado.
[“llegaron a una situación en la cual estar juntos resultaba muy incómodo y ella pensó que eso ya no tenía solución; lo sentía tan ajeno y lejano que todo lo demás era fingir; se preguntaba cómo vería él la situación, o si la veía; se preguntó tantas cosas sobre él: preguntas que él nunca quiso responder y que probablemente ya no tenían sentido; el muro invisible que los separaba aumentaba, paradójicamente, cuando se aproximaban, como si entonces se hicieran más patentes todas las carencias de su no-relación; ya no le gustaba mirarle a la cara porque las últimas veces que lo hizo le dio miedo lo que vio: alguien tan distante y tan duro y con tan poco interés por ella; todavía se preguntaba qué pasó, dónde estaba el origen de todo, qué fue lo que los llevó a ese distanciamiento y a esa mirada gélida; te irás, el tiempo pasará, y nos convertiremos en nada, pensó”]