
«Menuda patochada», pensó Kugel mientras recorría los pasillos del supermercado. Montaigne escribió sobre quienes afrontaron sus ejecuciones con humor, no con el dramatismo y la estrechez de miras de la perspectiva humana, sino con la humorística y omnisciente actitud divina. «En honor a la Parca, seré parco» dijo un condenado a la horca cuando lo invitaron a pronunciar sus últimas palabras. Otro condenado, ante la insistencia de un cura para que encomendara su alma a Dios, dijo: «Lo haré en cuanto lo vea».
En su lecho de muerte, a Voltaire le pidieron que repudiara al demonio. «¿Os parece el mejor momento para hacer enemigos?», preguntó Voltaire." (pp. 88-89)
3 comentarios:
«La diferencia entre la palabra apropiada y la palabra casi apropiada —dijo Mark Twain— es la misma que hay entre un rayo y una raya». (Esperanza: una desgracia, p. 8)
"He aquí lo que el padre de Samuel Beckett dijo justo antes de morir: «Menuda mañana»."
(Esperanza: una desgracia, p. 10)
Y donde dije desgracia digo tragedia.
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